Autolesiones

Autolesiones

¿A qué llamamos autolesiones?

Las autolesiones son lesiones que una persona se provoca de manera deliberada a sí misma sin intención de acabar con su vida. Se suelen relacionar con daños en la piel y su frecuencia se está incrementando, sobre todo en mujeres y en adolescentes.

Walsh (2006), las define como lesiones autoinflingidas intencionadas con baja carga de letalidad y bajo daño corporal que son inaceptables desde el punto de vista social y que tienen como finalidad aminorar la angustia psicológica.

El tipo de herida provocado y el método es variado, siendo los más habituales los cortes en la piel, golpes, quemaduras, arrancarse el pelo, punciones, arañazos, pellizcos y envenenamiento.

¿Con qué frecuencia se dan?

Diversos ensayos sobre la incidencia de estas conductas se realizan con los datos de los casos admitidos en los servicios de urgencia. Muchos casos no llegan a acceder a este tipo de servicios.

Una revisión bibliográfica realizada por investigadores cubanos, delimitaron la conducta autolesiva como aquellas sin fines suicidas y encontraron las siguientes prevalencias:

  1. El 30-40% de adolescentes con hospitalización psiquiátrica ha ingresado por una conducta autolesiva.
  2. En población general este tipo de conductas son cometidas por un 13-29% de adolescentes al menos una vez en la vida. Con una edad de iniciación entre los 10-15 años y raramente posterior a los 30.
  3. Estas conductas son más habituales entre mujeres especialmente en la adolescencia.
  4. En el 2015 en España se detalló que 1 de cada 3 adolescentes de la muestra se habían autolesionado de cierta gravedad y más de la mitad de forma más leve. Algunas autolesiones se percibían como un comportamiento aceptable y normal.
  5. En México se confirmó una prevalencia 5,60 % en los adolescentes, con una edad promedio de inicio de 11,9 años o incluso a edades más tempranas. Esa prevalencia aumenta a 17,10 % en conductas repetitivas que los adolescentes no consideran como autolesiones graves.

¿Cuáles son los orígenes de las autolesiones?

Según Fleta, 2019, existen distintas motivaciones psicológicas detrás de las autolesiones:buscar atención, afecto, castigara otros haciéndoles sentir culpable, escucha o amenazas, autocastigarse ante una baja autoestima o por culpabilidad, aliviar un malestar emocional, para probar si son capaces de acabar con su vida, para controlar su propio cuerpo o por sentimientos de vacío crónico, para sentirse vivo.

Sería mejor categorizar la búsqueda de atención como un intento de comunicar su dolor. De esa manera, es más fácil entender que no es buena estrategia preventiva el desatender a una persona que tiene esas conductas como forma aparente de frenar, lo que puede percibirse erróneamente solo como un intento de manipulación.

La escucha activa y el comprender el fenómeno y ponerse en disposición de ayuda no es incompatible con ayudar a aprender otras formas menos lesivas de pedir ayuda evitando paralelamente ser manipulados. Las personas que se autolesionan tienen problemas para hablar de sus emociones junto a otros problemas en sus habilidades sociales.

Este tipo de conductas cursa además con baja tolerancia a la frustración.

Aunque hace algunos años, este tipo de actos estaba ligado principalmente al trastorno límite de personalidad, TLP, en el cual existen una serie de peculiaridades emocionales y en el que hay mucho sufrimiento, a día de hoy se observan autolesiones en muchos otros cuadros psicológicos o psiquiátricos.

La gran mayoría de las veces, las autolesiones se usan como un medio para expresar el dolor emocional intenso. Tal es así, que los expertos coinciden en que es posible que el dolor físico sea más manejable o tolerable que el emocional, y que muchas personas encuentran alivio en el propio daño.

Es posible que una persona que esté sufriendo abusos, maltrato o un profundo duelo, solo sea capaz de encontrar consuelo a través de cortarse.

El problema, además del peligro que esta práctica conlleva, es que muchas veces el alivio es solo temporal, y se necesita volver a autolesionarse para encontrarlo de nuevo.

Cortarse para llamar nuestra atención

Muchas veces se dan connotaciones diferentes en estos actos tan dañinos. Las autolesiones no buscan en sí mismas acabar con la vida. Muchas veces son solamente una llamada de atención de la persona que sufre, la cual está tratando de decir al mundo que algo está ocurriendo.

Aquí nos encontramos con auténticos problemas de expresión de las propias emociones, llegando el caso en el que muchos jóvenes no son capaces de hablar con sus padres o amigos acerca de sus problemas y no saben qué hacer.

Por otra parte, también puede ocurrir que las figuras más cercanas de la persona afectada no sean capaces de lidiar con la problemática existente. Suele ser el caso de padres que riñen a sus hijos por quejarse, les ignoran por completo o simplemente no se toman el tiempo necesario para escucharlos.

La expresión emocional

Si existe una forma de prevenir estas situaciones está en el habla. Resulta muy duro que muchas personas elijan cortarse la piel antes que decir a su entorno más cercano lo que les ocurre. Llegados a este punto, resulta conveniente preguntarnos qué clase de sociedad hemos creado para que esto ocurra.

No debemos olvidar que muchos de los mensajes que se nos lanzan desde los medios o desde nuestros más allegados tienen que ver con “ser fuertes”. Es frecuente que incluso se nos reprenda por quejarnos o por llorar.

Animamos a todos aquellos que lo estén pasando mal por algún motivo a que lo cuenten, sin miedo. De hacerlo, encontrarán el alivio que tanto están buscando, y lo harán de una manera saludable y constructiva.

¿Es lo mismo una autolesión que un intento de suicidio?

No. Las autolesiones están claramente diferenciadas de un intento de acabar con la vida porque no tienen esa intencionalidad. Pero al ser la intencionalidad algo de carácter subjetivo y no visible, muchas veces se confunden.

Esto no le resta gravedad a la conducta porque en ocasiones se pone en riesgo la vida de la persona al excederse en la gravedad de la lesión autoinflingida.

¿Cómo detectar que un adolescente se autolesiona?

Podemos detectarlas por la presencia continua de tener cortes habituales, moretones o cicatrices, usar ropa de manga larga o que cubra el cuerpo con calor, excusas sobre heridas, cercanía de elementos punzantes o cortantes sin razón concreta.

Aparte de las señales de riesgo que pueden indicar la presencia de conductas autolesivas, la situación puede suponer un mayor riesgo si se dan las siguientes circunstancias (Asociación Española de Psiquiatría Infanto-Juvenil, 2008):

  • Baja capacidad de solucionar los problemas, ira, impulsividad y hostilidad y desesperanza.
  • Trastornos depresivos, abuso de alcohol y otras sustancias, trastorno de conducta y antisocial.
  • Familias monoparentales, problemas de convivencia entre los progenitores, falta de calidez en las relaciones.
  • Influencia negativa de los medios de comunicación.

Debemos:

  • Buscar y dejarse asesorar por profesionales, psicólogos y psiquiatras.
  • Fomentar el diálogo y aumentar la comunicación con la persona afectada, evitando hacerle sentir culpable o quejarse de su conducta.
  • Actuar sin miedo, de forma tranquila y confiada.
  • Poner atención, pero sin perseguir en todas sus actividades tanto en su entorno como en internet.

Conclusiones

La misión de las familias y de los profesionales de la salud es que sustituyan esos comportamientos por otros más adaptativos. En numerosos casos las autolesiones buscan aliviar su malestar por otro motivo.

Busca ayuda en profesionales sanitarios que te ayudarán a solucionar el problema.