Antes de nada, recordar qué es un delirio:
“Un delirio es una falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a la realidad externa que es firmemente sostenida, a pesar de lo que casi todo el mundo cree y a pesar de cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario. La creencia no está aceptada ordinariamente por otros miembros de la subcultura o cultura a la que pertenece el sujeto (por ejemplo, no es un artículo de fe religiosa). Cuando una creencia errónea implica un juicio de valor, sólo se considera idea delirante cuando el juicio es tan extremo que desafía toda credibilidad. La convicción delirante se produce a lo largo de un continuum y a veces puede inferirse del comportamiento del individuo.” (APA, 2013).
Para ayudarte con este tema, puedes contar con nuestro centro de psicólogos especialistas en la terapia cognitiva conductual, en Madrid.
Tipos de delirios según su contenido
-Delirio de influencia o de ser controlado: el sujeto experimenta sus sentimientos, impulsos, pensamientos o acciones como impuestos por una fuerza externa. Ej: “El diablo puede hacer que me ponga agresivo”
-Delirio de irradiación o lectura del pensamiento: el paciente cree que sus pensamientos son conocidos por los otros, bien por telepatía o bien por artificios mecánicos. Ej.: “No tengo necesidad de hablar contigo porque ya sabes lo que estoy pensando. Todo lo que pasa por mi cabeza lo puede ver todo el mundo”.
-Delirio corporal o somático: idea delirante centrada en el funcionamiento o el aspecto del cuerpo. Ej.: creer que sufre una infestación de gusanos en su interior.
-Idea delirante de celos: creer que tu pareja es infiel. También se le puede denominar Síndrome de Otelo.
-Delirio erotomaníaco o síndrome de Clerambault: convicción de que otra persona, normalmente de superior estatus social y/o intelectual, está enamorada del individuo.
-Idea delirante persecutoria: la persona cree que está siendo atormentado, seguido, engañado, espiado o ridiculizado.
-Idea delirante de referencia: creencia de que las personas, sucesos y objetos tienen un significado especial oculto dirigido al sujeto, generalmente negativo. Ej.: “Ese gesto que ha hecho el hombre del tiempo iba dirigido a mí, no le caigo nada bien”
-Delirio de significación: el paciente encuentra significados especiales en los hechos cotidianos, recibe información a través de ellos que sólo él puede descifrar. Ej.: ver unos policías en la calle y pensar «seguro que hay un asesino suelto por el barrio».
-Delirio de Sosías o síndrome de Capgras: creencia de que personas importantes de su entorno están siendo usurpadas por un impostor con la misma apariencia física.
-Síndrome de Fregoli: opuesto al anterior, creencia de que personas distintas son realmente personas conocidas.
-Síndrome de los dobles subjetivos o doppelgänger: Ideas delirantes sobre que existen réplicas de sí mismo repartidas por el mundo o de que los demás se han convertido en él.
-Idea delirante extravagante: ideas claramente bizarras y absurdas. Ej.: “Cuando me operaron de apendicitis me colocaron un dispositivo electrónico y ahora puedo oír la voz del presidente”.
-Un tipo de delirios extravagantes podrían ser los delirios fantásticos o parafrénicos, son claramente imposibles, como de fantasía o ciencia ficción. Ej.: “Hay una conspiración de hormigas humanoides para controlar todas las fuentes de agua del planeta”.
-Delirios de paramentos o tabiques: creencia de que hay personas, animales, materiales o radiaciones que pueden pasar a través de estructuras que normalmente constituyen una barrera, como pueden ser las paredes o los suelos. Suelen tener el matiz paranoide de que esto se realiza para ocasionarle algún tipo de daño o enfermedad y es más común en ancianos. Nuestro artículo «Esquizofrenia de inicio tardío», puede ayudarte con el problema.
-Idea delirante de grandeza o megalomanía: idea exagerada de su poder, importancia, conocimiento o identidad propia.
-Un caso frecuente son los delirios religiosos o místicos: hay que tener cuidado de no confundirlos con experiencias religiosas aceptadas culturalmente. Ej.: “Soy el hijo de Dios, vengo a salvar el mundo”.
-Idea delirante de pobreza: convicción de que se han perdido o perderán todas las posesiones.
-Idea delirante nihilista: creencia de la no existencia del yo, de alguna parte del cuerpo o de los otros.
Delirio de culpa: creencia de que todo lo malo que sucede alrededor de la persona sucede por su culpa, sintiéndose responsable.
El médico comienza por evaluar la consciencia, la atención y el pensamiento. Esto se puede hacer de forma informal a través de una conversación, o con pruebas que evalúan el estado mental, la desorientación, la percepción y la memoria.