¿Conoces o tienes un amigo que te quita tu energía con su manera de ser? ¿Vives con una pareja que te agota emocionalmente? Cuanto más cercano es un vínculo, más nos cuesta reaccionar y poner límites. ¿Qué podemos hacer en estos casos? Para este tema puedes contar con nuestro centro de psicólogos especialistas en inestabilidad emocional en Madrid.
Alguna vez hemos experimentado mal humor, cansancio y frustración después de estar con alguien. Sí, hay personas que por su personalidad y actitud terminan por drenarnos toda nuestra energía y dejándonos bajo mínimos en reservas emocionales. Todos hemos experimentado esta incómoda sensación capaz de variar por completo nuestro estado de ánimo.
Matthew Lieberman, científico y director del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la Universidad de California, nos indica algo muy interesante a este respecto. Las personas estamos programadas, para la conexión social y emocional. Pero cuando esta interacción falla, es dolorosa o deficiente, el cerebro se resiente.
El auténtico bienestar se confirma cuando nuestra relación con los demás se define por la armonía emocional. Nada resulta tan gratificante como sentir esa íntima sintonía con un buen amigo y ver que el tiempo se nos pasa en un suspiro. Pero cuando compartimos unas horas con una figura estresante, el cableado neurológico sufre y se sobrecarga.
No solo quedamos contagiados por la carga emocional de esa persona estresante y demandante, nuestros recursos cognitivos (atención, memoria, reflexión), también se resienten. Es como experimentar un pequeño colapso interno. Pero lo más complejo de estas realidades tan conocidas es que, a veces, quien nos agota es alguien a quien apreciamos y queremos. ¿Qué hacemos?
Cuando alguien te está agotando a nivel emocional, actúa.
Todos podemos ser emocionalmente agotadores en un determinado momento. Hay días o ciertas épocas en las que, por distintas circunstancias, uno exige más del resto: mayor atención, mayor apoyo, que se nos escuche, etc.
El estrés o la ansiedad pueden volvernos más demandantes y no darnos cuenta de ello.
Pero hay quien agota cada día y en cada momento por su actitud y personalidad. Hablar en exceso, hasta convertir cada encuentro en un monólogo, vivir de la queja o ser especialmente negativo son ejemplos de esa conducta que desgasta y carcome a cualquiera, es un aspecto decisivo que deberíamos considerar.
Una parte de nuestro trabajo emocional para lograr bienestar psicológico implica cuidar de la calidad de nuestros vínculos sociales. Aunque nos sorprenda, también existe un burnout relacional, definido como sentirnos quemados por nuestra interacción con figuras cercanas. Esas que son altamente estresantes, demandantes y agotadoras por su carácter.
¿Qué hacer en estas circunstancias?
Estas personas suelen ser personas con trastornos emocionales y de personalidad.
Quien te agota de manera emocional evidencia algún problema de salud mental
Muchos de los que hacen un drama de la nada pueden estar sufriendo algún trastorno de ansiedad. También, quienes ven el vaso medio vacío y solo aprecian catástrofes en el horizonte pueden estar lidiando con una depresión no diagnosticada. Antes de poner distancia y dejar ir, intentemos ser cercanos y sujetar a quien, de alguna forma, está sufriendo.
Por ello, si una persona cercana te está agotando emocionalmente, valora si podría estar necesitando apoyo psicológico. Proponle esa opción, bríndale esa oportunidad siendo su apoyo. Porque muchos de nosotros podríamos vernos ante esa misma situación.
Ofrecer alternativas
Las personas que nos reducen la energía y el ánimo se caracterizan por ser figuras de alta demanda. Esperan que seamos sus confidentes a diario. Quieren que seamos su aval, que actuemos como sus salvadores y solucionadores de problemas. Desean también que les digamos qué hacer y qué decidir, que seamos ese apoyo sobre el que desahogar toda frustración y malestar.
Nuestra responsabilidad no es la de resolver problemas de otros. Un consejo valioso que les podemos ofrecer es que aprendan a responsabilizarse de sí mismos. Hacerlo les conferirá valías y mejorará su autoimagen.
Si logramos empoderarlos para que se sientan capaces de ser autosuficientes, lograremos un gran avance.
Proteger nuestra autoestima y defender tus límites
No pasa nada si hoy le dices a ese amigo que no te apetece quedar. No pasará nada si dejas claro a un familiar que no estás dispuesto a realizar ciertas tareas. Poner límites es un acto de autoprotección y también un mecanismo de información interpersonal. Expones con claridad cuáles son tus expectativas sobre lo que puedes tolerar y lo qué no.
Hacerlo facilita las relaciones y si alguien no lo respeta, es evidente que ese vínculo no es saludable. Un pilar clave para preservar tu autoestima en buen estado es rodearte de personas que te respetan. Si deseas dejar de ser abatido emocionalmente por los demás, deja de tolerar el mal comportamiento de quien te rodea.
Crear espacios seguros en tu mente y en el exterior
Todos necesitamos espacios seguros donde vivir. Esos refugios pueden y deben ser tanto mentales como físicos. Esto implica que debemos desarrollar estrategias psicológicas para no quedar impregnados por el estrés y la negatividad ajena. Así, si alguien te está agotando emocionalmente, debes alzar barricadas mentales para que esa presencia no te afecte tanto.
Adoptar un mecanismo para evitar los contagios emocionales puede serte sin duda de mucha utilidad. Por otra parte, también te serán valiosos los refugios físicos. Disponer tiempo para ti mismo en soledad o practicar tus aficiones te permitirá recargar energías emocionales.
Buscar personas que te inspiren
Eres responsable de llenar el espacio que te rodea con personas que te llenen y no que te agoten. En caso de no alzar muros de protección seguirás tambaleándote debido al agotamiento emocional. Tienes derecho a prosperar, a ser feliz, porque tu misión en la vida no es la de solucionar los problemas de los demás. Tampoco ser siempre quien escucha y no ser jamás escuchado.
Si se necesita, solicita ayuda especializada. Nuestro artículo » Inestabilidad emocional «, puede ayudarte con el problema.
Conclusiones
Hay relaciones que desgastan nuestro bienestar psicológico con su conducta y personalidad. Cuanto más cercano e íntimo es ese vínculo más nos cuesta actuar.
Debemos poner distancia de todo aquel que, lejos de desear un cambio que le beneficie, se empeña en seguir consumiendo tu tiempo, tu buena voluntad y salud mental.