La dureza mental no es sinónimo de no equivocarse, sino de la habilidad para sobreponerse a las adversidades. Cuando alguien la desarrolla de forma correcta, la determinación que surge de superar los desafíos puede ayudar a forjar la capacidad de vencer otros contratiempos, aprendiendo de cada error que se comete, para ello, la técnica cognitivo-conductual ayuda a identificar las situaciones problemáticas, pudiendo contar con nuestro centro de psicólogos especialistas en terapia cognitivo-conductual en Madrid.
Pero la resistencia mental también tiene una parte negativa, que puede desencadenarse contra uno mismo. Puede darse el caso de que la persona se obsesione con sus fallos en vez de adoptar un criticismo positivo, llevando a reprenderse de manera excesiva en un intento de auto motivación.
Cuando un pensamiento origina un bucle
Ethan Kross, psicólogo y escritor, utiliza un ejemplo del mundo del deporte para ilustrar la situación. En concreto, habla de un atleta estancado en un mal período. ¿Estoy golpeando lo suficientemente rápido con el bate? ¿Estoy agarrándolo demasiado fuerte?… todo se viene abajo, lo que lleva a una asfixia y a un rendimiento pobre, explica Kross.
En el ámbito laboral, si un empleado no cumple con sus tareas, quizás empiece a decirse a sí mismo que no tiene lo que hay que tener para ganarse un aumento de sueldo. La negatividad de esa conversación con uno mismo lleva a dudar de las capacidades, que pueden distraer al trabajador a la hora de conseguir sus objetivos.
El psicólogo comenta que se puede equilibrar esta dureza mental con un poco de compasión hacia uno mismo, o al menos convenciéndose de que uno siempre es capaz de mejorar. Un estudio sistémico llevado a cabo por el periódico académico Fronteras en Psicología, encontró diferentes conexiones entre la resistencia mental y la auto compasión. El trabajo puntualiza que las personas que más probablemente se recuperarán de sus errores, pérdidas o lesiones son las que contienen trazos de ambas cualidades.
Detallamos seis maneras que varios expertos en psicología proponen para tomar el control de esa voz interior, para así utilizarla en beneficio de la confianza y la productividad:
Evaluar las necesidades
De acuerdo con la psicóloga deportiva y estudiante de doctorado en la Universidad de Columbia (y coautora del estudio mencionado), Céline Kosirnik, las conversaciones negativas con uno mismo parten de un deseo de motivarse.
Cuando trata con atletas que buscan superar malos momentos, Kosirnik pregunta: ¿Crees que no estás rindiendo porque eres vago? ¿Estás cansado o preocupado por algo más y necesitas confianza? Y es que el atender a las necesidades de uno, entenderse a uno mismo, no es un signo de debilidad sino de auto confianza.
Cuando trata con atletas que buscan superar malos momentos, Kosirnik les hace dos preguntas: ¿Crees que no estás rindiendo porque eres vago? ¿Estás cansado, estresado o preocupado por algo más y necesitas confianza? Y es que el atender a las necesidades de uno, entenderse a uno mismo, no es un signo de debilidad sino de auto confianza.
Necesitamos a los demás, pero igualmente debes aprender a tratarte a ti mismo, así como a ser tu propio entrenador.
Si la voz continúa, haz tareas cotidianas
Kross define el parloteo como una preocupación negativa y perseverante, algo que puede distraer fácilmente de la realidad. Esto hace que la persona no sea productiva y uno ni siquiera se da cuenta de que la está experimentando.
Esa voz puede realmente complicar que centremos nuestra atención. Si alguna vez has tenido la experiencia de intentar leer varias páginas de un libro, y no recordar nada de lo que acabas de leer, es un claro signo de que estás preocupado o rumiando sobre otra cosa. Así, Kross recomienda realizar pequeñas tareas cotidianas como hacer la cama, lavar los platos o arreglar la habitación, para así recuperar el control de los pensamientos.
Hablarse en tercera persona
Es tarea imposible eliminar a esa voz interior, pero tampoco debería intentarse. Ethan Kross dice que la misma también ayuda a uno mismo a motivarse, así como a aprender de los errores. Si, por el contrario, estos pensamientos están llenos de duda, el experto aconseja mostrarse algo de amor propio, incluso crear algo de distancia si es necesario, refiriéndose a uno mismo por su nombre.
Animarse a uno mismo como un entrenador exigente también es útil. Se trata de saberse comportar como es debido. No vas a fallar.
Pensar en los obstáculos como retos
Cada vez que uno se haya en una situación estresante, Kross recomienda preguntarse dos cosas: ¿Qué se me pide, y tengo los recursos adecuados para llevarlo a cabo? También asegura, que, si una persona cree que la tarea va a ser demasiado difícil, entonces sin lugar a dudas que así será. Lo que se debe hacer, es intentar descifrar si se puede usar alguno de los puntos fuertes para aproximarse a una solución.
Pensar en tus circunstancias como un desafío puede ser una gran respuesta. Si piensas para ti mismo: “sí, voy a lograrlo”, no solo rendirás mejor, sino que además experimentarás una buena respuesta fisiológica.
Auto compasión
De acuerdo con la investigación de Kosirnik, la mejor manera de afrontar las dudas hacia uno mismo radica en la compasión. No es sencillo llevar a gente de alto rendimiento hacia una mentalidad más amable con uno mismo, pues la propia idea de la compasión causa recelo en alguna gente. Nuestro artículo “Qué es la fatiga por compasión», puede ayudarte con el problema.
Pero Kosirnik explica que la auto compasión no es lo mismo que una positividad desmedida. Puede ayudar a identificar si se necesita motivación o mayor confianza. Las personas dicen que a veces somos demasiado permisivos con nosotros mismos. Debes tener el juicio correcto en cada situación específica para darte cuenta de lo que necesitas.
Permitir críticas constructivas
Kross puntualiza que no todas esas charlas con uno mismo son nocivas. Pueden ayudar a aprender de los errores, siempre que uno no se obsesiones con ellos y no afecten a la autoestima.
La habilidad de ser autocrítico en pequeñas dosis, es en realidad útil a la hora de reconocer fallos. Las emociones tienen una función poderosa en nuestras vidas. Hemos evolucionado para tener emociones por algo.
Conclusiones
Los profesionales en psicología alertan de los efectos negativos de la auto exigencia.
Aconsejan una combinación de exigencia, crítica constructiva y auto compasión.
Desarrollan una serie de ideas para ayudar a la gente que se auto fustiga.