El estado de ánimo es una disposición emocional que caracteriza al ser humano. El estado de ánimo condiciona muchos aspectos de nuestra vida y se diferencia de las emociones en que es menos específico y más duradero. Hablamos de depresión.
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Cuando nuestro estado de ánimo se mantiene en equilibrio, es muy probable que podamos tomar las decisiones más acertadas en nuestra vida, además de gestionar los conflictos de una forma más adecuada y de estar abierto al bienestar y a la satisfacción personal.
Nuestro artículo “La depresión estacional”, puede ayudarte
Es necesario tener clara la diferencia entre la tristeza y la depresión. La tristeza es un sentimiento que te ayuda a gestionar momentos difíciles de la vida.
Esta acompañada de llanto, lo que ayuda a equilibrar la tensión acumulada y una forma de expresar los sentimientos.
Estas manifestaciones de tristeza, nos ayudan a recuperar el equilibrio y sobrellevar la situación de la mejor forma posible.
La tristeza es un proceso adaptativo ante situaciones difíciles de la vida, y la depresión es un proceso patológico en el que hay una profunda melancolía e incapacidad para disfrutar de las situaciones o momentos que antes producían bienestar.
Síntomas
-Estado de ánimo deprimido, tristeza y pesimismo. Este sin duda es el componente central de la depresión.
-Apatía en la realización de actividades rutinarias. Una desgana y sensación de que no se puede más.
-Puede producirse llanto, o simplemente ganas de llorar, aunque no llegue a hacerse.
-Cansancio o fatiga superior a lo normal y que no guarda relación alguna con la actividad realizada. No hay energía para realizar las actividades habituales que antes no suponían ningún esfuerzo.
Mentalmente todo representa un esfuerzo tremendo, incluso las cosas más sencillas.
-Ideación negativa y pesimista acerca de la vida, tanto del pasado, presente como del futuro. Se tiene la misma visión de uno mismo (baja autoestima).
-Problemas con el sueño, insomnio, dificultad para dormirse, despertarse a media noche o muy temprano.
-Modificaciones del apetito, el cual disminuye. Más raramente se puede dar le caso contrario, una necesidad exagerada de comer (en ocasiones con especial apetencia por los dulces). Ambos casos conducen a una variación del peso de la persona.
-Falta de concentración, se da déficit de atención, se producen despistes. No confundir esto con problemas de memoria.
-Preocupación excesiva por problemas que no tenían tanta trascendencia antes de la depresión. Se tiende a exagerar la importancia de dichos problemas.
-Reducción del interés en mantener relaciones sociales o sexuales, motivo por el cual la persona con depresión se va alejando del resto, incluidas las personas más cercanas, aunque sea cuando más las necesita.
La pérdida del deseo sexual se da en ambos sexos, hay dificultad para la erección o eyaculación en hombres y las mujeres no experimentan la misma excitación que antes.
-Deseos de muerte, que en depresiones leves no pasa de un simple «deseo de desaparecer», pero en depresiones graves puede manifestar intenciones suicidas de verdad.
Causas
Actualmente no existe un consenso firme en relación a qué origina la depresión, dado que es una compleja interrelación de variables biológicas, psicológicas y socio-culturales.
Podemos hablar de motivaciones psicológicas y socio-culturales cuando la depresión surge motivada por uno o varios acontecimientos adversos, ya sean realmente adversos desde un punto de vista objetivo o sin serlo, pero que la persona desde su subjetividad los ha vivido de manera muy negativa.
En general, una depresión puede que sea causada por acontecimientos externos o puede que no, que surja sin que aparentemente sepamos la causa.
Grupos de riesgo
La depresión se da en mujeres el doble que en hombres. Esta diferencia no es debida a que las mujeres busquen ayuda profesional en mayor número que los hombres y por ello sus casos se computen más. La depresión en la mujer ocurre sobre todo en ciertos momentos vitales:
Después del parto, a consecuencia del cambio hormonal que sucede tras el embarazo. Es la llamada depresión «post-parto», que suele ser de corta duración.
Cuando los hijos abandonan el hogar familiar, se da el «síndrome del nido vacío». La depresión aquí tiene mayor incidencia en mujeres que no hayan trabajado fuera de casa y para las que las labores de cuidados hayan sido el eje central.
También se relaciona con cambios hormonales causados por la menopausia, aunque no es una causa sobre la que haya una certeza consolidada.
La depresión también tiende a darse en profesiones que suponen una carga de presión fuerte, con escaso reconocimiento social, como los profesores de enseñanza primaria.
¿Se puede vencer la depresión?
La depresión no es un trastorno delimitable, no existe una depresión como tal, sino individuos deprimidos. En cada individuo intervienen infinidad de factores: sociales, familiares, personales, ambientales, etc.
A pesar de esta dificultad, a día de hoy la depresión se puede superar en un elevado porcentaje de casos, sobre todo en depresiones leves o moderadas y siempre que la persona esté comprometida en el proceso, así como a efectuar los cambios que requiera en sus actitudes.
Superar una depresión es un proceso que necesita tiempo. El proceso suele ser largo y con altibajos, requiere de un esfuerzo justo en el momento que la persona menos motivada se encuentra, cuando lo está pasando mal.
Habrá temporadas de avance y otros, desgraciadamente, de retroceso, pero no hay que desanimarse, es algo totalmente normal, y una vez superado, habrá merecido la pena todo el esfuerzo empleado.
Conclusiones
Quién se encuentra deprimido ve la realidad de una forma muy diferente a cuando no padecía este trastorno, su modo de actuar, sus actitudes y comportamiento también cambian.
La depresión es una alteración del estado de ánimo, un trastorno afectivo-cognitivo que recubre todos los aspectos de la vida de una persona con pesimismo.
Las personas que viven un estado depresivo, presentan un gran impacto tanto con su vida, como con su entorno familiar y social, en diversas ocasiones las personas más allegadas no saben cómo poder ayudarles, ya que su estado de ánimo es muy bajo y son incapaces de disfrutar de lo que viven en su día a día.
No dudes en pedir ayuda profesional.
