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Considerada como la tercera ola de la psicología, la psicología humanista se sustenta en la fusión de la perspectiva psicoanalítica y la cognitivo – conductual. Estos dos enfoques son considerados como las dos fuerzas con mayor predominancia en la psicología previos al movimiento humanista. Su surgimiento se remonta a mediados del siglo XX, principalmente tras la propuesta de Abraham Maslow y Carl Rogers.
Profundamente influenciada por el movimiento existencialista y la fenomenología. El enfoque humanista se sustenta en la idea de que somos incapaces de experimentar “la realidad en si”. Como una imposibilidad innata para diferir la existencia objetivamente. Mientras que por otro lado somos totalmente conscientes del aspecto subjetivo de la existencia. Bajo esta premisa, la única vertiente legítima del conocimiento se apoya en la experiencia emocional y un trasfondo intelectual. El existencialismo se direcciona hacía la reflexión de la existencia humana propiamente dicho.
De esta forma, la perspectiva humanista determina que el individuo es un ser intencional, suficientemente consciente y en desarrollo. Definiendo sus representaciones mentales y sus estados a nivel subjetivo como una naciente de autoconocimiento. Este enfoque ubica al paciente en una posición activa. Haciéndolo principal actor en su escrutinio existencial. Esta búsqueda es constante y lo llevan a atravesar una serie de estados subjetivos que le permiten preguntarse el “por qué” de su situación. El objetivo es que el sujeto encuentre significado en su vivencia y la situación tome resolución y forma por si sola.
El papel adoptado por el terapeuta humanista se remite al acompañamiento. Su propósito es ofrecer una guía para que el paciente encuentre soluciones por sí solo. Desde su concepción la visión humanista es considerada una terapia de autorrealización personal.
En cuánto a la autorrealización humanista ¿Cómo se construye la pirámide de Maslow?
Abraham Maslow fue uno de los padres de la perspectiva humanista. Autor de la pirámide de Maslow, su teoría le da explicación a la motivación humana. Según Maslow, las acciones humanas están motivadas por las necesidades. Existe un orden jerárquico que establece la visión prioritaria entre nuestras necesidades. Su teoría establece que al ritmo que satisfacemos nuestras necesidades más básicas, desarrollamos necesidades más complejas. Posicionando en la cúspide de la pirámide la autorrealización personal.
Una terapia centrada en la persona por Carl Rogers
Otro reconocido padre humanista es Carla Rogers. Su enfoque de la Terapia Centrada en la Persona adopta como objetivo que el paciente tome el control y el ritmo de su terapia.
Mediante este rol activo, la persona se hace consciente de la experiencia real y adopta una postura de reestructuración del yo. El elemento que hace esto posible es la alianza que se forma entre terapeuta y paciente, estableciendo que el primero debe escuchar en profundidad el discurso de la experiencia según el paciente.
Estos principios determinan la efectividad de la terapia en función a la capacidad del terapeuta:
- Congruencia: El terapeuta es sincero consigo mismo y con el cliente en cuánto al problema y su potencial solución.
- Empatía: El psicólogo comprende al paciente colocándose en sus zapatos. Esto permite que la perspectiva del psicólogo se libere de egos y la escucha se enriquece, haciéndose activa y espontánea.
- Consideración incondicional: Es preciso que el terapeuta mire con una mente abierta al paciente, desligándose de prejuicios y sesgos ideológicos.