¿Por qué existe?
La piromanía mental es un desorden psicológico que se caracteriza por la determinación de desencadenar incendios.
El individuo, que usualmente se denomina piromaníaco o pirómano, tiene sensaciones de tranquilidad, placer, logro, provecho, esmero y encanto por todos los artículos e instituciones relacionadas con e fuego, como las estaciones de bomberos, por ejemplo.
Estos personajes no se deben confundir con aquellos llamados incendiarios, que son quienes, impulsados por sentimientos del luto o rencor, encienden hasta las cenizas algún edificio o terreno.
Estas personas se mueven por la tristeza o la rabia y su intención es soltar alguna emoción que llevan guardada por o contra alguien; mientras que el pirómano simplemente se llena del fuego en sí, seguro no le importará si se trata de la casa de unos huérfanos o la mega empresa de un narcotraficante. Él solo quiere apreciar y sentir el incendio.
El inicio de fuegos entre niños y adolescentes, así como la piromanía en adultos se presenta en formatos crónicos o episódicos.
Hay quienes tienden a incitar hogueras con mucha frecuencia a manera de apaciguar el estrés de sus cotidianidades; mientras que otros parecen hacerlo mediante períodos irregulares de tiempo, de modo que relajan temporadas de intenso agobio.
La piromanía en niños
En condiciones muy peculiares suelen ser niños o adolescentes los principales sospechosos o responsables de casos de incendios. A pesar de esto, a la temprana edad de tres años, ya los niños son capaces de llevar a cabo la piromanía.
La forma para diagnosticar a un niño de este desorden mental es solo si lleva un historial de quemas deliberadas. Estos eventos deben estar lejos de fijaciones como venganza, motivos financieros, daño cerebral o cualquier otro trastorno como el de personalidad antisocial.
Es imperante que el menor demuestre atracción indiscriminada por el fuego y sentimientos de alivio luego de estos.
La piromanía en adultos
Esta enfermedad en personas adultas se relaciona con síntomas que envuelven la depresión, la frustración, la intención de suicidio, la reiteración de problemas en las relaciones personales, pero sobre todo, la escasa facultad para encarar el estrés del día a día.
Gran cantidad de estudios sobre la causalidad de la piromanía ha llevado hasta la infancia y adolescencia con antecedentes incendiarios. Sin embargo, este trastorno en menores no se ha logrado explicar muy bien.
¿Cómo identificar a un pirómano?
- Debe haber provocado quemas en más de una oportunidad.
- Presentar fascinación por el fuego y sus relacionados (gasolina, fósforos, brasas).
- Advertir ansiedad antes de los incendios y éxtasis después de ellos.
- No debe pretender otros estímulos.
- No se puede explicar con otros trastornos, como de personalidad antisocial, de la conducta, o tratarse de un episodio maníaco.
Hay formas de prevenir esta enfermedad, la piromanía. Amerita orientación amplia y dócil en niños y adolescentes.
Asistir a terapia para adicciones en Madrid, es una alternativa a considerar, pues es necesaria una buena valoración en los jóvenes y sus familias. Pero lo más importante es una adecuada educación y entrenamiento de prevención contra los incendios. Esta última medida, en muchas ocasiones, es dejada de lado.