Síndrome de Tourette en la infancia (Trastorno de Tics)
El síndrome de tourette en la infancia se caracteriza por los gestos o espasmos repentinos y repetitivos conocidos como tics, que suceden a algunas personas, sin tener control sobre ello. Son frecuentes, por lo general corto y, cuando son leves, no interfieren en el diario vivir de quien los padece.
Sin embargo, en los niños, los tics llegan a ser graves y de más larga permanencia. Estos tics integran parte de una afección médica conocida como síndrome de Tourette. Son tics que aparecen en la infancia, pero que tienden a desaparecer en la edad adulta.
Según estudios realizados en Madrid, se cree que el Síndrome de Gilles de la Tourette se origina por herencia genética en la mayoría de los casos.
Pero hasta ahora no se conoce realmente la causa directa de este. Investigaciones recientes insinúan que esta falla es debido a cambios en el cerebro es decir en cómo se comunican las neuronas entre sí. El desequilibrio de las sustancias químicas cerebrales delegadas en transferir las señales nerviosas entre neuronas, puede ser la razón inminente de los tics.
Algunas características del síndrome de Tourette en la infancia
Este síndrome aparece en la infancia o adolescencia y no es contagioso. Por fortuna, no es ni frecuente ni común y aunque ataca más al sexo masculino, es muy baja la cantidad de afectados.
Estos tics se pueden agudizar cuando se encuentra bajo presión o estrés, haciéndose más frecuentes y duraderos. En algunos casos, los niños logran controlar sus tics en periodos cortos de tiempo; pero si se sienten agobiados, su tensión los genera nuevamente. En ocasiones por querer controlarlos, pierden la noción de su entorno, dificultándoles mantener una conversación o atender en clases.
Los tics se dividen en simples y complejos. Los tics simples suceden repentinamente y en ellos solo intervienen una cantidad mínima de músculos.
Pueden ser parpadeos exagerados y gestos faciales anormales. En los tics complejos intervienen mayor cantidad de músculos y se reflejan haciendo que el niño se toque cierta parte del cuerpo o en su defecto tocar a otra persona en forma repetitiva.
Existen casos en los que el síndrome de Tourette involucra tics tan fuertes que logran la autolesión, como golpearse la cabeza descontroladamente.
Otros tics como los vocales simples solo presentan carraspeo, aspirar aire constantemente o simplemente tararear; los tics vocales fuertes involucran repetir palabras dichas por otra persona o decir palabras vulgares en forma inconsciente.
A pesar de que en la mayoría de casos estos tics no interfieren en la vida del niño ni requieren de medicación, el síndrome no tiene cura.
Sólo en algunos casos es necesaria la medicación para controlar los tics. A pesar de que este síndrome no es una enfermedad psicológica, los pediatras remiten a sus pacientes a psicólogos y psiquiatras especializados, ya que la terapia aplicada es muy efectiva pues logran equilibrar sus tics ante la vida cotidiana de cada niño dándoles más seguridad en sí mismos.
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