¿Es posible conseguirlo?
Nuestro psicólogos en Madrid aseguran que educar sin castigos es la mejor opción para padres e hijos. Este tipo de reprimenda hace a los mayores sentirnos empoderados frente a los más pequeños.
“Si no te comes los vegetales, ¡tampoco habrá postre!” y fin de la discusión. A veces creemos que quitándoles algo preciado para ellos logramos que entiendan sobre deberes y derechos.
Sin embargo, también sucede que estas medidas se reducen al corto plazo. El niño quizá entienda que ha hecho algo mal, pero sin un trasfondo que lo estimule a hacerse cargo de sus responsabilidades. Y más importante aún: a reparar sus errores.
Si has estado castigando de alguna forma a tus hijos sin lograr tus objetivos, ¡no te desalientes! Cuando una relación ha ido de mal en peor también puede mejorar rápidamente.
Descubre algunos trucos para enseñar sin penitencias y olvidarte de los castigos por siempre. Especialistas de la salud mental defienden esta propuesta como la más efectiva para fortalecer nuestra relación con los niños.
Sigue estos pasos y educa sin castigos
- Entiende las necesidades de tu niño.
Recuerda que cada mala respuesta o cada travesura esconde un mensaje que quizá el pequeño aún no sabe cómo comunicar. Aprende a leer sus comportamientos. ¿Por qué crees que hace lo que hace?
- Pasen tiempo juntos.
A veces es complicado sacar tiempo para charlar con cada uno de tus hijos. Sin embargo, con quince minutos que dediques a escucharles o a contarles cosas vale mucho para ellos. Si les prestan total atención para que se desenvuelvan contigo, ellos se sentirán valorados y te confiaran sus cosas.
- Relájate.
Si tú mismo tienes problemas personales o profesionales, no podrás estar dispuesto enteramente para ellos ni su educación. Procura mantener el equilibrio. No te olvides de ti mismo. Realiza alguna actividad que te permita estar y sentirte bien.
- Estimula la comunicación entre ustedes.
Si el niño tiene un comportamiento inadecuado, en vez de recurrir en seguida al castigo, pregunta por qué lo ha hecho. Intenta que te explique si siente alguna incomodidad, tristeza o molestia.
- Asegúrate que entienda los límites.
Las instrucciones que damos a nuestros hijos, por muy claras que parezcan para nosotros, no lo son tanto para ellos. Debemos repetirlas de forma constante, para que en un lapso de tiempo queden grabadas en su mente. Pregúntale qué debe y no hacer, qué está bien y qué está mal.
Estos son apenas algunas recomendaciones para que la relación sea más transparente y puedas educar sin castigos. Además, psicólogos de Madrid recomiendan otros hábitos como ofrecer a los niños la oportunidad de enmendar sus errores. También es bueno que en momentos de discusión el niño pueda parar e ir a un lugar tranquilo para calmarse. Entonces tú puedes abrazarlo, expresarle tu amor y conversar sobre lo que estuvo mal y por qué.
Al final de todo pueden recompensarse juntos, hacer algo que les divierta a ambos y que puedan compartir. Esto refuerza sus lazos para tener una educación sana y armoniosa.