¿Qué es la Fobia a los ruidos fuertes?
La Fobia a los ruidos fuertes es un trastorno psicológico o emocional caracterizado por un miedo intenso e inmenso ante objetos o situaciones muy concretas.
Existen diversos tipos de fobias; claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), aracnofobia (miedo a las arañas) o agorafobia (miedo a los espacios abiertos. Sin embargo, también se dan casos de personas con miedo a los dentistas, a las multitudes, al agua, a volar, al fuego, los perros…
La ligirofobia es miedo irracional a ruidos fuertes, por regla general, repentinos, como los de las explosiones. Estas personas no pueden tolerar el estallido de petardos, globos o cohetes. El simple hecho de estar en un lugar en el que hay fiestas o globos hinchados, puede suponer ya una situación muy desagradable para las personas que padecen esta fobia.
Síntomas de la Fobia a los ruidos fuertes
Cuando una persona que padece ligirofobia se enfrenta a la explosión de un globo o petardo, su cerebro manda una cantidad de adrenalina ante lo que considera una amenaza de la que hay que huir, por lo que aumenta la presión arterial.
El corazón bombea la sangre a gran velocidad para hacer que fluya hacia los músculos necesarios para empezar a correr. También se dilatan las pupilas para mejorar la visión.
El cuerpo reacciona mediante respiración anormal, sudoración excesiva, temblores, escalofríos, náuseas y dolor de cabeza.
La persona que padece una fobia siente una sensación de ansiedad incontrolable cuando se expone a la fuente de su miedo. Lo normal es que los pacientes reconozcan que sus miedos son irracionales o desproporcionados.
Tratamientos para frenar la ligirofobia
Tanto la ligirofobia como otro tipo de fobias, se pueden solucionar con el tratamiento adecuado. Lo más efectivo son los tratamientos cognitivos, donde los pacientes son expuestos a la causa de su fobia en sucesivas pautas graduales.
Estos tratamientos están enfocados a dar información sobre la naturaleza de las fobias y explicar cómo actúa nuestro cerebro antes estos estímulos, para empezar a trabajar en la forma de combatirlas.
Relajarte, controlar la respiración, son herramientas muy útiles para poder combatir las situaciones de estrés. Las terapias de relajación te pueden ayudar.
En algunas ocasiones, si la fobia es más grave, el profesional aconseja el uso de medicamentos.
¿De qué manera se forma esta fobia?
El paciente se construye el problema a través de los intentos de solución para combatirlo. Las soluciones que no funcionan son:
La persona evita por completo ir a los sitios donde pueda haber objetos o personas que puedan ocasionar ruidos fuertes.
Pueden usar todo tipo de precauciones para intentar no oír los ruidos fuertes. Usan tapones para las orejas, insonorizan en la casa, etc.
Con frecuencia comentan que tienen miedo de perder el control con mareos, náuseas, irritabilidad, etc.
En los niños, cuando sienten miedo, rápidamente corren a aferrarse a uno de sus padres para poder escapar de esa situación.
¿De qué manera podemos ayudar a nuestro familiar o hijo que la sufre?
Motivarle para que conozca los objetos que producen esos ruidos tan fuertes, ayudarle a familiarizarse con lo que le conduce al miedo en vez de evitarlo.
Centrar su atención en identificar los tipos de ruidos, cuánto duran en el tiempo. Esta estrategia es muy útil para conseguir que la persona se evada de intentar controlar los síntomas de ansiedad que se le disparan.
Incitarle a que grite, ya que con este método se consiguen varios efectos, uno de ellos es que como tiene de estar pendiente de imitar los ruidos se le obliga a afrontarlo.
En Ipsia Psicología somos expertos en todo tipo de fobias, te podemos ayudar.