Intentemos entender la adicción a la prostitución
Muy pocos clientes de prostitución admiten que lo son en público. Para mucha gente un burdel es un lugar para el vicio, pero para otros solamente es un sitio donde pasar un buen rato.
Cualquier adicción lleva implícita la vergüenza que supone reconocer que estamos realizando una conducta dañina, por consiguiente, nos afecta a nosotros y a nuestro entorno, sin poder controlarla.
Las adicciones con sustancia o sin ella suelen ser juzgadas sin apenas conocer qué significan y de dónde vienen.
La adicción a la prostitución, al sexo, son una de las más intolerantes, sobre todo por el hecho de que se entiende como un vicio y no como lo que realmente es, una adicción y por consiguiente, una enfermedad.
El equipo de Ipsia Psicología cuenta con psicólogos expertos en la adicción a la prostitución, y en concreto, la sexual.
¿A qué denominamos adicción a la prostitución?
Cuando nos referimos a la adicción a la prostitución, no estamos hablando del consumo esporádico como sustitución al sexo libre, sino que la entendemos como una de las variantes dentro de la adicción al sexo.
Se caracteriza principalmente por la búsqueda de la satisfacción sexual a través de encuentros cortos, y como resultado a un intercambio económico.
Esto ocurre independientemente de que el paciente tenga, aparte, encuentros sexuales con su pareja habitual o con parejas esporádicas. Este tipo de encuentro sexual puede llevarse a cabo a través de citas con prostitutas o a través de páginas en internet.
El uso de este tipo de servicios está definido por una conducta compulsiva sin control. A pesar de que en la mayoría de los casos provoca repulsión, se vuelve a repetir una y otra vez sin poder evitarlo.
La adicción a la prostitución no es que una persona busque sexo rápido pagando de vez en cuando por ello, o que acabe en un prostíbulo en una despedida de soltero.
El problema es que si tiene una inclinación genética para desarrollar una adicción, su consumo irá incrementándose, repitiendo esa conducta que le proporciona tanto placer, aunque ello le traiga consecuencias nocivas a nivel personal, de pareja, económico o laboral.
Igual que un adicto a las drogas un día comienza a consumir cocaína, al adicto a la prostitución le pasa algo similar.
Esta “sustancia” aparece en su vida, repite su uso algunas veces más, y se da cuenta de que le ayuda a sobrellevar situaciones que le sobrepasan por desconocimiento o porque no es capaz de manejarlas.
Lo utiliza como válvula de escape de sus sentimientos, problemas o porque sencillamente disfruta de ese tipo de “consumo”, sin ser consciente de que terminará perdiendo el control sobre este proceder.
A la prostitución se la relaciona con el consumo de drogas
- El adicto a la prostitución suele ser también consumidor de drogas y alcohol. Hay muchos adictos a la prostitución que solo consumen droga si están en estos locales, y no suelen tener presente de que el alcohol y la cocaína son sustancias muy adictivas y pueden provocar dependencia psicológica y física.
- Dará paso a cantidad de visitas a los prostíbulos como al consumo de sustancias, e irán en aumento de forma paralela.
- Muchos adictos a la prostitución no creen tener un problema con alcohol y drogas, aunque cuando llevan un tiempo en terapia se dan cuenta de que el alcohol o cualquier sustancia forma parte también de su consumo, tanto o más que la prostitución, pero al consumirla solo en estos locales no identifican tener ningún problema con estos estupefacientes.
¿Qué hay detrás de la adicción a la prostitución?
Muchas de las personas que padecen esta adicción, tienden a tener sentimientos de inseguridad, baja autoestima, inferioridad y a sentirse desplazados. Todos estos sentimientos les sirven de justificación de sus consumos de prostitución e incluso para soportar el serles infieles a sus parejas, en el caso de tenerlas.
Cuando el adicto acude al prostíbulo lo hace con la idea de que allí será entendido, de que pasará a ser el protagonista, notando la sensación de poder que tanto le gusta. Sentirá bienestar y placer solo con la idea de poder escaparse un rato de la realidad.
Consecuencias de la adicción a la prostitución
Las consecuencias del consumo de prostitución se encuentran en todas las áreas de la vida del paciente.
El entorno familiar se ve afectado ya que el adicto tiende a aislarse, evitando los encuentros familiares, y así poder satisfacer sus necesidades.
El momento en que la familia no se encuentra en casa o está realizando una actividad en grupo, es el momento más propicio para su consumo.
A nivel de pareja, los problemas pueden manifestarse a través de la disminución y empeoramiento de las relaciones sexuales entre ellos.
Esto viene producido porque el paciente necesita un tipo de relación sexual diferente y evita la intimidad con su pareja. Aparte de esto, las infidelidades y la desconfianza pueden desembocar en la ruptura de la relación.
No podemos olvidar la implicación que tiene en la salud el sexo compulsivo con parejas esporádicas. Puede provocar el contagio de enfermedades sexuales como consecuencia de las conductas sexuales impulsivas de riesgo.
Si no se tiene pareja, la adicción a la prostitución puede dificultar que empecemos una relación nueva; este tipo de adicciones suelen ir acompañadas del aislamiento.
Dentro del sector laboral, el paciente se expone a perder su trabajo si consume pornografía en horario de trabajo. Este fenómeno ocurre con mucha frecuencia ya que las horas que una persona pasa en su trabajo abarcan gran parte del día.
El entorno social acaba quedándose olvidado debido al aislamiento que supone la adicción, porque está buscando continuamente la soledad para la el consumo cómodo.
Y el sector económico es de las que más rápido se ve perjudicado, ya que se desembolsan grandes cantidades de dinero para consumir prostitución a través de webs de pago, prostitutas y teléfonos.
No debemos olvidar que el consumo de prostitución en locales tiene ligado otro tipo de consumos adictivos como alcohol, marihuana, cocaína, drogas de diseño, etc…
Como cualquier adicción a las drogas, alcohol, compras o juego, la adicción a la prostitución solo traerá destrucción y dolor.
Tendrá efectos negativos en su economía, porque gastará cada vez más dinero; a nivel físico, porque aumentará la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual, y en el caso de tener pareja es habitual que la relación acabe en separación.
Las personas que conviven con adictos les es muy difícil comprender una adicción al alcohol o la cocaína, pero a las parejas de los adictos al sexo o la prostitución, se les hace aún más complicado.
Esta adicción viene acompañada de una fuerte carga sentimental y emocional añadida, porque tienen que hacer frente a la infidelidad de sus parejas, y esto les afecta también a su autoestima, sintiéndose traicionados y vulnerables.
¿Cómo debemos tratar la adicción a la prostitución?
Tanto el tratamiento de la adicción a la prostitución, como el de algunas adicciones sin sustancia, implican una reeducación.
Es muy importante que el paciente aprenda a distinguir entre las conductas sexuales compulsivas llevadas a cabo por consumo y las conductas sexuales originadas por la necesidad vital.
En el caso del consumo de prostitución, es más fácil de conocer debido a que implica un desplazamiento y resulta más fácil evitarlo. En el caso de las conductas de masturbación a través de la pornografía la dificultad es superior.
Es muy importante que el paciente realice una conexión con sus necesidades para poder empezar con estas diferencias y así conseguir la reeducación sexual.
El tratamiento se realiza de forma integral a través de terapias individuales. Con ellas se busca identificar el contenido emocional ligado a estos consumos que serán determinantes para conocer el origen.
No es lo igual la búsqueda de sexo como solución a una situación de ansiedad que nos ofrezca una vía de escape, a una situación incómoda o la búsqueda de sexo como necesidad para vivir.
En el tratamiento de la adicción a la prostitución, además de tratar al propio afectado, atendemos especialmente a sus parejas, les ofrecemos la oportunidad de realizar terapias individuales para poder superar las emociones relacionadas con este consumo, si quieren recuperar su autoestima y su relación.