¿Qué son los ataques de ansiedad?
Los ataques de ansiedad son un mecanismo de autodefensa, un sistema de alerta ante situaciones que consideramos amenazadoras.
Todas las personas lo tienen, es normal. Moviliza al organismo, lo mantiene alerta y está dispuesta para intervenir frente a los riesgos y amenazas, o lo que nosotros consideramos amenazas, de forma que no se produzcan o se minimicen sus consecuencias.
La ansiedad, por lo tanto, nos lanza a tomar las medidas pertinentes (huir, neutralizar, atacar, afrontar, adaptarse, etc.), según el caso y la naturaleza del riesgo o del peligro.
La ansiedad pues, como mecanismo adaptativo es buena, funcional, normal y no representa ningún problema de salud.
Sin embargo, en algunos casos, este mecanismo funciona de forma alterada, es decir, produce diferentes problemas de salud y, en lugar de ayudarnos, nos debilita. Ahí es donde empieza la labor de la psicología.
Síntomas de los ataques de ansiedad
Los síntomas de la ansiedad más comunes son los siguientes:
- Sensación de nerviosismo, tensión o agitación.
- Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe
- Aumento del ritmo cardíaco
- Respiración acelerada (hiperventilación)
- Sudoración
- Temblores
- Sensación de debilidad o cansancio
- Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual
- Tener problemas para conciliar el sueño
- Padecer problemas gastrointestinales
- Tener dificultades para controlar las preocupaciones
- Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad
Tipos de ansiedad
La agorafobia es un tipo de trastorno en el que temes a lugares y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado o indefenso e intentar evitarlos.
El trastorno de ansiedad debido a una enfermedad incluye síntomas de ansiedad o pánico intensos que son directamente causados por un problema de salud físico.
Ansiedad generalizada se caracteriza por una ansiedad y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina.
El trastorno de pánico implica episodios repetidos de sensaciones repentinas de ansiedad y miedo o terror intensos que alcanzan un nivel máximo en minutos (ataques de pánico).
El mutismo selectivo es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la familia.
El trastorno de ansiedad por separaciones un trastorno de la niñez que se caracteriza por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del niño.
El trastorno de ansiedad social (fobia social)implica altos niveles de ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación por ser juzgado o percibido de manera negativa por otras personas.
Las fobias específicas se caracterizan por una notable ansiedad cuando la persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por evitarlos. En algunas personas, las fobias provocan ataques de pánico.
El trastorno de ansiedad inducido por sustancias se caracteriza por síntomas de ansiedad o pánico intensos que son el resultado directo del uso indebido de drogas, como tomar medicamentos.
Crisis o ataques de pánico
Los síntomas de una crisis de pánico son muy típicos”, “son muy violentos, muy rápidos, intensos y producen un gran malestar”. El experto indica que en muy poco tiempo los pacientes tendrán sensación de taquicardia, palpitaciones, de falta de aire, de opresión en el pecho, sudoración y sobre todo, mucho miedo, inclusive gritando de angustia.
Pueden notar náuseas y tener sensación de mareo. Otros síntomas que pueden aparecer es una sensación de inestabilidad o aturdimiento, hormigueo y entumecimiento. Por último, está el miedo a perder el control o volverse loco.
Estas crisis no son nuevas y no han aumentado con la crisis. Aunque es cierto que todos los factores tienen que ver y estar sometido a un agotamiento continuo, perder el trabajo, la casa, un ser querido, puede aumentar el riesgo de tener un ataque de ansiedad.
Sin embargo, hay factores que complican las crisis de angustia, cuando los pacientes las sufren tienen la percepción de que tienen un problema físico, en lugar de uno emocional. Es decir, creen que están padeciendo una enfermedad muy grave, que pueden tener un “infarto de miocardio”.
Pasos que hay que dar en una crisis
Los especialistas señalan que todas las personas pueden sufrir una crisis de ansiedad y en cualquier momento. Sin embargo, si estas se repiten y se desarrolla ese temor a que vuelvan a aparecer estamos ante un trastorno de angustia más complejo que puede derivar en la aparición de la temida depresión.
Respecto a los pasos que tiene que dar una persona que ya sabe que está pasando por una crisis de ansiedad, el especialista recomienda seguir estas estrategias: realizar técnicas de relajación, como Mindfulness, intentar no obsesionarse en el problema y buscar ayuda, comunicarse con otras personas.
Todo eso apoyado con una medicación adecuada ayuda a reducir la ansiedad. Lo que hay que intentar siempre es enfrentarse a ella y llevar una vida normal.
Cualquiera que sea el tipo de ansiedad que padezcas, se recomienda la ayuda de un especialista.
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