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Psicólogos expertos en autoestima en Madrid y online
Podemos ver el impacto de la autoestima en la relación de pareja, al evaluarnos a nosotros mismos.
La autoestima es la percepción que tenemos de lo que somos, de nuestra personalidad y cualidades particulares.
Como ejemplo podemos pensar en un objeto “x” que tengamos en nuestra mano, si lo acercamos demasiado a nuestros ojos se hará borroso y no podremos observarlo de forma nítida.
Nuestra manera de juzgarnos se construye con base en la comparación de lo que hacemos y lo que pensamos, con lo que queremos ser o tenemos valuado como valioso.
La manera en que nos percibimos condiciona nuestro accionar, y por ende las interacciones con los otros; una de las más fuertes manifestaciones de esta se da en las relaciones de pareja.
La idealización del amor y lo que representa la pareja, como ser querido y apoyado, actúan para ser blanco de descarga de las inseguridades de la pareja con baja autoestima.
Las personas con baja autoestima poseen tendencias a la desconfianza, por lo que los casos de celos se agravian, aún cuando la pareja no ha demostrado motivos para ello; esto ocurre por la apreciación de sí mismos como “inferiores” a otros.
Otra de las maneras de manifestación más común es menospreciar los gestos de afecto y catalogarlos de deshonestos, pues proyectan en el otro la imposibilidad que sienten ellos de apreciarse a sí mismos.
Con todo esto la relación termina plagada de peleas que pueden no ser más que construcciones mentales de la persona; y conlleva a su progresivo desgaste.
A quienes tienen baja autoestima les resulta difícil identificar estas conductas de su parte, por lo que se le termina atribuyendo el fracaso amoroso a la idea de no haber sido querido por la pareja.
O, si se acepta la responsabilidad en la problemática, se usa esto como una forma de auto flagelarse.
En cualquiera de los dos casos, la persona reafirma la imagen que tiene sobre sí como un sujeto no digno de respeto y/o aprecio.
Es mucho más difícil modificar la imagen que se tiene de uno mismo en la madurez, que en la niñez o adolescencia; y el origen de la misma dependerá el desarrollo de esta como problema en las relaciones.
Para sobrellevar una relación, cuando uno de los dos tiene este problema, se debe tener el conocimiento del mismo y realizar un ejercicio de distanciamiento de si, tratar de evaluarse objetivamente, como si se fuese otra persona; presentando únicamente los hechos.
Esta terapia puede ser conducida por un especialista, el cual orientará al paciente en el modo de observarse.