Cleptomanía, ¿cómo tratarla?

Cleptomanía, ¿cómo tratarla?

La terapia cognitiva conductual es una de los tratamientos que pueden ayudar para combatir la cleptomanía, trastorno de la salud mental que consiste en la incapacidad recurrente para resistir el impulso de robar objetos que, por regla general, no necesitas.

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Robar es un delito que se lleva a cabo de forma voluntaria y plenamente consciente, y tiene por objeto fundamental el de hacerse con el bien o producto con la finalidad de utilizarlo o lograr algún tipo de beneficio económico con él.

Pero hay personas que no cometen hurtos por esta causa y que incluso pueden acabar devolviendo lo robado, dado que lo que les conduce al hurto es la necesidad de aliviar tensión y una pérdida de control de sus impulsos. Se trata de las personas que sufren cleptomanía.

La cleptomanía se fundamenta en el impulso de tomar productos de venta y llevárselos sin pagar, dado que que lo atrayente de esta acción sea el hecho de quebrantar la propiedad privada.

Nuestro artículo “Cleptomanía”, puede ayudarte.

Síntomas

El robo en no es un acto premeditado ni planificado, sino que surge como reacción a la tensión o como una descarga emocional a través de la cual calmar sus impulsos. Se trata de un acto casi automático y parcialmente involuntario que surge de la necesidad.

El móvil del robo no es económico, y además tampoco se lleva a cabo con el fin de vengarse o expresar rabia.

La cleptomanía es uno de los denominados trastornos del control de los impulsos grupo al que pertenecen, tanto este trastorno como la piromanía, o el trastorno explosivo intermitente, y que se caracterizan por la dificultad para controlar impulsos, emociones y deseos que aparecen de manera súbita e irresistible, sin que medie otra alteración cognitiva o psiquiátrica.

El robo se vuelve un acto compulsivo, adquiriendo características adictivas y asemejándose a su vez en su funcionamiento a los trastornos obsesivos.

Epidemiología

La cleptomanía es un trastorno poco frecuente y supone menos del 5% de los hurtos que se llevan a cabo. Esta condición puede aparecer a edades muy diversas, incluyendo la infancia o adolescencia y en pocos casos en la adultez. Es más frecuente en mujeres jóvenes. En algunos casos remite por sí mismo, aunque a veces resurge en respuesta a situaciones estresantes o permanece durante años.

Algunas clasificaciones diagnósticas como la CIE indican que al menos deben haberse producido entre dos o tres episodios para poder diagnosticarlo.

Resulta relevante mencionar que aunque el robo no resulta explicable por otros trastornos, es habitual que exista comorbilidad con otras alteraciones (que se den de manera conjunta cleptomanía y otro trastorno). Entre las más frecuentes se encuentran el alcoholismo, el Trastorno Obsesivo-Compulsivo, la depresión mayor o los trastornos de la conducta alimentaria.

Cómo afecta en la vida diaria

El cleptómano puede sentirse culpable de su acto, y es consciente de que está cometiendo un robo, pero se ve incapaz de resistirse a llevarse el bien en cuestión. De hecho, no es infrecuente que una vez robado el objeto en cuestión sea devuelto al establecimiento o persona propietaria. No es infrecuente que aparezcan síntomas como vergüenza y remordimiento, que pueden alterar el día a día del sujeto.

Además de ello puede ser habitual que sean atrapados en el acto y tengan problemas con la justicia, de tal manera que pueden llegar a ser condenados prisión. Ello puede conllevar problemas a nivel social, hasta el punto de tener conflictos interpersonales e incluso ser rechazados por su entorno, o tener dificultades a nivel laboral.

La falta de control sobre los impulsos puede conducir a que la persona sienta poca sensación de autoeficacia, lo que a su vez puede llevar a la sensación de poco control sobre su vida y finalmente al surgimiento de problemas de estado del ánimo. También pueden generar conductas de acumulación de los objetos robados.

Tratamiento

La cleptomanía es una condición que precisa tratamiento. Son múltiples los tipos de terapia e intervención existentes, tanto a nivel psicológico como farmacológico, por lo general se emplea una combinación de ambos.

Podemos encontrar en primer lugar la terapia cognitiva conductual, donde ayudará al paciente a tomar más conciencia de sus pensamientos negativos, y poder llegar a ser más resolutivo ante diversas situaciones.

En segundo lugar, tenemos la desensibilización sistemática, en la cual se expone al sujeto a situaciones ansiógenas con el fin de que las afronte llevando a cabo conductas incompatibles con la ansiedad, o bien la realización de conductas alternativas al robo. Otra alternativa es la exposición con prevención de respuesta.

La psicoeducación también es de gran utilidad tanto para el sujeto como para su entorno, dada la poca comprensión social que tiene este trastorno. También se han visto como eficaces procedimientos como la terapia de aceptación y compromiso.

A nivel farmacológico se han visto como eficaces fármacos antidepresivos como los ISRS (que a su vez se utilizan tanto en depresión como en TOC), en especial algunos como la fluoxetina o la fluvoxamina. Aunque estos son fármacos de elección, también los estabilizadores del estado del ánimo, anticonvulsionantes o incluso fármacos eficaces en el alcoholismo como la naltrexona han sido utilizados para tratar la cleptomanía y han manifestado cierto éxito.

Conclusiones

Entre el problema más destacable del tratamiento para la cleptomanía está la dificultad del paciente para reconocer su problema. Es habitual que los cleptómanos tengan sentimientos de vergüenza y que estos les impidan pedir ayuda, lo que hace que llegar a la fase de tratamiento sea difícil.

Es muy importante mantener la calma y hacerle ver de un modo compasivo que quieres ayudarle. A veces podemos hablarles de las posibles consecuencias si les pillan, siempre con un tono asesor y evitando acusaciones.

Acude a tu profesional de salud mental para ayudarte a solucionar el problema.