Funciones de los cuidadores de las personas dependientes
En muchas ocasiones, esta función la realiza una persona cercana a la que tiene necesidad de unos cuidados específicos, como un familiar, amigo, vecino o bien una persona encargada por los suyos de su cuidado, lo que llamamos cuidadores de las personas dependientes.
Algunas personas que no son profesionales, son contratadas para el cuidado de un enfermo, a una persona mayor o una persona con grandes limitaciones, algunas de esas tareas son éstas:
- Esta persona colabora en la atención de personas dependientes, cuida de su entorno y ayuda en lo que necesite.
- Ayuda en su higiene personal, realiza las tareas del hogar que implican al entorno del paciente que cuida.
- Debe poseer conocimientos del manejo y control de una persona dependiente, para ello puede preguntar a la enfermera que le corresponda, esto puede ayudar a prevenir caídas y así como riesgos que pueda tener esa persona.
- Administrar la medicación necesaria.
- Acompañar en los traslados, si los hubiere.
- Su trabajo no solo se centra en el cuidado, también es de vital importancia el que pueda comunicarse con esa persona que cuida.
- El cuidador debe tener mucha paciencia y comprender a esas personas que cuida, personas mayores o personas dependientes.
En Ipsia Psicología, contamos con psicólogos expertos en cuidados de las personas dependientes, que te ayudará en lo que necesites.
Agotamiento del cuidador de las personas dependientes
Las personas con demencia son una de las más difíciles y costosas para cuidar.
La mayor parte de los casos requieren de una elevada carga de dedicación y atención, dependiendo del grado de nivel de la enfermedad.
El cansancio mental y físico que provoca cuidar una persona con enfermedad de Alzheimer puede traer consecuencias nocivas en la salud del cuidador.
La Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) y la Fundación Sanitas, reveló que entre un 50 y un 70% de los cuidadores de enfermos con demencia presentan algún tipo de carga, destacando que alrededor del 30% muestran sobrecarga intensa.
Esta sobrecarga se define como el “Síndrome de cuidador quemado” y significa un gran cansancio emocional que inhabilita al cuidador para ofrecer la ayuda que precisa el paciente, hasta llegar a un estado de sentir indiferencia por él.
Este síndrome tiene características muy acentuadas:
- Emocionales
- El cuidador acostumbra a aislarse de la familia y amigos debido al choque que produce la enfermedad del familiar en la vida del cuidador.
- Tiene dificultad para concentrarse
- Pierde de interés en actividades que antes disfrutaba
- Sensación de melancolía
- Tristeza
- Irritabilidad
- Sentimientos de auto daño
- Indiferencia por la persona que cuida
- Físicas
- Trastornos digestivos
- Palpitaciones
- Exceso consumo de café, alcohol o tabaco
- Exceso consumo de pastillas para dormir
- Propensión a sufrir pequeños accidentes
- Cambios en el apetito o en el peso
- Mayor vulnerabilidad a las enfermedades
Si eres cuidador y observas que tienes varios de estos síntomas, no debes dejar pasar el tiempo, debes tratar el problema para que no se convierta en algo mucho más grave.
Suelen aparecer de manera progresiva y es recomendable acudir a la consulta de un psicólogo, ya que es muy importante aprender a sobrellevar y canalizar estas dificultades.
¿Cómo podemos prevenir el agotamiento?
Existen diferentes recomendaciones que puedes seguir para evitar este síndrome, como:
- Planifica la jornada con momentos de descanso y cuidado personal, no lo olvides
- Duerme bien
- Realiza ejercicio de manera constante y regular
- Mantén tu vida social activa
- Aprende a decir “No” a la persona que cuidas
¿Qué sucede si fallece esa persona a la que cuido?
Cuando llevas años cuidando a un familiar dependiente, con una rutina juntos, conocimiento mutuo, horarios, charlas, juegos en común, risas, en definitiva, una vida compartida, y llega un momento que ese familiar tan querido fallece.
Nadie sabe prepararse para afrontar la muerte y el impacto de una pérdida es demoledor, sobre todo para la persona que lo cuida.
En este caso debes afrontar esta nueva situación con entereza y organizar tu nueva vida como ex cuidador. Esta nueva etapa forma parte de un proceso, que tiene mejores y peores momentos. Dejar atrás una pérdida no es fácil y seguir algunas pautas podrían ayudarte en esta dura transición.
- El duelo es imprescindible. Es totalmente normal que comience una etapa de duelo, aunque en muchos casos puedas sentir alivio.
- Muchas veces los cuidados que necesita un familiar son tan intensos, que puede generar en ti una presión muy alta. Cuando ese familiar no está, aparece un sentimiento de alivio, de liberación, porque esta difícil tarea ha terminado.
Pero no debes sentirte culpable bajo ningún concepto. Somos seres humanos y no se puede luchar contra nuestros sentimientos.
Debes enfocarte en reconstruir tu nueva vida, con el buen recuerdo y la certeza de haber hecho lo correcto por esa persona.
- Aceptar el dolor. El dolor forma parte del avance. Debes aceptarlo, pero no debes sumergirte en él ya que puede llevarte a la depresión.
- La muerte de un familiar es dolorosa, pero en este caso es esperable. Si ves que pasa el tiempo y ese dolor no se disipa, busca ayuda de un profesional de la salud mental.
- Tómate un tiempo. Después de mucho tiempo de dedicación en exclusividad, necesitarás darte un tiempo para volver a reacomodar tu vida, y valorar qué es lo que te interesaría hacer en un futuro.
- Busca apoyo en tu familia. Comparte el sentimiento de culpa, dolor, frustración con tu familia, quienes empatizarán contigo.
- Lo mejor que puedes hacer es hablar de lo que sientes y no reprimir tus sentimientos y emociones.
- Grupos de apoyo. Muchos ex cuidadores buscan ayuda en grupos de apoyo para compartir experiencias vividas.
- Las entidades que se dedican a la lucha contra el Alzheimer, pueden ser muy útiles a la hora de buscar este tipo de apoyo.
- Mantente activo. Es imprescindibles que te mantengas activo, que realices ejercicio con cotidianidad y te alimentes de manera sana y natural, pero también evalúa la posibilidad de buscar un trabajo, realizar una escapada o cambiar algo en tu casa que no te guste.
- Ayudar a los demás. Tu experiencia puede servirle, y mucho, a otro cuidador.
- Las organizaciones que se ocupan de enfermedades como Parkinson o Alzheimer, reciben muchas consultas sobre cómo gestionar la muerte de un familiar enfermo y allí es donde puedes ayudar y compartir tus conocimientos.
- Y puede ser útil también para ti, ya que es una forma distinta de recordar y engrandecer a tu familiar fallecido.
El fallecimiento de un familiar al que cuidabas origina mucho dolor, pero lo mejor que puedes hacer es recordar todo lo bueno que hiciste por él, los años que le dedicaste a su cuidado y el amor que le brindaste.
Tu vida debe continuar y tienes las herramientas para convertir ese dolor en un recuerdo grato.
Utilízalas y apóyate en tus seres queridos.