“LA HIPNOSIS CON SUGESTIONES DE CONFIANZA PARA LA DISMINUCIÓN DE LA ANSIEDAD EN EL DEPORTE”
ÍNDICE
1 PRIMERA PARTE: REVISIÓN TEORICA
- Introducción 9
- Las emociones en el deportista: el binomio confianza-ansiedad
1.2.1 Las emociones: qué son, qué función desempeñan 11
1.2.2 La ansiedad: sus manifestaciones y su influencia en la actuación deportiva 17
1.2.3 La autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento deportivo. 26
- Hipnosis
1.3.1 Historia de la hipnosis 37
1.3.2 Definición de Hipnosis 47
1.3.3 Partes del proceso hipnótico y variables influyentes 52
1.3.4 Hipnosis: estado alterado de consciencia contra sugestión 60
1.3.5 La sugestionabilidad en el ámbito de la Psicología Clínica Aplicada 63
1.4 La hipnosis en la disminución de la ansiedad
y el aumento de la confianza 64
1.5 Hipnosis y deporte 73
- SEGUNDA PARTE: ESTUDIO EMPIRICO
- Objetivos del estudio 92
- Participantes 93
- Instrumentos de medida 94
- Procedimientos 96
- Resultados 109
- Limitaciones del estudio 143
BIBLIOGRAFIA 145
“La emoción decide y la razón justifica”
Sigmund Freud
AGRADECIMIENTOS
JUSTIFICACIÓN PERSONAL
El objetivo de la psicología del deporte en el ámbito del rendimiento es trabajar, por un lado, aquellos aspectos que al deportista le puedan interferir en su práctica deportiva, y, por otro, aumentar sus potencialidades para conseguir un mejor rendimiento deportivo. Este campo de trabajo es tan extenso y con tantas variables que exige que el conocimiento de un psicólogo del deporte deba ser lo suficientemente amplio como para poder ayudar al deportista a obtener el objetivo de conseguir su mejor rendimiento.
Para acotar mi campo de investigación, una primera consideración, a la hora de plantearme este trabajo, fue preguntarme cuales son los problemas más comunes y, a la vez, de importancia decisiva que pueden afectar a un deportista y porqué suceden. Pues bien, después de revisar la bibliografía me di cuenta de que uno de los problemas más importantes para un deportista es la ansiedad; así que al recalar en la ansiedad estábamos entrando en el campo de las emociones, por lo que quise saber que significaba la emoción y, sobre todo, como nos influye o determina.
Consideré, por otro lado, cómo podía incidir lo más directa y eficazmente posible sobre las emociones y ayudar a un deportista a disminuir la ansiedad; y, aprovechando mi formación en hipnosis y vista la extensa evidencia científica que hay en el uso de esta técnica para el cambio de estados emocionales, consideré que la hipnosis podría ser el vehículo para acceder y trabajar con las emociones, con su evocación y control. Al sujeto en estado de hipnosis se le pueden inducir procesos emocionales muy específicos, lo que a través de otros métodos sería mucho más difícil (Juan Cristóbal Ruiz Díaz y Guy Santibáñez-Hidalgo, 2008).
También me planteé que si la ansiedad significa estar conectado a un estado emocional de inseguridad, se podría disminuir o eliminar la ansiedad por otro camino, es decir, no intentando disminuir la ansiedad trabajando directamente sobre ella, sino posibilitando que el deportista se conecte a una emoción distinta e incompatible, es decir, a una emoción de seguridad o de confianza para hacer frente a sus retos.
Así que, teniendo en cuenta los planteamientos anteriores, la propuesta que vamos a desarrollar en este trabajo es que podemos facilitar una regulación emocional adecuada ante la competición por medio de técnicas sugestivas orientadas a aumentar la auto-confianza al tiempo que conseguimos el control o reducción de la ansiedad y, de esta manera, facilitar la realización de una competición exitosa.
REVISION TEÓRICA
1.1. Introducción:
Diversos estudios han analizado la relación entre ansiedad, auto-confianza y rendimiento deportivo (Burton, 1988).
Podemos considerar que la ansiedad competitiva o en situaciones de prueba y la auto-confianza son los dos extremos de una variable psicológica que representa el esquema emocional básico con el que el deportista afronta la competición.
Trabajar para mejorar el esquema emocional del deportista conlleva una serie de acciones dirigidas a cambiar el significado de la situación estresante, controlar y neutralizar las emociones negativas como la ansiedad, y conseguir un afrontamiento desde la auto-confianza; y para realizar esta tarea existe numerosa evidencia de que la hipnosis es una tecnología de primera elección (Juan Cristóbal Ruiz Díaz y Guy Santibáñez-Hidalgo, 2008).
En este trabajo nos proponemos primeramente hablar de las emociones y del papel que tienen en el comportamiento humano en general y del deportista en particular, según algunas de las últimas investigaciones. Se intentará explicar, de manera sencilla y breve el concepto de hipnosis, su historia, sus distintas teorías, variables que influyen y elementos que la componen. También hablaremos de si la hipnosis es un estado alterado de conciencia en el que tiene lugar el estado de trance, y también de la sugestión como la parte fundamental que es en el proceso de hipnosis, y se explicará, basándonos en la evidencia científica, por qué funciona la hipnosis en la disminución de la ansiedad .
Así mismo, realizamos una revisión de la literatura sobre la hipnosis en el deporte, tanto respecto de su utilización, como de la evidencia sobre su eficacia en psicología del deporte en general y en el trabajo con las emociones del deportista en particular.
1.2. Las emociones en el deportista: el binomio confianza-ansiedad.
1.2.1 -Las emociones: qué son, que función desempeñan.
Según la Real Academia de la Lengua, la definición de emoción es la siguiente:
– (Del lat. emotĭo, -ōnis). Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.
Spinoza fue uno de los primeros pensadores en hablar de los instintos y motivaciones, y los llamó apetitos, y utilizó la palabra deseo para la situación en que los sujetos se hacen sabedores de los apetitos. También fue de los primeros en hablar de las emociones, decía que el cuerpo dependía de ellas y ellas del cuerpo; según Spinoza las emociones servían para la autopreservación, y propuso el término “conatus” para denominar el proceso por el que el sujeto se hacía consciente de las emociones, por medio del cuerpo.
Skinner (1977) dijo: “Mientras concibamos el problema de la emoción como un estado interno, no es probable que hagamos avanzar una tecnología práctica”.
Uno de los primeros científicos que se interesaron por el problema de definir que son las emociones fue James (1984, citado en Damasio, 2003), que propuso que la emoción era la percepción por parte del sujeto de su propia respuesta fisiológica a un determinado acontecimiento; definición, como vemos, muy parecida a la que propuso Spinoza.
Uno de los científicos que más ha estudiado las emociones es Antonio Damasio, quien ha ganado varios premios por sus descubrimientos y ha escrito varios libros hablando de ellas: “El error de Descarte (1994)”, “La Sensación de lo que ocurre (2000)” y “En busca de Spinoza: Neurobiología de la Emoción y los Sentimientos (2003)”. Damasio dice que tanto Spinoza como James tenían razón en muchas de sus intuiciones sobre las emociones, y realiza varios descubrimientos en el campo del estudio de la neurociencia de las emociones y los sentimientos.
Damasio clasifica las emociones en tres categorías, emociones de fondo, emociones primarias y emociones sociales. Las emociones de fondo, llamadas también “estados de ánimo”, son expresiones compuestas de las acciones reguladoras, en la medida que estas se desarrollan e intersectan momento a momento en la vida. En segundo lugar están las emociones primarias (o básicas), que son ira, miedo, asco, sorpresa, tristeza y alegría. Y el tercer tipo de emociones son las emociones sociales, también llamadas emociones secundarias, que incluyen la simpatía, vergüenza, culpabilidad, orgullo, celos, envidia, gratitud, admiración, indignación y desdén. Estas emociones sociales son la combinación de emociones primarias junto con reacciones reguladoras.
Antonio Damasio(2003) propone una definición de emoción con las siguientes características:
– Es un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón distintivo.
– Estas respuestas son producidas por el cerebro cuando éste detecta un estímulo emocionalmente competente, esto es, el objeto o acontecimiento cuya presencia, real o en rememoración mental, desencadena la emoción. Las respuestas son automáticas.
– El cerebro está preparado por la evolución para responder a estos estímulos con repertorios específicos de acción, pero la lista no se halla confinada a los repertorios preescritos de la evolución, sino que se aprenden por la experiencia.
– El resultado inmediato de las respuestas es un cambio temporal en el estado del cuerpo, y en el estado de las estructuras cerebrales que cartografían el cuerpo y sostienen el pensamiento.
– El resultado de estas respuestas es situar al organismo en circunstancias propicias para la supervivencia.
Otro de los descubrimientos de Damasio, a destacar, es que para que las emociones tengan lugar no hay necesidad de analizar conscientemente el objeto causativo, y mucho menos de evaluar la situación, incluso la reacción emocional tiene lugar sin conocimiento consciente del estímulo emocionalmente competente. Esto coincide con los estudios de Paul Whalen, expuestos en su libro “The Human Amygdala” (2009), en los que dice que la amígdala detecta estímulos emocionalmente competentes de manera inconsciente, y, también, con Jones y Mishkin (1972) que descubren que la amígdala da una valencia emotiva a los estímulos. Además, Damasio (1994 y 2003) dice que la emoción es el resultado de la evaluación de la situación u objeto, pero por parte del organismo.
Dos de los aspectos más estudiados de la neurofisiología de las emociones han sido la comprensión del significado emotivo de los acontecimientos y la organización de la respuesta emocional, ya sea a escala del comportamiento o del sistema nervioso autónomo; así Làdavas (1993) analiza los datos de sujetos expuestos a estímulos subliminales, emotígenos o neutros, que muestran respuestas diferentes, y esto, según Làdavas, parece indicar la existencia de dos módulos diferentes para reconocer el significado emocional de un suceso, una vía rápida, inconsciente, y una vía lenta, consciente, llamadas así por él. Este autor también habla de la amígdala, y expone que recibe proyecciones tanto por las áreas sensoriales primarias y secundarias (vía cortical), como por los núcleos talámicos (vía subcortical), y que, aunque esta segunda vía sea más pobre en cuanto a información, es mucho más rápida (Ládavas, 1993).
Damasio explica el término sentimiento como “la idea de que el cuerpo se encuentra de una determinada manera”; según él, los sentimientos traducen el estado de vida del cuerpo en el lenguaje de la mente, es decir, para Damasio (2003) los sentimientos son percepciones, que el cerebro los percibe en los “mapas cerebrales”, que refieren tanto estados del cuerpo como las partes de este. Así define el sentimiento como “la percepción de un determinado estado del cuerpo junto con la percepción de un determinado modo de pensar y de pensamientos con determinados temas”. Estas percepciones se encuentran en varios niveles del sistema nervioso central, que incluyen la corteza cingulada, dos de las cortezas somatosensoriales (ínsula y S2), el hipotálamo, y varios núcleos del segmento del tallo cerebral y del bulbo raquídeo. Damasio investiga, también, el orden en que se producen estos procesos, y explica que lo primero que se produce son las emociones, luego los sentimientos y, por último, los pensamientos. Esto mismo también está apoyado por Goleman (1997).
Además, en el libro “El error de Descartes” (1994), Damasio investiga ampliamente el poder de las emociones en el proceso de toma de decisiones, y en la elección de cualquier conducta, sea esta elección consciente o inconsciente, diciendo que las decisiones se toman en base a las emociones que tenemos al imaginarnos cada una de las posibilidades. En este punto podemos imaginar cómo sería la toma de decisiones de un deportista, más si cabe en muchos deportes en los que no hay mucho tiempo para pensar en tomar las decisiones, éstas estarían tomadas, según Damasio, empezando por las emociones; luego, cien milisegundos más tarde y una vez tomada la decisión, la mente racional intentará justificar la decisión para poder integrarla en su universo de adaptación. Así pues si el deportista está conectado con una emoción de seguridad o confianza tomará las decisiones en consonancia a esa seguridad o confianza que siente, independientemente de cualquier consideración racional.
Todo el trabajo de Damasio y de los demás autores, que aquí se han expuesto, coincide en parte con los presupuestos de Spinoza y William James, y todo está en consonancia con la frase que sirve de epílogo a este trabajo: “La emoción decide y la razón justifica”.
1.2.2 –La ansiedad: sus manifestaciones y su influencia en la actuación deportiva.
Una vez analizado qué son las emociones y en que procesos intervienen, procederemos a hablar de la ansiedad y comenzaremos por definir y acotar los términos de arousal, estrés, y ansiedad, ya que en algunos artículos se nombran indistintamente y su definición no queda, en ocasiones, suficientemente esclarecida.
El arousal, es el estado de activación psicofisiológica del organismo, que influye directamente en los procesos de atención y concentración, y puede variar desde los dos extremos de un continuum, desde el sueño profundo, hasta la excitación excesiva (Gould y Krane, 1992). Los niveles altos de arousal facilitan el rendimiento en tareas de esfuerzo elevado, que requieren expresiones de resistencia, fuerza, y velocidad elevadas (Caudill y Weinberg, 1983; Weinberg y Jackson, 1985); en cambio, tareas de coordinación fina o que exigen tareas de decisión complejas, se ejecutan mejor con niveles de arousal modestos.
El término estrés proviene de la física, la arquitectura y la ingeniería industrial y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto que puede deformarlo o romperlo y al resultado del desgaste que tienen las máquinas cuando están en funcionamiento. En Psicología hay autores que utilizan el término estrés como estímulo y otros como respuesta. Como estímulo es un término que se utiliza, generalmente, para referirse a los factores que provocan respuestas subjetivas de ansiedad, en referencia a ciertos acontecimientos en los cuáles nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento (Tamorri, 1999). Como respuesta, se considera el estrés como una “respuesta del organismo ante un acontecimiento nuevo, intenso o duradero” y se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto. De todos modos, los elementos a considerar en la interacción potencialmente estresante son: las variables situacionales (por ejemplo, del ámbito deportivo), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación y consecuencias del estrés (SEAS. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Los síntomas de estrés, se pueden dividir en varios ámbitos; en el fisiológico se manifiesta mediante incrementos en la frecuencia cardíaca, sudoración, ritmo respiratorio, presión sanguínea y en el flujo de adrenalina. El malestar psicofisiológico puede traducirse en dificultad o incapacidad para dormir, sueño irregular, fuertes cefaleas, pérdida de apetito, problemas digestivos y fatiga. A escala muscular, pueden aparecer tensiones, rigidez, calambres y dolores, que aumentan el riesgo de lesiones. En cuanto al comportamiento, se puede apreciar un deterioro en la actividad fina y disminución de la fluidez del movimiento. Y en el plano cognitivo, se manifiestan aprensiones y trastornos de la atención y la concentración, aumentan las posibilidades de distracción e incapacidad de mantener la concentración, invasión de pensamientos molestos, preocupación excesiva, miedo al fracaso, indecisión y bajo autocontrol. Además de estos efectos producidos por el estrés, también se puede producir un sistema de pensamiento disfuncional que provoca distorsiones interpretativas, infravaloración de eventos positivos, generalización de las experiencias negativas, conclusiones irreales y atribuciones internas de fracaso (Buceta, 1985, Tamorri: Neurociencia y Deporte, 1999).
El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio que la ansiedad; muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demandas de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente.
En este sentido el estrés bueno o normal se podría equiparar, en un principio, a la ansiedad normal en cuanto que representan un estado de activación psicofisiológico adaptativo ante ciertos estímulos, tanto internos como externos, para encarar un momento de preocupación, de exigencias ambientales o de peligro real. Este estado remite tan pronto como se ha superado el acontecimiento o situación activadora, volviendo el sujeto al estado de equilibrio o de homeostasis utópica. Esta ansiedad normal, dentro de unos límites, prepara al organismo y mejora la respuesta para solucionar de forma adaptativa los problemas con los que tiene que lidiar. Para poder tener creatividad, para poder estar motivados, para pensar, para relacionarnos, para rendir en las tareas cotidianas o para rendir en el deporte debemos tener ansiedad, este tipo normal o adaptativo de ansiedad.
La ansiedad patológica, en cambio, es una reacción o estado emocional de alerta ante una amenaza, que se manifiesta como inquietud, nerviosismo, temor o miedo, y que ocurre cuando su intensidad o su duración traspasan los límites de la adaptación psicosocial. La ansiedad patológica es más profunda, persistente y recurrente que la normal, produce un deterioro psicosocial y fisiológico, se presenta de modo más somatizado, reduce la capacidad de rendimiento del sujeto, aparece en el plano de los sentimientos vitales en forma de malestar y alerta vital y reduce la libertad personal. Se puede decir que, dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad patológica es la reacción emocional desadaptativa cuando el organismo está sobrepasado (SEAS.Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Dentro de la ansiedad patológica distinguimos entre ansiedad endógena y ansiedad exógena. Para los propósitos de este trabajo nos interesa, sobre todo, la ansiedad exógena, que es el resultado de la interacción del individuo con las situaciones ambientales estresantes.
En un articulo en el año 1989 (“A neuroanatomical hypothesis for panic disorder” Am J Psychiatry 1989. 146, pp148-161) y posteriormente en el año 2000 Gorman y otros (“Revision de la hipótesis neuroanatómica del trastorno de angustia”. Am J. Psychiatry 157.4, April 2000; pp494-505) proponen un modelo teórico que explica el funcionamiento y las interconexiones entre las distintas estructuras neurológicas en los trastornos de ansiedad. Este modelo explica la diferencia clínica entre la ansiedad exógena y endógena al tener ambas distintas estructuras neurológicas y hacen una revisión de la hipótesis neuroanatómica del trastorno de angustia en la que llegan a algunas conclusiones que vamos a comentar:
1) Parece existir una “red cerebral del miedo” centrada en la amígdala con conexiones en el hipocampo y la corteza prefrontal medial que está a la base de los trastornos de angustia o ansiedad endógena y de las respuestas al miedo condicionado a un estímulo.
2) Que tanto factores hereditarios como acontecimientos estresantes de la vida, especialmente los acontecidos en la primera infancia, son los responsables de la aparición de esa red del miedo causante de los trastornos de angustia endógenos.
3) La ansiedad exógena o reactiva comprende la ansiedad anticipatoria desadaptativa, los miedos, las fobias específicas, la ansiedad generalizada, los trastornos de estrés agudo y los trastornos de estrés postraumático y tiene como estructuras neurológicas implicadas el sitema límbico y el neocortex. El aprendizaje y la relación que mantiene el sujeto con su entorno explican la adquisición de este tipo de ansiedad.
Así pues, tanto los estímulos, las situaciones, el afecto y seguridad dada por las figuras de referencia, sobre todo en las etapas tempranas, pueden influir en el comportamiento futuro del individuo en cualquiera de sus ámbitos, produciendo ansiedad, inseguridad y falta de confianza.
Otros autores como Vogt y Brodman en los años 90 y J.L. Gonzalez de Rivera (1982) en nuestros días vinculan la ansiedad con la activación crónica del sistema nervioso simpático y el estado de relajación con la activación del sistema parasimpático. Así explican que el sistema simpático se corresponde con la zona ergotrópica o dinamógena que comprende la parte posterior del hipocampo, núcleos de materia gris en el mesencéfalo y romboencefalo anterior y está relacionada con la excitación en general, y con aquellos mecanismos que acompañan fisiológicamente a la actividad motora del organismo y el trabajo físico.
Y el sistema nervioso parasimpático se corresponde con la zona trofotrófica o endofiláctica que comprende la porción rostral del hipotálamo, el área preóptica y supraóptica y parte del septum y esta relacionada con mecanismos protectores de recuperación y de restauración.
Estos dos sistemas, simpático y parasimpático son complementarios y tienen una relación inversa.
En resumen, el estrés, el estado de activación del organismo y la ansiedad, son desde hace mucho tiempo objeto de estudio de la psicología del deporte. El estrés es un proceso que se manifiesta cuando la persona percibe un desequilibrio entre las exigencias psicomotoras y las capacidades subjetivas de respuesta. Como resultado de este proceso, se manifiesta ansiedad, a nivel somático y cognitivo, con aumento del estado de activación del organismo, llamado arousal. El estrés se ve influido también por factores de personalidad, por ejemplo individuos con escasa autonconfianza tienden a sufrir mucho estrés (Tamorri, 1999).
Comprender las distintas manifestaciones de la ansiedad es importante para entender su influencia sobre la actuación en el deporte. Desde la perspectiva multidimensional de la ansiedad, se derivan dos componentes distintos en la respuesta a la ansiedad, uno cognitivo, relacionado con el miedo y las preocupaciones a las consecuencias del fracaso, que tiende a modificarse cuando el deportista percibe un cambio en las posibilidades de éxito, y otro somático, asociado a las respuestas fisiológicas del organismo, relacionada con estímulos ambientales y que tiende a desaparecer con el inicio del rendimiento (Tamorri, 1999). De aquí se derivan dos importantes predicciones:
- La ansiedad cognitiva permanece estable y elevada en todo el período que precede a una competición importante, mientras que la ansiedad somática sufre un incremento rápido en el momento que se llega al lugar de la competición.
- La ansiedad cognitiva constituye el mayor obstáculo para el rendimiento debido a que las probabilidades de éxito percibidas varían durante la competición, mientras que la ansiedad somática tiende a desaparecer con el desarrollo de la actuación (Parfitt, Jones y Hardy, 1990).
De aquí se puede deducir que la ansiedad somática ejercerá un mayor impacto negativo en eventos de corta duración, ya que en competiciones de larga duración el deportista tendrá tiempo suficiente para disipar las manifestaciones fisiológicas de tensión. Y para tareas complejas, la ansiedad somática tenderá a aumentar el nivel de arousal por encima de su estado óptimo, haciendo disminuir el rendimiento.
Para entender la influencia de la ansiedad en el rendimiento, es importante el trabajo de Burton (1988), que en relación al rendimiento, encontró una conexión rectilínea negativa de éste con la ansiedad temporal cognitiva, una evolución curvilínea (en campana) con la ansiedad somática, y un desarrollo positivo rectilíneo con la confianza en las capacidades personales, llamada también autoconfianza.
1.2.3 –La autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento deportivo.
Estudios como el de Burton (1988), que habla de la autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento, son de los primeros que proclaman la necesidad de que el deportista tenga una confianza en sus capacidades. Según Burton, la percepción subjetiva del deportista en su capacidad hace que tanto la ansiedad cognitiva como somática sea baja, y su relación con el rendimiento sea alta. Rossi (1986) escribe el decálogo del “vencedor”, donde escribe que una de las características que debía tener un deportista para ser un “ganador” es la confianza en si mismo.
Vamos a analizar, pues, qué es la autoconfianza (self-confidence). Primero hablaremos de la concepción de autoconfianza en un sentido más general, basándonos en Tamorri (1999), que explica que este término fue introducido por los teóricos de la afectividad (Bowlby, 1982), dentro de un continuo de desarrollo que surge del concepto de “base segura”. Así, los individuos, gracias a una relación de afectividad válida con una figura de referencia importante en la infancia, podrán construir dentro de sí mismos una confianza de base. La percepción de una aceptación incondicional permitiría al niño tener una confianza de base para enfrentarse a la vida y a los demás.
En relación con estas experiencias, el individuo desarrollará internamente uno o más modelos operativos representativos de las características principales del mundo y de sí mismo, en cuanto agente en el mundo exterior, y, del mismo modo, construirá un modelo operativo de sí mismo ante el que los demás reaccionarán con formas de comportamiento previsibles.
En conclusión, de acuerdo con lo que dice Bowlby (1982), las modalidades de afectividad experimentadas en relación con la figura de referencia principal contribuyen a la construcción de imágenes específicas de sí mismo y de la realidad.
Para la psicología del Deporte la auto-confianza es la creencia que el atleta tiene de que va a conseguir ejecutar un determinado comportamiento, siguiendo la definición que proponen Weinberg & Gould (2003), que viene a ser, además, una definición equivalente a lo que es la autoeficacia para Bandura.
La autoeficacia, componente central de la teoría del aprendizaje social, se define como la evaluación del nivel alcanzado en un rendimiento y el reconocimiento del sentido de competencia personal (Bandura, 1977). Más tarde, Bandura perfecciona la definición diciendo que la autoeficacia es la confianza que un individuo tiene en sus capacidades personales de cara a una tarea específica que requiere la expresión de una habilidad (Bandura, 1986). Se entiende que es una expectativa de eficacia personal, es decir, la conciencia de ser capaz de realizar determinadas acciones necesarias para alcanzar un fin determinado, pero no constituye un rasgo de la personalidad, pudiendo variar en relación con la situación las exigencias y la experiencia.
La autoeficacia, y por ello, también, la autoconfianza, desempeña un papel importante en la regulación de los procesos cognitivos (Bandura, 1989), en el mantenimiento de la concentración incluso en condiciones de estrés y de miedo al fracaso (Bandura y Wood, 1989), influye también en la representación mental anticipatoria del acontecimiento deportivo (Tamorri, 1999), y correlaciona negativamente con la ansiedad (Vealey, 1986).
La autoeficacia influye en los comportamientos, pensamientos y emociones. La percepción de la autoeficacia se toma de cuatro fuentes principales: la realización de habilidades, las experiencias sustitutivas, la persuasión y el arousal emocional (Bandura, 1989; Feltz, 1992):
- La realización de habilidades: la información más importante relativa a las capacidades personales se basa en las experiencias pasadas y surge del éxito de una determinada tarea (también en Tamorri, 1999).
- Las experiencias sustitutivas: los logros de otros en una tarea pueden aumentar en el observador la confianza en poder llegar a realizarla (Gould y Weiss, 1981; McAuley, 1095; Lirgg y Feltz, 1991); esto es especialmente válido en principiantes que tienen pocas experiencias personales.
- La persuasión: la persuasión verbal, las incitaciones y los ánimos son útiles como estímulo inicial, pero las expectativas de eficacia son poco duraderas.
- El arousal emocional: el modo en que una persona valora e interpreta su estado psico-fisiológico de activación es determinante para saber cómo afrontará una situación. El nivel de arousal y las emociones asociadas constituyen otra fuente de información sobre la autoeficacia (también en Tamorri, 1999).
Estudios recientes (Vealey & Knight, 2.002; cit. por Weinberg & Gould, 2003) revelaron que igual que muchos otros constructos de personalidad, la auto-confianza podrá ser multidimensional, englobando varias dimensiones. Más en concreto, parecen existir diversos tipos de auto-confianza en el deporte, tales como: 1) confianza del atleta en su capacidad para ejecutar determinadas competencias físicas; 2) confianza del atleta en su capacidad para utilizar determinadas competencias psicológicas; 3) confianza del atleta en su capacidad para aplicar determinadas competencias analíticas; 4) confianza del atleta en su nivel de aptitud física y entrenamiento; y 5) confianza del atleta en su potencial de aprendizaje o capacidad para mejorar sus competencias.
Como refieren Cruz y Viana (1996), el rol y la importancia de la auto-confianza en el rendimiento de los atletas es frecuentemente citado por todos los que están conectados a la actividad y competición deportiva. De hecho, un buen nivel de confianza en sus capacidades y competencias parece ser una característica común a los atletas de éxito. Por otro lado, se admite que la falta de confianza del atleta en sí mismo o sus bajas expectativas para la obtención de determinada marca o resultado, perjudican y afectan negativamente su rendimiento.
En la concepción de Martens y sus colaboradores (1990), la auto-confianza en el deporte se ve como un “continuum” que varía entre la falta de confianza y la confianza excesiva. De acuerdo con el autor, el nivel óptimo de auto-confianza se sitúa entre estos dos extremos. Cuando el atleta experimenta niveles extremadamente bajos o extremadamente elevados de auto-confianza su rendimiento resulta perjudicado.
Vealey (1.986) propuso un modelo conceptual explicativo de la auto-confianza en el deporte y desarrolló encuestas destinadas a operativizar la auto-confianza del individuo en el contexto del deporte competitivo.
Según la definición de Vealey (1.986), la auto-confianza es la convicción o creencia que el atleta tiene sobre sus capacidades para tener un buen rendimiento en el deporte.
Sin embargo, existe una variable que esta definición no tiene en cuenta. Según Maehr y Nicholls (1980; cit por Cruz & Viana, 1996), los términos “ser bien sucedido” u “obtener buenos resultados” pueden tener significados diferentes para el mismo atleta en momentos diferentes de su carrera deportiva, o para diferentes atletas en la misma ocasión. Asimismo, la comprensión de los niveles de auto-confianza de un atleta pasa también por el conocimiento de las metas y objetivos que éste pretende alcanzar en la competición deportiva, es decir, de cuál es su orientación competitiva.
Se pueden destacar dos grandes categorías de orientación competitiva: a) objetivos centrados en la victoria y en el resultado; y b) objetivos orientados para la realización y el rendimiento deportivo. Aunque ambas categorías no sean exclusivas y formen parte de las metas de cada atleta, las sucesivas experiencias competitivas influencian la predominancia de una sobre la otra, orientando al individuo para la obtención de determinado resultado o para el perfeccionamiento de sus capacidades.
Según el modelo de Vealey (1986), la auto-confianza deportiva se conceptualiza en dos componentes: a) rasgo de auto-confianza (Trait Sport Confidence –TSC); y b) estado de auto-confianza (State Sport Confidence – SSC). La primera se refiere a la convicción o creencia que los individuos normalmente poseen acerca de sus capacidades para ser buenos en el deporte; mientras la segunda se refiere a la convicción o creencia que los individuos poseen, en un determinado momento, para hacerlo bien en el deporte. Tests preliminares al modelo demostraron que la TSC estaba positivamente relacionada con: a) la SSC pre-competitiva; b) la SSC post-competitiva; c) la autoestima; d) el éxito percibido; y e) las atribuciones internas para el desempeño y negativamente con la ansiedad competitiva (Vealey, 1986). Por lo tanto un aumento de la confianza en sus posibilidades por parte del deportista, es decir, un aumento en su auto-confianza produciría un descenso en la ansiedad.
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De acuerdo con este modelo, las diferencias individuales en lo que respecta a la auto-confianza y objetivos competitivos, predisponen a los atletas para responder a la situación de competición con determinados niveles de estados de auto-confianza, que a su vez influencian de forma decisiva los comportamientos y respuestas competitivas de los atletas. El proceso a través del cual el sujeto integrará sus experiencias competitivas, actualizará a su vez los rasgos de auto-confianza rasgo y de orientación competitiva (Cruz & Viana, 1996).
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Modelo conceptual de auto-confianza (adaptado de Vealey, 1986; cit. por Cruz & Viana, 1996, p.270).
Según Tamorri (1999): “la imagen del vencedor corresponde a la de un deportista en quien la preparación deportiva, el deseo de éxito y las cualidades individuales coexisten con un buen nivel de autoestima y una suficiente confianza en sí mismo y en sus capacidades”.
Estos conceptos están concebidos desde el punto de vista cognitivista, aquí los conceptos de autoestima y auto-confianza se integran y están comprendidos dentro del modelo teórico que describe la organización del conocimiento humano como articulada en dos niveles: el tácito (organizativo) y el explícito (estructural); (Guidano y Liotti, 1983; citado en Tamorri, 1999).
El conocimiento tácito (organizativo) se compone de reglas abstractas que atienden a modalidades de base tanto filogenéticas (propias de la especie) como ontogénicas (derivadas de los aprendizajes de los primeros años de vida).
Las reglas abstractas perceptivas son las que organizan la forma de percibir los fenómenos internos o externos, y, en cambio, las reglas abstractas emotivas constituyen el modo mediante el cual las sensaciones básicas se asocian a percepciones, imágenes y recuerdos hasta convertirse en esquemas emocionales, es decir, modalidades invariables de percibir una determinada emoción. Representa “cómo se siente el individuo”, y no se puede comunicar directamente, sino que debe ser estructurado atendiendo a las formas pertenecientes a lo que se denomina nivel explícito.
Durante las fases de desarrollo, el material contenido en el nivel tácito se organiza en el nivel estructural, que engloba también los nuevos datos derivados de la experiencia y comprende la representación de sí mismo y de la realidad.
La imagen de sí mismo se encuentra constituida por lo que se define como el sentido de la identidad personal y el sentido de autoestima:
La identidad personal se compone de un conjunto organizado de convicciones, recuerdos y emociones asociadas con el sentido de su pasado y su futuro.
La autoestima es un aspecto de la identidad personal y constituye el nivel de congruencia entre la forma en que se ve el individuo y el modo en que se percibe, se encuentra constituida por un espectro de emociones que se reconocen como propias.
El nivel organizativo y el estructural se encuentran en constante relación entre sí en un continuo proceso dinámico. Este sistema progresa mediante dos procesos que son interdependientes, es decir, el mantenimiento y el cambio (Guidano, 1992).
Los procesos de mantenimiento tienden a confirmar constantemente la imagen de sí mismo a la que se favorece y la correspondiente imagen del mundo. La tendencia a la confirmación es la actitud básica de cada individuo: uno está dispuesto a cambiar una actitud de confirmación después de que ésta haya fracasado en tantas ocasiones que ha dado lugar a discrepancias difícilmente superables. El cambio siempre nace de una discrepancia (Tamorri, 1999).
1.3. Hipnosis
1.3.1-Historia de la hipnosis.
En este apartado vamos a hacer referencia a aquellos autores que gracias a sus contribuciones han ayudado al desarrollo de la hipnosis tal como hoy la conocemos siguiendo a Pérez Hidalgo, I. (2005).
La hipnosis ha sido practicada muchos años atrás bajo numerosas denominaciones. Hoy se sabe que los oráculos griegos, los magos persas, los faquires hindúes, los yoquis de la india… utilizaban la hipnosis sin llegar a percatarse de ello.
El documento escrito más antiguo, del que se dispone, que nos narra cómo la hipnosis era utilizada en tiempos remotos es El Papiro de Harris. También llamado Papiro Mágico o Papiro de Ebers. Escrito en lengua egipcia hierática cerca de 3.000 años antes de Cristo y traducido por Chabas en 1860. Describe cómo los adivinos egipcios empleaban métodos hipnóticos muy parecidos a los practicados actualmente.
Dando un gran salto en el tiempo nos situamos en la primera mitad del siglo XVI, y entro otros, hay que mencionar a Paracelso(1.493-1541), médico y alquimista suizo, fue uno de los primeros que señalaron el efecto curativo de los cuerpos astrales y del imán. Las teorías de Paracelso tuvieron una influencia importante, y fueron compartidas, entre otros, por Van Helmont, J.B. (1.577-1644) médico que realizó la curación magnética de heridas.
Kircher, A. (1.601-1680), polígrafo alemán, sacerdote jesuita de Viena, compartió los puntos de vista de Paracelso. Fue el primero que estudió con un cierto rigor científico los fenómenos del hipnotismo. En concreto estudió el trance catalético en los animales.
A él se debe el famoso “Experimentum mirabile de imaginatione Gallinae” que consiste en colocar un pollo con las patas atadas ante una línea trazada en el suelo, al cabo de cierto tiempo el animal queda inmóvil aun cuando se le desate y se le excite.
Gassner. J. (1.727-1779), sacerdote católico, es considerado por algunos autores como el primer “médico hipnólogo”. Gassner creía que la mayoría de las enfermedades eran provocadas por los malos espíritus y que podían ser exorcizadas por la conjura y la plegaria.
Mesmer, F.A. (1.734-1815) Médico, nacido en Viena. Es el fundador de la doctrina del magnetismo animal, también conocida con el nombre de Mesmerismo.
Mesmer creía en la existencia de un fluido o una fuerza, relacionado con el magnetismo terrestre sin ser igual. Propuso la teoría de que el cuerpo humano funciona como un imán de dos polos, con un flujo magnético invisible que atravesaba todo el cuerpo y era expulsado por uno de sus polos.
Para Mesmer los estados hipnóticos serían consecuencia de la irradiación magnética del hipnotizador sobre el sujeto.
La teoría del magnetismo, tal como la presenta Mesmer, adquirió tal prestigio en Francia que el gobierno en 1.784 nombró dos comisiones de investigación formada por los más prestigiosos médicos de la época. Si bien admitieron los hechos, negaron la existencia del fluido magnético, sin preocuparse de investigar posteriormente las causas de las curaciones. No obstante, las teorías de Mesmer se han continuado por varios discípulos.
Puygsegur, CH. (1.751-1.825) Militar y físico francés. Entusiasta partidario de Mesmer, cuyas doctrinas no sólo propago sino que trató de ampliar convirtiendo su residencia particular en un verdadero hospital donde encontraban asilo todos los enfermos que se presentaban a someterse a sus original tratamiento: magnetizando un árbol de su jardín alrededor del cual se sentaban los enfermos que debían ser hipnotizados. Puysegur demostró que para hipnotizar no era necesario el uso de magnetizadores y bastaba con un gesto o una mirada. En 1.784 descubrió, accidentalmente, la fase del sonambulismo tranquilo.
Pepetin, J. (1.744-1.808) Médico francés. Adversario en principio al magnetismo. Se dedicó más tarde a su propaganda publicando varios libros. Descubrió el estado de la catalepsia hipnótica, al percatarse de la semejanza entre la catalepsia histérica y la provocada por medio del magnetismo.
Faria. A. (1.757-1.819) Sacerdote católico, nacido en Portugal, aunque su fama como magnetizador la consiguió trabajando en París. Fue le primero que se conoce que utilizase la palabra “duérmete” para inducir un trance hipnótico. Llegó a decir que las curas de las personas enfermas que él trató, así como otros magnetizadores, no se debían al magnetismo, sino a la expectación y cooperación del paciente.
Dupotet, J. Barón de (1.796-1.881) Publicista francés. Discípulo de Mesmer. Inició una serie de observaciones sobre hipnosis designado por la Academia de Medicina Francesa, para intentar que se interesasen por la hipnosis como una ciencia; así, realizó experimentos para demostrar la eficacia del magnetismo en el tratamiento de ciertas enfermedades. En 1.827 fundó la revista “Le propagateur du magnetisme animal”. Después de varias vicisitudes en 1.840 fue de nuevo desechado el hipnotismo por la ciencia.
Ellotson. J. (1.788-1.863) Médico ingles. Primer profesor de Medicina en el Hospital Universitario anexo a la Universidad de Londres; influido por Dupotet se convirtió en un ardiente defensor de la apenas conocida ciencia del mesmerismo. Sus colaboradores y él llevaron a cabo varias operaciones quirúrgicas sin anestesia, dándolas a conocer en una revista científica que publicaba; “Zoist”.
Esdaile, J. (1.808-1859) Cirujano escocés. Con destino en la India; llegó a conocer el mesmerismo gracias a su gran propagación a pesar de tachar de charlatanes a sus defensores y la oposición de la Iglesia a su práctica. Esdaile comunicó cientos de intervenciones quirúrgicas sin dolor, y sin anestesia, en Calculta, entre 1.840 y 1.850.
Braid, J. (1.795-1.860) Médico inglés. Usó el mesmerismo. Se dedicó especialmente al estudio de las enfermedades nerviosas en su relación con los fenómenos del magnetismo animal.
En 1.841 descubrió que la persistencia de la mirada hacia un objeto brillante, producía un sueño particular. Acuñó los términos de “hipnosis” e “hipnotismo” del griego Hipnos que significa sueño; pero las palabras hipnosis e hipnotismo habían ganado una gran aceptación general.
En 1842 la Asociación Médica Británica rechazó una demostración de hipnosis hecha por Braid. Al conjunto de sus prácticas se las llegó a denominar “braidismo”.
Braid descubrió que era posible inducir la hipnosis sin emplear una técnica formal para ello.
En la segunda mitad del siglo XIX cabe destacar dos visiones, totalmente contrapuestas del fenómeno hipnótico; cada una de ellas representada en dos escuelas: la Escuela de Nancy y la Escuela de la Salpêtrière.
Los más relevantes representantes de la Escuela Nancy son:
- Liebeault, A. A. (1.823-1924) Médico francés, es el fundador de esta escuela. Liebeault mantiene la tesis que el estado hipnótico se consigue por medio de la sugestión verbal; motivo por el cual es considerado como el verdadero precursor de la “terapéutica sugestiva”. A pesar de ser un médico rural con pocos medios económicos, intentó propagar y defender la hipnosis como una técnica terapéutica muy eficaz en el tratamiento de muchas enfermedades; y para evitar que se le tratase como un charlatán decía a sus paciente; “ si deseáis ser tratados por medio de drogas, tendréis que pagar mis honorarios, si en cambio me permitís que os trate con el hipnotismo, lo haré sin cargo alguno”.
- Bernheim, H. (1.837-1919) Neurólogo de gran reputaicón en Nancy. Escéptico por completo, en un principio, ante la hipnosis, empezó a interesarse al conocer los éxitos que Liebeault estaba consiguiendo en sus pacientes que eran tratados con el hipnotismo, hasta el punto que después se convirtió en un ardiente defensor de la hipnosis. Junto a Liebeault se dedicó al estudio del hipnotismo y de la sugestión. Introdujeron los conceptos de sugestión y de sugestionabilidad por lo que algunos autores les han puesto el “título” de “Padres del hipnotismo moderno”.
Con la publicación del libro “De la sugestión” (1.886) de Bernheim, la hipnosis emergió como ciencia. Mantenían la tesis de que la hipnosis es una función del comportamiento normal y se consigue por medio de unas sugestiones verbales.
Charcot, J.M. (1.825-1.813) Profesor en París y uno de los más ilustres neurólogos del siglo pasado, es el fundador de la Escuela de la Salpêtrière. Se interesó por la hipnosis y trabajó con ella fundamentalmente con pacientes histéricos.
Llegó a desechar finalmente la hipnosis ya que pensó que ésta resultaba peligrosa. Mantenía la tesis que la hipnosis es un síntoma enfermizo, una forma de la histeria y no una característica inducible en sujetos sanos. Empleaba procedimientos somáticos para la hipnosis, y le atribuye a modificaciones cerebrales de carácter patológico.
Charcot no llegó a comprender que es posible inducir cierto grado de sugestionabilidad en casi todas las personas.
Finalmente, la tesis sobre la hipnosis de la Escuela de Nancy triunfó sobre la tesis de la Escuela de Salpêtrière que no consiguió desacreditar su validez como una eficaz técnica terapéutica.
Tras la muerte de Charcot, la aparición del psicoanálisis y los fármacos anestésicos, la hipnosis pasó una época de crisis.
No obstante, algunos autores ponen en práctica a principios del siglo XX técnicas muy similares, aunque no se las denomine con el nombre de hipnosis. Así Johannes Henrich Schultz (1.884-1.970) desarrolló el “Entrenamiento autógeno”, llamándolo el mismo autohipnosis. Edmund Jacobson, en 1.938 desarrolla la relajación progresiva, y posteriormente Joseph Wolpe (1958) introdujo la “desensibilización sistemática”, donde expuso inicialmente que dicha técnica era más potente si se exponía la jerarquía estimular al sujeto en hipnosis. Así, desde comienzos de la terapia de conducta, la hipnosis ha sido utilizada como elemento integrante de los procedimientos cognitivo-conductuales (Wolpe y Lazarus,1966; citado en apuntes de González Ordi del curso Utilización de la Hipnosis en el Tratamiento de la Ansiedad y el Dolor, Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, 2010). Así mismo, Cautela en 1975 dice que el condicionamiento encubierto se beneficia de la hipnosis (González Ordi, 2010) y Albert Ellis (1993), creador de la Terapia Racional-Emotiva, insiste en que su terapia en condiciones hipnóticas es eficaz en pacientes resistentes al cambio cognitivo.
Tras la 2ª Guerra Mundial se renueva el interés por las técnicas hipnóticas fundándose diferentes sociedades científicas que estudian la hipnosis y apareciendo las primeras revistas que se ocupan de este tema.
Pero sin lugar a dudas será Milton H. Erickson quien va a suponer un revulsivo en la hipnosis contemporánea. La hipnosis contemporánea comienza con éste ilustre médico-psiquiatra, que con sus originales procedimientos inserta como nadie la hipnosis y toda su tecnología en la psicoterapia. Desarrolla la hipótesis naturalista, concibiendo el estado hipnótico como una conducta que se presenta en el sujeto de forma natural; implementa nuevas técnicas de inducción y profundización y orienta la terapia desde el enfoque de utilización de los recursos del paciente y la sugestión indirecta (Perez Hidalgo, I. 2005).
En 1958, la American Medical Association reconoce la hipnosis como una modalidad terapeútica válida, y en 1973, la American Psychological Associaton crea la División 30, dedicada a la Hipnosis Psicológica (González Ordi, 2010).
Hoy en día existen en todo el mundo muchas asociaciones científicas dedicadas al desarrollo y enseñanza de la hipnosis, además la hipnosis ha entrado a formar parte del cuerpo teórico académico de muchos profesionales como una materia de pleno derecho en el ámbito científico y está incorporada al quehacer diario de muchos profesionales de la psicología, la psicoterapia, la investigación, el deporte,etc.
1.3.2-Definición de hipnosis.
Etimológicamente, hipnosis” proviene del griego “hypnóo” – adormecer y el sufijo ~sis~- estado irregular o enfermedad (Iglesias Vivanco, 1996); es decir, la hipnosis sería un estado irregular de adormecimiento.
Es difícil encontrar en la literatura científica una definición operativa y suficientemente explicativa sobre la hipnosis que goce de un consenso generalizado. Hay tantas definiciones de hipnosis como autores la han estudiado, aquí se van a exponer algunas de las definiciones de hipnosis que parecen clarificadoras u operativas.
Berheim define la hipnosis como un estado mental particular que puede ser producido y que incrementa la sugestionabilidad, entendida como la tendencia para ser influido por una idea aceptada por el cerebro y para ser transformada en acción (García Cueto, 2.001).
La British Medical Association en 1958, define la hipnosis como un estado pasajero de la atención modificada en el sujeto, estado que puede serle inducido por otra persona y en el que diversos fenómenos pueden aparecer espontáneamente o en respuesta a estímulos, ya sean verbales o de otro tipo (García Cueto, 2.001).
En 1973, la American Psychological Association la define como:
“La hipnosis supone un proceso durante el cual al sujeto se le administra sugestiones que fomentan experiencias imaginativas. Durante la hipnosis el sujeto es dirigido con el fin de responder a las sugestiones que produzcan cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta”. (González Ordi, 2010).
La definición proporcionada en el Diccionario de Psicología (Arnold, Eysenck y Meili, 1979) por W.D. Furneaux dice:
“La hipnosis es un estado pasajero de atención alterada en el sujeto, que puede ser inducido por otra persona y en el que pueden aparecer una variedad de fenómenos espontáneamente o como reacción a estímulos verbales o de otro tipo. Estos fenómenos abarcan alteraciones de la consciencia y de la memoria, incremento de la susceptibilidad a la sugestión y la producción en el sujeto de respuestas e ideas insólitas en el estado de consciencia normal. Además, pueden producirse fenómenos como la anestesia, la parálisis y la rigidez muscular y alteraciones visomotoras” (Arnold, Eysenck y Meili, 1.979, vol. 2, pág. 116).
Una de las definiciones que sin aportar novedades es la que más consenso ha generado entre los investigadores es la de John F. Kihlstrom: “La hipnosis puede ser definida coma una forma de interacción social donde un sujeto responde a las sugestiones administradas por un hipnotizador que provocan cambios en la percepción, la memoria y la acción voluntaria” (Kihlstrom, 1.985, pág. 385, citado en González Ordi: Sugestionabilidad e Hipnosis: Aspectos cognitivo-subjetivos y psicofisiológicos).
I.E. Wickramasakera (1.988) propone una definición de hipnosis bastante completa que dice “la hipnosis es un modo de procesamiento de la información caracterizado por una reducción de la atención periférica, con suspensión voluntaria de la capacidad analítico-lógica, con alta o baja activación psico-fisiológica que conlleva cambios significativos en conducta, estado de ánimo, percepción y memoria”.
Zeig (1.998) define la hipnosis desde una perspectiva comunicacional y dice “desde un punto de vista estructural la hipnosis es simplemente un modo de empaquetar ideas”.
Barber (2.000) dice “la hipnosis es una condición o estado hipnótico que se caracteriza por el notable aumento de la receptividad a la sugestión, la capacidad de modificar la percepción y la memoria y el potencial para el control sistemático de una serie de funciones normalmente involuntarias”.
También podemos explicar qué es la hipnosis explicando qué no es la hipnosis (González Ordi, 1.999):
- La hipnosis NO es una forma de sueño que implica pérdida de la consciencia.
- El hipnotizador NO tiene un “poder especial “para inducir hipnosis.
- El individuo hipnotizado SI puede falsear el relato de una situación o acontecimiento.
- En hipnosis el sujeto NO realizará cualquier cosa que el hipnotizador le pida.
- La hipnosis NO supone la pérdida de control del comportamiento del sujeto.
- La hipnosis NO requiere una actitud pasiva.
- La hipnosis NO crea dependencia. Muchas personas piensan que dejarse hipnotizar por alguien equivale, más o menos, a pasar a depender “psíquicamente” de éste.
- La hipnosis NO es peligrosa.
1.3.3-Partes del proceso hipnótico y variables influyentes:
Spanos (1996) afirma que la situación de hipnosis incluye dos componentes:
- Las técnicas de inducción hipnótica y
- La administración de sugestiones especificas para obtener una respuesta subjetiva y/o motora determinada.
Así González Ordi (1999) dice que las fases de la hipnosis y su orden son: fase pre-inductiva, fase de administración de técnicas de inducción y técnicas de profundización o reforzamiento, administración de sugestiones específicas y sugestiones post-hipnóticas.
La fase pre-inductiva conlleva la preparación del contexto hipnótico, planteamiento del proceso a seguir y las metas u objetivos a alcanzar, aclarar miedos y concepciones erróneas, asegurar la concepción del paciente. Con ello se pretende tener la máxima cooperación del sujeto, creando las máximas expectativas positivas. En esta fase se evalúa también el grado de sugestionabilidad aplicando las técnicas evaluativas de la capacidad basal de sugestión del sujeto.
La fase de inducción hipnótica tiene los objetivos de modificar ciertas variables del sujeto con el fin de aumentar la receptividad a las sugestiones específicas.
Dentro de la inducción hipnótica, las variables que disponen los individuos para conseguir una inducción hipnótica favorable, es decir, para actuar como un buen sujeto hipnótico, son las variables del sujeto intervinientes en el proceso hipnótico, divididas en (1) variables del sujeto independientes del contexto hipnótico, (2) variables del sujeto dependientes del contexto hipnótico y (3) variables de procedimiento (González Ordi,1999).
(1) Dentro de las variables del sujeto independientes del contexto hipnótico, se encuentran las creencias actitudes y motivaciones hacia la hipnosis y unas habilidades cognitivas previas, que todos los sujetos tienen en una u otra medida y tienen relación con la hipnotizabilidad, o mayor o menor facilidad para ser hipnotizado, estas son (citado en González Ordi,1999):
- Capacidad de imaginación (Wilson y Barber ,1981 y 1983),
- Implicación imaginativa-emocional y la tendencia al fantaseo, (Barber, 1999; Hilgard, 1974 y 1979; Lynn, Neufeld, Green, Sandberg y Rhue, 1996; Lynn y Sivec, 1992; Rader, Kunzendorf y Carrabino, 1996; Sheehan, 1979).
- Absorción y focalización de la atención (Tellengen y Atkinson, 1974, pág. 274),
- La flexibilidad cognitiva (Berch y Kanter ,1984,y Taylor,1986)
- La capacidad de relajación.( Edmonston ,1981 y 1991).
(2)Dentro de las variables del sujeto dependientes del contexto hipnótico tenemos (González Ordi,1999):
- Rapport con el hipnotizador (Spanos, 1996, y González Ordi,1999)
- Expectativas de respuesta (Kirsch ,1985, 1990)
- El rol del sujeto hipnotizado. (Cae y Sarbin ,1991, y Sarbin y Coe 1972)
(3) En último lugar existen variables del procedimiento (González Ordi,1999), hasta los años 60 se le otorgó un papel preponderante a las técnicas de inducción hipnótica, como vía de acceso a un estado de “trance hipnótico”, más tarde la hipnosis se introdujo en los laboratorios y cambió la explicación de la inducción hipnótica hacia una aplicación de estrategias que ayudan a organizar, reorientar y reinterpretar la información que dispone el sujeto (aspectos cognitivo- subjetivos, psicofisiológicos y motores o conductuales) y consistentemente con los objetivos propuestos en las instrucciones.
Diamond (1977) apuntó que la inducción hipnótica tiene tres objetivos:
- Optimizar el aprendizaje de los sujetos.
- Generar un marco actitudinal favorable
- Maximizar el empleo de las habilidades cognitivas previas dirigidas a responder y experimentar los efectos de las sugestiones hipnóticas.
Es también sabido que cuanto mayormente se manifiesten las variables del sujeto revisadas hasta el momento más fácil es producir los cambios característicos del llamado comportamiento hipnótico, que son (citado en González Ordi, 1999):
1 – Actitud no crítica hacia el contenido de las sugestiones (Mallet, 1989).
2.- Alta motivación por alcanzar los objetivos propuestos por las sugestiones (Orne, 1970).
3.- Confirmación de las expectativas de respuesta o, en su defecto, simulación del comportamiento hipnótico, tal y como propone Wagstaff y Benson, (1987).
4.- Adecuación al rol de sujeto hipnotizado. (Sarbin y Coe,1972).
5.- Creencia y conformidad en la hipnosis. (Wagstaff, 1986 y 1991).
6.- Informes subjetivos de mayor viveza y realismo en la imaginación. (Barber,1999)
7.- Absorción y concentración en las sugestiones (Crawford, 1996).
8.- Atención selectiva: se focaliza la atención en los aspectos relevantes a las sugestiones y se desatiende a los aspectos irrelevantes (Crawford, 1996)
9.- Aumento de las sensaciones subjetivas de relajación (Edmonson, 1945)
10.- Alta variabilidad del nivel de activación psicofisiológica, dependiendo del contenido de las sugestiones administradas (relajantes versus activadoras).
11..-Interpretación de la experiencia hipnótica en función de las sugestiones administradas.
12.- Sesgos cognitivos de carácter interpretativo producidos por la forma de administración y el contenido de las sugestiones, que provocan:
- Sensación de involuntariedad. Interpretada por los autores psicodinámicos como una vuelta a formas de funcionamiento psicológico primario, por los neodisociativos como procesos de disociación y por los autores sociocognitivos como confirmación de las expectativas de respuesta de “perder el control bajo hipnosis”(Lynn, Rhue y Weekes,1989).
- Distorsión en la percepción externo, interno y propioceptiva en función del contenido de las sugestiones.
- Distorsión en la percepción espacio-tiempo. Es común encontrarse en los sujetos hipnotizados distorsiones en la localización espacial (“no sé dónde me encuentro”) y temporal (“ aunque usted me dice que hemos estado una hora a mi me han parecido 10 minutos”) que, principalmente, deben ser atribuibles a los procesos atencionales, ya que al desatender a aquellos estímulos no relevantes a las sugestiones, el sujeto experimenta una percepción sesgada de su localización espacial y temporal. Pero esto no es muy diferente a cualquier otra situación intensamente gratificante de la vida cotidiana.
Para hablar de las sugestiones hay que diferenciar las dos maneras de administrar las instrucciones en la fase de inducción hipnótica y el empleo de sugestiones específicas (Hammond,1.990, citado en González Ordi 1.999):
1 -Sugestiones directivas o contingentes: es la forma más tradicional y ampliamente utilizada; son directivas y suponen que la ocurrencia de un suceso (estímulo) X provocará la aparición, mediante contingencia, de un efecto (respuesta). Ejemplos: “Cuando yo cuente hasta X, usted sentirá Y”, “A medida que escucha mi voz, usted se va sintiendo más relajado”.
2.- Sugestiones indirectas o permisivas: favorece la posibilidad de que el paciente decida cuál va a ser el efecto de una determinada instrucción entre varias alternativas propuestas por el hipnotizador. Ejemplo: “Es posible que usted desee profundizar un poco más en hipnosis; si es así, de alguna manera, una parte de usted nos lo dirá a través de un movimiento repetitivo de su cuerpo”.
La última fase, la fase de la sugestión post-hipnótica es explicada por diversos autores (Barrios, 1973; Zimbardo, LaBerge y Butíer, 1993; citado en González Ordi 1999) como una forma de condicionamiento de orden superior que se produce en un sólo ensayo y que es elicitada verbalmente. Así, sobre respuestas que ya han sido previamente condicionadas durante la sesión de hipnosis, el terapeuta describe un nuevo condicionamiento basado en un estímulo inicialmente neutro (cerrar el puño, una imagen representativa para el paciente, un sonido, etc), que pasará a elicitar las respuestas condicionadas de control y reducción del nivel activación, u otras ya establecidas durante la hipnosis, ante el nuevo estímulo condicionado.
1.3.4-Hipnosis: estado alterado de consciencia contra sugestión.
La mayoría de los terapeutas que utilizan la hipnosis y los investigadores que estudian los procesos subyacentes a la misma se encuentran básicamente divididos entre los que piensan que la hipnosis implica una serie de procesos especiales y aquellos que opinan que no es necesario recurrir a constructos como el estado alterado de consciencia y similares para explicar la naturaleza de la hipnosis (Coe, 1.989, y Gonzalez Ordi 1.999).
La consideración de que si la hipnosis es o no un estado de conciencia es aún objeto de discusión. Los partidarios de que la hipnosis es un estado diferente al de sueño y al de vigilia plantean que se trata de una disociación del sistema cognitivo que lugar a un estado de conciencia o trance (Hilgard, 1.992).
Por el contrario, otros autores defienden que no se trata de un estado especial, sino que se trata de un resultado determinado por las variables de la situación hipnótica, y que prueba de ello es que no se han encontrado registros psicofisiológicos que sean exclusivos del estado de hipnosis, sino que se corresponden con registros de sueño y de vigilia. (Miguel – Tobal y Gonzalez Ordi, 1993; Sarbin y Slagle, 1979).
Actualmente y dentro de la investigación básica en hipnosis, pocos son los autores que mantienen a ultranza los conceptos de trance y profundidad hipnótica como constructos explicativos del comportamiento hipnótico y la existencia de un estado alterado hipnótico, cualitativa y cuantitativamente diferente a la vigilia ( Kirsch y Lynn, 1995), y esto es debido a que la investigación psicofisiológica y mediante autoinforme sobre criterios diferenciales de la hipnosis con respecto a la vigilia ha sido muy poco exitosa (Miguel-Tobal y González Ordi, 1993; González Ordi y Miguel-Tobal, 1998) En la investigación psicofisiológica se ha encontrado que: (1) no hay diferencias específicas entre los registros fisiológicos encontrados en situación hipnótica de relajación y los encontrados en otras técnicas de relajación; (2) no existe evidencia empírica suficiente de una posible relación entre las respuestas psicofisiológicas y los niveles de profundidad en hipnosis; (3) los cambios encontrados en los diversos indicadores psicofisiológicos en hipnosis, pueden atribuirse más al grado de hipnotizabilidad previa de los sujetos y al tipo de sugestiones administradas que a la existencia o no de un supuesto estado hipnótico, ya que dichos cambios se han producido igualmente en condiciones de no hipnosis.
Y desde la investigación mediante autoinforme, diversos estudios han puesto de manifiesto que la realización de comportamientos hipnóticos cada vez más complejos dependen muy poco del nivel de profundidad alcanzado; al contrario, ciertas variables como las expectativas, actitudes y motivaciones sobre el proceso, el nivel de sugestionabilidad previo, la capacidad de imaginación e implicación emocional, o la capacidad de focalización de la atención, son más determinantes en la consecución de comportamientos hipnóticos que la existencia o no de un supuesto trance hipnótico.
Podríamos decir que la transición entre un alto nivel de alerta hasta el sueño profundo se corresponde con una reducción de la frecuencia del ritmo cerebral y paralelamente con un incremento gradual de la amplitud de las ondas. Las fases de la hipnosis se intercalan en esta transición, por lo que no se muestra ningún fenómeno electroencefalográfico que sea único de la hipnosis y que no se pueda explicar por simples cambios del nivel de activación experimentado en las medidas de la actividad electroencefalográficas. (Buela-Casal y Carlos Sierra 2.001).
Así, hasta el momento no existe de ningún índice específico o inequívoco que permita dictaminar la presencia de un estado hipnótico.
1.3.5 La sugestionabilidad en el ámbito de la Psicología Clínica y Aplicada
Los conceptos de sugestión y sugestionabilidad se han utilizado en dos sentidos:
1.- Como variable de procedimiento. La sugestión sería el vehículo para producir cambios determinados en el paciente.
2.- Como variable del sujeto. En este caso hablaríamos de sugestionabilidad como forma de estimar el efecto que las sugestiones pueden tener (González Ordi, 2001).
Numerosos estudios han comprobado que los efectos de las sugestiones dependen en gran medida de la sugestionabilidad de los individuos. (Bowers, 1976; Hilgard, 1965). Es decir, los individuos más sugestionables resultan más favorecidos por el efecto de las sugestiones administradas.
En general los estudios de laboratorio sobre hipnosis reflejan que las diferencias encontradas en los diversos indicadores psico-fisiológicos por efecto de sugestiones hipnóticas específicas, pueden atribuirse más al tipo de instrucciones dadas al sujeto y al grado de sugestionabilidad hipnótica de éste que a la existencia o no de un supuesto estado hipnótico.
En el ámbito clínico se ha comprobado que los pacientes altamente hipnotizables obtienen mejores resultados por efecto de las sugestiones hipnóticas que los poco hipnotizables en diversos trastornos de ansiedad (Carwford y Barabasz, 1933; Spiegel y Spiegel, 1988).
Esta relación positiva entre hipnotizabilidad y ansiedad se ha encontrado también en población no clínica. Gonzalez Ordi (1994), administrando la escala de Sugestionabilidad de Barber y Calverley, 1963; Barber y Wilson, 1978) y el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad-ISRA (Miguel Tobal y Cano Vindel, 1994) a un grupo de estudiantes universitarios no diagnosticados de ansiedad clínica, encontró que aquellos individuos muy sugestionables se mostraban generalmente más ansiosos que aquellos que puntuaban bajo en sugestionabilidad.
Parece evidente, pues que la relación entre sugestiones y sugestionabilidad supone un binomio que puede hacer una aportación valiosa para el diseño de programas de intervención cognitivo-conductual en diversas áreas clínicas principalmente en dos sentidos: 1) Considerar el grado de sugestionabilidad como variable moduladora, entre otras de los efectos de diversas técnicas de terapia de conducta y, 2) el uso del grado o nivel de sugestionabilidad como criterio de elección de uno u otro tipo de estrategia de intervención (Gonzalez Ordi, 2001).
1.4. La hipnosis en la disminución de la ansiedad y el aumento de la auto-confianza.
Existen tres teorías que intentan explicar los efectos positivos de la hipnosis en la mejora del rendimiento deportivo (Stefano Tamorri: Neurocia y Deporte,1999):
1-La primera se basa en la propia naturaleza del cerebro, Pressman (1979) sugirió que la hipnosis era efectiva porque provocaba un cambio en el hemisferio no dominante, permitiendo una mayor vivacidad de las imágenes y la formación de imágenes y expectativas de logro positivas. Así la relación entre el cerebro no dominante y la hipnosis permite mayor efectividad del esfuerzo atlético.
2- La segunda teoría considera que los límites del rendimiento físico son debidos a las limitaciones impuestas por los mecanismos neuromusculares implicados en la respuesta de defensa propioceptiva al estiramiento excesivo de la fibra muscular. Entonces la hipnosis favorecería la disminución de la respuesta propioceptiva al estiramiento (Morgan y Brown, 1983).
3- La tercera teoría la propuso Nideffer(1976), debido a que en sus estudios, la hipnosis producía una reducción del número de estímulos atencionales, permitiéndose así una focalización hacia los estímulos relevantes, y además la hipnosis permitiría un cambio en el foco atencional externo a uno interno, y favorecería en el deportista un aumento en su foco atencional durante la competición facilitando una mayor concentración en la ejecución.
Dentro del estudio de la hipnosis para disminuir la ansiedad, la evidencia acerca del poder de la hipnosis para inducir los estados emocionales mediante sugestiones está ampliamente demostrada. Por ejemplo, en el estudio de la International Journal of Psychophysiology 41 (2001) págs. 143-153, se demuestra la posibilidad de inducir estados emocionales diferentes. Además, existe evidencia de una mayor implicación emocional (Hilgard, 1974 y 1979) y de un mayor realismo y viveza en la imaginación en estado hipnótico (Barber, 1999), así parece evidente que una exposición imaginada a la situación estresante en hipnosis sería de gran ayuda para disminuir la ansiedad como así demuestran numerosos estudios. Después de ver los supuestos de Damasio del principio de este trabajo parece más evidente que el trabajo directo en las emociones es un aspecto clave ya que son las primeras en elicitar el comportamiento, el pensamiento y el sentimiento.
Cuando la ansiedad es abordada con tecnología hipnótica tiene una mejor respuesta que si es tratada sin esa tecnología y la razón está en la propia etiología del cuadro (Aguado, 2005).
El proceso hipnótico produce los siguientes cambios:
- La hipnosis activa, dependiendo de las sugestiones, la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo produciendo un predominio vagotónico en todas las funciones corporales.
- La activación del sistema nervioso parasimpático es la forma más eficaz para inhibir el sistema nervioso simpático, y, por lo tanto la forma más eficaz de combatir la ansiedad patológica vinculada a la activación crónica del sistema simpático.
- La hipnosis, además, consigue una neutralización del razonamiento cognitivo y del juicio crítico al tomar el mando el hemisferio no dominante, con lo que las percepciones dejan de ser consideradas como peligrosas.
De esta forma hay una reducción generalizada de los impulsos corticales hacia el hipotálamo posterior, vía sistema límbico y, por lo tanto, una desactivación de la zona diencefálica ergotrófica..
Ambas acciones, la activación de la zona trofotrópica (sistema parasimpático) junto con la neutralización del juicio crítico, colocan al sujeto en un estado de reposo y tranquilidad en el que no se siente amenazado.
Desde el punto de vista del sujeto, una de las características más importantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de abordar el tratamiento de la ansiedad es la pérdida de control de la situación por parte del paciente. Consecuentemente, y así lo demuestra la experiencia clínica, si abordamos directamente la cuestión del control sobre la situación podremos resolver uno de los factores importantes del mantenimiento del problema.
La hipnosis, por su rapidez y porque favorece las sensaciones subjetivas de relajación y autocontrol más que ninguna otra técnica, es la opción mejor para trabajar este aspecto (Gonzalez Ordi, 2001).
Así que, resumiendo, la hipnosis constituye una valiosa herramienta, diríamos que imprescindible, pero no la única, para le tratamiento de la ansiedad fundamentalmente por las siguientes razones (Aguado, 2005).
- Porque permite modificar el funcionamiento de las estructuras neuroanatómicas de la ansiedad.
- Porque permite un acceso mejor para trabajar el conflicto básico que generó la red neuronal.
- Porque favorece las sensaciones subjetivas de relajación y autocontrol y por ello una mejor resolución del problema concreto.
- Porque debido a lo anterior, incrementa las expectativas de éxitos .
- Por su rapidez, ya que tiene resultados intrasesión y no necesita entrenamiento previo por parte del paciente.
- Porque favorece la sensación de realismo de las situaciones sugeridas e imaginadas, lo cual conlleva que se puedan descondicionar más eficazmente.
- Porque favorece el poder reexperimentar la situación ansiógena de una forma segura y a la vez con la sensación de estar allí emocionalmente.
Hasta aquí hemos comentado porqué funciona la hipnosis en la disminución de la ansiedad. Ahora hablaremos de la hipnosis en el aumento de la auto-confianza.
Si bien la emoción es la que decide, en un primer momento, la razón debe ser capaz de modular la emoción. Estar bajo la dictadura de las emociones no es conveniente, sino más bien caótico y patológico. La salud mental supone poder conectarse con diferentes programas emocionales.
En la mayoría de las ocasiones, en aquellas mentes en las que el miedo o la ansiedad ante una situación sólo es una emoción más, la razón tiene capacidad para colocar en su sitio a la emoción, para recomponer y solventar cualquier situación que pueda ser interpretada como peligrosa, dando una respuesta coherente, de tal forma, que si es necesario huir, lo hace, y si no es para tanto puede introducir una información que le de otra perspectiva que consiga restablecer la sensación de seguridad.
Es decir, lo que hace la razón es reestructurar la visión o perspectiva respecto a la situación ansiógena, de forma que pueda conectar con otra emoción incompatible con el miedo.
Pero cuando la ansiedad o el miedo atenazan al sujeto y se quedan bloqueados en su mente como un programa emocional permanente se tendrá que emplear diferentes técnicas cognitivo conductuales como la relajación, la desensibilización, la reestructuración o las técnicas de autocontrol para que propicien la capacidad del sujeto para engatillar programas de seguridad o tranquilidad incompatibles con el miedo o la ansiedad; es decir, lo que hace la razón al reestructurar no es inhibir la emoción negativa de miedo o ansiedad sino activar otros programas emocionales incompatibles como la confianza o la seguridad (Aguado, 2009).
Con la hipnosis, podemos elicitar emociones de autoconfianza incompatibles con la ansiedad, de forma más directa y eficaz debido a la propia naturaleza de la hipnosis.
Con la hipnosis tenemos facilitado este trabajo por las razones expuestas al hablar del abordaje de la ansiedad y sobre todo por las siguientes:
- La hipnosis permite un mejor acceso a las emociones, en este caso a emociones de confianza o seguridad.
- Produce un mayor realismo de las situaciones exitosas imaginadas o sugeridas.
- Incrementa las expectativas de éxito o de ser capaz.
- En estado hipnótico se viven las cosas, no desde una posición de recuerdo, sino desde la memoria de “estar allí” en el momento en que esa memoria se asentó, es decir, en el momento en que se estaba grabando esa situación cuando la estaba viviendo, y ante la “memoria de estar allí” se pueden crear nuevos cánones y dejar grabadas nuevas memorias de confianza haciendo que el sujeto pueda realizar aquello que no pudo hacer, o permitiendo que el sujeto pueda dejar de hacer aquello que no quería hacer o colocándole en la situación con sus recursos actuales o con su preparación actual o, en todo caso pueda entender por qué no pudo hacerlo de otra manera y, por tanto, pueda realizarlo ahora, delante de nosotros con nuestro permiso y convicción y precisamente ante la memoria de estar allí.
1.5 Hipnosis y deporte.
En este apartado se intenta dar una visión de lo que ha supuesto la hipnosis en la psicología del deporte, así como cuales han sido sus aplicaciones en el deporte de alto rendimiento.
Existe una amplia literatura sobre casos para ilustrar las aplicaciones de la hipnosis en psicología del deporte, y sobre su utilización para resolver problemas asociados al rendimiento deportivo desde un enfoque psicoterapéutico, pero existe muy poca evidencia de investigación sistemática sobre la aplicación de los procedimientos hipnóticos en la actividad física y el deporte (Jara y Garcés, 1995).
Según Jara y Garcés (1995), la intervención psicológica en el deporte está representada por un conjunto de técnicas procedentes en su mayoría de la psicología clínica, que deben ser estudiadas y aplicadas bajo una concepción propia de la psicología del deporte, y las técnicas que manejan la sugestión no escapan a este criterio básico. Sin embargo la hipnosis en el ámbito del deporte es una de las técnicas que ha sido aplicada por clínicos más a menudo, y más desde enfoques paliativos para solucionar problemas, que desde el entrenamiento mental o psicológico que debería tener un deportista de alto rendimiento.
La hipnosis ha sido utilizada en el ámbito de la psicología del deporte, como una técnica para dilucidar los mecanismos subyacentes al rendimiento físico, a través de la manipulación de variables independientes, por ejemplo, estudios como los de Massey, Johnson y Kramer (1961) y Smith y Bozynowski (1965) han puesto a prueba el valor e impacto de las actitudes hacia el calentamiento, por medio de la analgesia hipnótica sugerida para separar el efecto puramente físico del calentamiento de su influencia psicológica.
La hipnosis también ha sido muy utilizada para conocer los verdaderos límites del rendimiento humano, en trabajos como los de Weitzenhoffer (1953), Gorton (1959), Johnson(1961), Barber (1966), Morgan (1972,1980), Morgan y Brown (1983) y Jacobs y Salzberg (1987), se encuentran resultados inconsistentes entre sí, sobre la capacidad del estado hipnótico para aumentar el rendimiento físico, debido en su mayor parte a problemas de tipo metodológico. Aún así, creo que hay que tener en cuenta el planteamiento de Johnson (1961), quién realiza una revisión de la eficacia de la hipnosis en el facilitamiento del rendimiento muscular, y cuyo resultado es que la eficacia tiene que ver con las diferencias individuales en distintas variables psicológicas y fisiológicas (entre ellas la sugestionabilidad), con el contexto en que es usada la hipnosis y con los efectos interactivos entre el individuo, la situación y el psicólogo.
Aunque no haya mucha evidencia empírica de los fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora, si que es verdad que muchos psicólogos deportivos de éxito, utilizan la hipnosis como herramienta de preferencia, aquí se resaltan varios fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora y psicológica, aprovechables para optimizar los procesos de intervención en el ámbito de la psicología del deporte. Estos fenómenos se dividen en fenómenos de utilidad deportivo motora y fenómenos de utilidad psicológica.
-Fenómenos de utilidad deportivo-motora:
1-Fenómenos asociados con alteraciones en los músculos voluntarios.
– Automatización de la relajación: según Amador Cernuda Lago (1999), las sugerencias de descanso y recuperación en estado hipnótico son más fáciles y con resultados más rápidos. De esta manera se puede ayudar a recuperar a un deportista en poco tiempo, con relajación efectiva y real, medible psicofisiológicamente, y no inespecífica como ocurre con las técnicas de relajación.
– Parálisis de grupos musculares: no es una pérdida motora, sino una suspensión temporal de la tonicidad. Útil para enseñar sistemas de control muscular a deportistas con fines técnicos.
– Catalepsia: es una tonicidad involuntaria de la musculatura, rigidez muscular y falta de flexibilidad. Permite corregir elementos técnicos, borrar malos aprendizajes y optimizar técnicas complejas, también permite simultáneamente realizar visualizaciones y técnicas de ensayo mental.
– Movimientos automáticos: son movimientos producidos en cualquier grupo muscular sin control consciente, adecuados para la recuperación cognitiva de información y de desbloqueo.
– Incremento del rendimiento muscular: en el artículo referido, se considera que la hipnosis es capaz de evitar la fatiga y la incomodidad y por consiguiente aumentar el rendimiento físico.
La evidencia encontrada procede de Rouch (1951), que observó el aumento en la fuerza de agarre y en la flexión del codo, así como la mayor resistencia en sujetos colgados de una barra. Ikai y Steinhaus (1961) compararon un grupo en hipnosis, otro control y otro con tratamiento farmacológico, se observó mejora en los grupos experimentales, siendo mejor el grupo con hipnosis. También Moll (1958) encontró resultados significativos en el aumento de la fuerza muscular en los sujetos con hipnosis. Orne (1970) comprobó que sujetos bajo hipnosis eran capaces de levantar más kilogramos que los no sometidos a hipnosis.
2-Fenómenos asociados con alteraciones en los músculos involuntarios, órganos y glándulas:
Muchas de las funciones corporales que escapan al control voluntario son reguladas por la mente inconsciente, a través del tálamo y del sistema nervioso autónomo (emociones, como ya hemos visto en el apartado dedicado a estas). La hipnosis hace que estos sistemas sean controlables.
– Corazón: La tasa cardiaca puede ser acelerada o retardada en estado hipnótico, ampliamente apoyada esta percepción por la experimentación, se conoce por estudios experimentales que hay una tasa cardiaca ideal para tiradores de diana, tenistas y otros deportistas, mediante la hipnosis se puede adiestrar al sujeto a ajustar su tasa cardiaca a la ideal al igual que se hace con biofeedback.
– Vasos sanguíneos: mediante sugestiones se puede aumentar la temperatura periférica del cuerpo; también la presión sanguínea puede ser influenciada con sugerencias de relajación y calma.
– Sistema respiratorio: Un sujeto en estado hipnótico y reposo puede incrementar su ventilación pulmonar hasta un 50%, con sugerencias de un trabajo pesado.
– Sistema alimentario: mediante hipnosis se puede incrementar o decrementar la actividad gástrica mediante sugerencias de disfrute o de disgusto, así como modificar la peristalsis para regular el funcionamiento de los intestinos.
– Secreciones: todo tipo de secreciones pueden ser incrementadas mediante hipnosis, muchos tipos de secreciones, como la salivación y la transpiración, están relacionados con la ansiedad y su regulación.
– Cambio anatómicos y bioquímicos: son numerosos los cambios que pueden ser producidos a través de la hipnosis, es muy útil la influencia sobre la menstruación que puede ser inducida o parada mediante sugerencias, además es un excelente coadyuvante en los problemas que genera la menstruación en sí o el síndrome premenstrual, como dolores o desconcentración.
- Fenómenos asociados con alteraciones en los órganos de los sentidos (Cernuda, 2009):
– Hiperestesia sensorial: es el aumento de la precisión y sensibilidad de información por los sentidos.
– Hipnoanalgesia: posibilidad de producir inhibición o ausencia de la sensibilidad al dolor. La hipnosis para el control del dolor es una de las áreas donde más evidencia experimental de éxito ha demostrado (M. Elena Mendoza y Antonio Capafons, 2009), de hecho; en la revisión de Montgomery et al.(2000) con estudios bien controlados, de acuerdo con los criterios de Chamless y Holland (1998), apoya la eficacia de la hipnosis en el manejo del dolor, con resultados que indicaron que las técnicas de analgesia hipnótica son superiores a la medicación, el placebo psicológico y otros tratamientos.
– Hipnoanestesia: posibilidad de producir ausencia de sensación mediante hipnosis, en este caso, no cura el dolor, sólo evita su sensación mediante hipnosis.
– Parestesia: distorsión de sensaciones localizadas, fáciles de elicitar en los sentidos de la visión, tacto y gusto. Muy útil para entrenar a nivel de visualizaciones y ensayo mental.
– Elicitación de alucinaciones positivas: sensación de una experiencia sin la existencia real del estímulo sensorial correspondiente.
– Elicitación de alucinaciones negativas: es la ausencia de sensación de una experiencia ante la presencia del estímulo sensorial correspondiente.
4 – Fenómenos psicológicos: En hipnosis hay múltiples efectos sobre la memoria, la consciencia del tiempo, etc.(Cernuda , 2009).
– Hipermnesia: recuperación de información o aumento de la capacidad mnésica más allá de las posibilidades ordinarias, Johnon (1961) revela un análisis exhaustivo bajo hipnosis de los motivos que hacían que un deportista no obtuviese el rendimiento óptimo en sus ejercicios, y reveló fallos en la coordinación y la posición.
– Reviviscencia y regresión en el tiempo: son posibilidades similares pero diferentes. En la reviviscencia el deportista vuelve a vivir un evento pasado en similares condiciones que las reales. En la regresión en el tiempo, el deportista desempeña un papel determinado sobre hechos pasados, pero con una trama establecida, todo tiene lugar en el marco general del presente.
Las utilidades de estos dos fenómenos es que facilitan revivir momentos deportivos pasados de éxito, con el objetivo de que estas emociones, correspondientes al pasado, sean trasladadas al presente o futuro, en el momento que se necesite. Esto tiene que ver mucho con la idea de Unesthal (1979, 1981, 1982 y 1991), de que existe un estado mental óptimo, un “peak performance”, y también con los trabajos de Mihaly Csikszentmihalyi (1996,1998a, 1998b 2002), que estudia estos estados experimentalmente, también en deportistas, y los llama estados de “flow” o “flujo”, de los que habla en su libros Fluir(1996), Aprender a fluir (1998), Experiencia óptima. Estudios psicológicos del flujo en la conciencia (1998) y Fluir en el deporte: Claves para experiencias y situaciones óptimas (2002). Curiosamente, en estos libros, define el estado de “flow” como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad, en el que el tiempo vuela, la concentración y la absorción es máxima, presenta una enorme satisfacción, y también hay una cierta amnesia posterior debido a los altos niveles de absorción y disociación, fenómenos muy parecidos a las características de la hipnosis; con lo cual la técnica de hipnosis se considera la ideal para acceder a ese estado psicológico óptimo de manera autorregulada, y así conseguir que las emociones sean las óptimas para la competición.
Otros estudios sobre este estado psicológico óptimo también enumeran sus características de forma parecida: como momentos mágicos, donde el rendimiento surge de forma espontánea y supera los niveles habituales, con sensaciones de inmersión total en ese momento, percepción subjetiva de equilibrio entre habilidades personales y el reto de la competición (Williams,1986; Kimiecik y Stein,1992).
Otros muchos autores han encontrado puntos comunes en las experiencia deportivas más óptimas (Brewer, Van Raalte, Linder y Van Raalte, 1991; Cohn, 1991; Garfield y Bennett, 1984; Jackson, 1992; Privette,1982,1983; Ravizza,1984 ); estos puntos comunes son sensaciones relacionadas con la atención completamente concentrada, relajamiento psicofisiológico, confianza en las capacidades personales, ausencia de miedo, inmersión total en la actividad, concentración en el presente, fuerte motivación, espontaneidad y automatismo ejecutivo, determinación, percepción de control sobre la situación, desorientación espaciotemporal, unicidad y contemporaneidad de la experiencia, sensaciones de alegría y carga física. Hall (1982) muestra como las potencialidades de ambos hemisferios cerebrales son utilizadas al máximo y de forma integrada, incluso en su funcionamiento asimétrico, en este estado. Además parece que se utiliza los potenciales del hemisferio derecho. Tamorri (1999) explica una de las diferenciaciones hemisféricas más útiles en el deporte, el hemisferio izquierdo serviría para reconocer y corregir el error, y el derecho para automatizarlo y realizarlo de manera espontánea. Unesthal (1986), propone que estas experiencias, unidas a situaciones pasadas, son más fáciles de evocar desde técnicas hipnóticas y post-hipnóticas, llegando hasta un momento en el que el deportista pueda llegar a ese estado él sólo mediante técnicas de autohipnosis.
En relación con este fenómeno imaginativo, la experimentación de la hipnosis en la psicología del deporte tiene evidencia de que la hipnosis es una técnica favorecedora de la habilidad para imaginar (Liggett, 2000; Jara Vera y Garcés, 1995; Sanders,1967; Howard y Reardon,1986).
– Progresión en el tiempo: fenómeno similar a la regresión en el tiempo, implica la desorientación del sujeto y una reorganización de su equilibrio perceptual. Es muy útil para poder llevar imaginariamente a los sujetos a un momento competitivo futuro con aparente realidad y con gran vivencia emocional, así como también fisiológica. Además es muy interesante para desarrollar trabajos estratégicos de familiarización, de motivación, de competición simulada, y para la comprensión de cómo reaccionara el deportista ante situaciones potenciales futuras que interesen.
– Distorsión del tiempo: La aplicación en deportes donde el tiempo de ejecución es importante, permite una complementación técnica del entrenamiento muy ventajosa.
– Disociación: Se refiere a la posibilidad de observarse a sí mismo realizando una acción con todas las sensaciones de realidad y gran vivencia emocional. Práctico para aplicar técnicas de autofeedback subjetivo, autoconsolidación de acciones, de corrección eficaz, que aceleran los procesos de aprendizaje o de entrenamiento en la práctica real.
– Aprosexia e hiperprosexsia. La aprosexia consiste en una inhabilidad para concentrarse en actividades específicas del medio, y la hiperprosexia es una concentración mórbida de atención en un área restringida. Facilitan fenómenos atencionales y de concentración.
– Actividades ideomotoras: capacidad inconsciente del sistema muscular de responder instantáneamente a estímulos, pensamientos, sentimientos e ideas. Los responsables de este tipo de respuestas son los mecanismos subcorticales, que están en la base de todo tipo de respuestas primarias, manifestadas como reflejos involuntarios, como son el parpadeo, la dilatación o contracción pupilar, los movimientos peristálticos, las respuestas endocrinas, la respiración, etc., aunque muchas son susceptibles de control voluntario, en general funcionan sujetas al control autónomo.
5- Fenómenos post-hipnóticos: son los comportamientos o respuestas que persisten una vez disipado el tratamiento en hipnosis. Normalmente son sugerencias específicas realizadas en estado hipnótico, con intención de que perduren una vez finalizado el tratamiento.
Es un fenómeno similar al reflejo condicionado, exceptuando que el condicionamiento post-hipnótico no es fijado por repetición, como promueve la teoría clásica del condicionamiento. El condicionamiento post-hipnótico no necesita repetición, tiene una actividad más prolongada a nivel de duración temporal y no se extingue tan rápidamente como un reflejo condicionado.
Las sugestiones post-hipnóticas son una herramienta clave para potenciar las capacidades y sobre todo para condicionar el estado emocional idóneo (estado psicológico óptimo). Este procedimiento ha sido muy utilizado por autores como Richard Bandler y John Grindler , sucesores de Milton Erickson, y lo llaman “anclaje” en su libro Trance-Fórmate (1993), sobre Programación Neuro-Lingüística.
Resulta muy útil las claves post-hipnóticas, que pueden convertirse en desencadenantes de estados de relajación, activación, mayor concentración, etc., actuando como estímulos condicionados, con un estado emocional óptimo, que elicitan la reacción automatizada ( Kirch, 1985 y 1991). Tanto es así que Unesthal(1982), del que ya se ha comentado antes sus aportaciones, usó las sugestiones post-hipnóticas para favorecer los estados de ánimo y emociones adecuadas en los deportistas, y los resultados demostraron que era posible cambiar así las creencias subjetivas en los deportistas relacionadas con algunos pensamientos irracionales.
– Fenómenos de utilidad psicológica:
Además de estos fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora, se ha utilizado la hipnosis desde un enfoque psicoterapéutico para numerosos problemas psicológicos que merman el rendimiento. Hay numerosos casos relatados donde el enfoque hipnodinámico lleva a la comprensión y elaboración de problemas o conflictos que el deportista fue incapaz de llevar a cabo a niveles no hipnóticos,; así, por ejemplo, Jonhson (1961) describe un caso sobre un jugador de béisbol; este mismo autor realiza una revisión de la utilización de la hipnosis en casos en los que fue determinante la regresión para acceder a eventos traumáticos, que solían ser lesiones deportivas y fracasos importantes, que daban lugar a ciertos estados de ansiedad o incluso fóbicos, en los que la auto-confianza del deportista estaba muy mermada; también Morgan (1993) relata dos casos, un jugador de béisbol y un corredor de larga distancia.
Otros autores de orientación clínica y cognitivo-conductual y especialistas en hipnosis, como son Kroger (1963) y Granone (1973) tratan a sus deportistas con excelentes resultado en problemas de confianza, concentración, tensión muscular y ansiedad competitiva.
La hipnosis también ha sido muy utilizada en la recuperación y rehabilitación de lesiones deportivas, ya que la eficacia de la hipnosis en el manejo del dolor esta ampliamente asumida. Así resulta interesante el tratamiento de 35 casos individuales de deportistas en los que la hipnosis resulto exitosa en problemas como inflamación crónica del tendón de Aquiles, contusiones de talón, esguinces, codo de tenista, etc., y también resultó efectivo a nivel de auto-instrucciones y de condicionamiento encubierto ( Palmi,1987; Weis y Troxell, 1986) para facilitar y ayudar a la restitución física y emocional del deportista en el proceso de rehabilitación. También Ryde (1964) utilizó el procedimiento hipnótico para el alivio del dolor de lesiones deportivas como “codo de tenista” o “tendón de sprinters”.
Sobre el tratamiento de la ansiedad precompetitiva y competitiva, una de las mejores investigaciones es la de Naruse (1965), que se refirió al manejo de la ansiedad antes y durante la competición con sugestiones hipnóticas, con resultados muy satisfactorios. Krenz, Gordin y Edwards (1986), aplicaron la hipnosis como forma de control ante situaciones que producían efectos ansiógenos en un grupo de atletas; los resultados demostraron que la hipnosis era útil para la disminución de ansiedad. También Garver (1977) y Vanek(1970), intentaron mejorar el rendimiento usando el control hipnótico de los niveles de arousal, promoviendo la individualización para encontrar y producir los niveles óptimos de activación en cada deportista, y aplicando sugestiones post-hipnóticas para aplicarlo en la competición. Posteriormente, Woscikiewick y Orlick (1987) estudiaron los efectos positivos de las sugestiones posthipnóticas para el control de la ansiedad y la consiguiente mejora del rendimiento durante competiciones de esgrima. Se ha encontrado la utilidad de la hipnosis en el aprendizaje de la activación y relajación, en toda la psicología aplicada, y también en la psicología del deporte (Unesthal, 1981), pues produce un aprendizaje mucho más rápido y se obtiene un dominio de la relajación tanto subjetiva como fisiológica.
Existen numerosos estudios de la eficacia de la hipnosis en la ansiedad, aunque la gran mayoría no son en el ámbito del deporte. Así en estudios como por ejemplo el de Schoenberger, Kirsch, Gearan, Montgomery y Parstynak (1997) compararon una intervención cognitivo conductual que incluía reestructuración cognitiva, exposición en vivo y relajación, con un tratamiento igual en el que se sustituía la relajación por hipnosis, demostrando que la eficacia de las técnicas cognitivo-conductuales junto con hipnosis es claramente superior a éstas por sí solas. También se ha conseguido mejores resultados a la hora de bajar la ansiedad con hipnosis a gente que puntuaba alto en ansiedad antes de los exámenes (Stanton, 1994), y mejoras del rendimiento académico gracias a la hipnosis en oposición a un tratamiento cognitivo-conductual solo (Crasilneck y Hall, 1985; Johnson, Johnson, Olson y Newman, 1981).
Debido a una de las características de la hipnosis, como es la concentración y la atención (Crawford, Brown y Moon, 1993), esta resulta de gran utilidad y la mejor vía para trabajar estas dos características; así la aplicación inespecífica de la hipnosis ya supone un entrenamiento inespecífico en sí mismo, independientemente de las estrategias que se empleen para desarrollar la concentración que cada deportista necesite, este hecho es uno de los de mayor consenso, ya que el incremento de la concentración y el carácter de la experiencia hipnótica como un estado de atención e inatención selectivas, orientadas intencionalmente, son hechos corroborados desde hace mucho tiempo por estudiosos de la hipnosis(Jara y Garcés,1995). Algunas de las posibilidades más específicas de la hipnosis en relación con el desarrollo de la atención y la concentración, se refieren al establecimientos de claves atencionales del contexto deportivo, actuando como códigos post-hipnóticos, y al manejo de voluntario de la distorsión temporal ( Jara y Garcés, 1995).
Para trabajar la motivación, debe existir un acuerdo en la planificación y metas a corto, medio y largo plazo, pero la segunda etapa en este trabajo en motivación es muy propicio para hacerlo con las técnicas sugestivas, ya que el que la hipnosis en sí tiene una capacidad para crear o clarificar motivaciones personales es un hecho largamente conocido; de hecho, la dimensión motivacional-afectiva del ser humano es, casi por definición, el campo privilegiado de la hipnosis. Los estudios de Jackson, Gass y Camp (1979) que evaluaron la influencia de las sugestiones motivacionales en hipnosis y no hipnosis, bajo situaciones de máximo rendimiento físico, muestran resultados significativos para el grupo en hipnosis. También Ito (1979) tuvo resultados parecidos, añadiendo además el grupo de tratamiento en hipnosis y alta sugestionabilidad, que fue el que mejor rendimiento tuvo.
En la auto-confianza, las intervenciones hipnóticas, han puesto siempre énfasis en las instrucciones para favorecer la autoestima, la auto-eficacia y la autoconfianza (Gibbons,1979). El aumento de la autoconfianza ha sido una de las aplicaciones clásicas y muy exitosas de la sugestión hipnótica, tanto en el deporte como en clínica. Además de la vía de la sugestión directa y metafórica para la construcción de la auto-confianza, es siempre importante el trabajo en reestructuración cognitiva, el análisis de actitudes erróneas y limitaciones auto-impuestas.
La solución de problemas ha sido uno de los campos en los que Unesthal(1991) ha trabajado más mediante hipnosis, considerándolo una parcela indispensable en muchos momentos puntuales de la práctica deportiva, y que ayuda al deportista a solucionar problemas concretos psicológicos por medio de recondicionamientos, desensibilización sistemática, parada de pensamiento, etc.; utilizados dentro de las técnicas de sugestión.
Aunque muchos de los trabajos y revisiones sobre la hipnosis en el deporte provienen de orientación clínica y paliativa, por ejemplo Morgan (1993), también existe quien aboga por integrar la hipnosis como parte importante del entrenamiento mental, así resulta muy interesante la propuesta de Unesthal(1979, 1981,1982, 1991), de quien ya se ha hablado antes, que propone su Programa de Entrenamiento Mental Interno, en el que la hipnosis sirve de base para la aplicación de distintas técnicas relacionadas con el control de activación, concentración, fijación de metas, reestructuración cognitiva y entrenamiento actitudinal, solución de problemas, preparación de la situación competitiva, rehabilitación de lesiones, etc. El sentido de utilizar la hipnosis en este caso, es el de acelerar y aumentar los efectos de las diferentes técnicas utilizadas.
- PARTE SEGUNDA: ESTUDIO EMPIRICO.
2.1 Objetivos del estudio.
El objetivo principal que intentamos realizar en este trabajo es el de disminuir la ansiedad, que es una emoción de inseguridad, por medio de sugestiones de confianza y seguridad en estado hipnótico, pues si aumentásemos la seguridad de los atletas en sí mismos la ansiedad disminuirá, ya que sus recursos serían percibidos y sentidos por ellos como adecuados y suficientes para hacer frente a las demandas de la competición.
Para realizar el trabajo utilizaremos la técnica de la hipnosis como vehículo para empaquetar las sugestiones debido a su rapidez y su probada eficacia a la hora de intervenir en las emociones y producir cambios psicológicos en los sujetos. Como dicen M. Elena Mendoza y Antonio Capafons, en su artículo “ Eficacia de la Hipnosis Clínica: Resumen de su Evidencia Empírica” publicado en “Papeles del Psicólogo” en el 2009, cuando se utiliza cualquier técnica cognitivo-conductual dentro de hipnosis, esta técnica presenta mayor rapidez de tratamiento y mayor eficacia que presentada sin hipnosis. También Lynn y Green (2000) y Schoenberg (2000) , en este mismo sentido, demuestran que la hipnosis aumenta la eficiencia de los procedimientos a los que se añade.
También se pretende ver el efecto del tratamiento en relación con la sugestionabilidad de los sujetos, de forma que podamos comparar el rango del efecto del tratamiento en función del grado de sugestionabilidad de los sujetos.
2.2 Participantes.
Los participantes son seis atletas(cinco hombres y una mujer), en un rango de edad de 15-22,con una media de edad de 17,16 (dt= ), todos han sido convocados alguna vez por la Real Federación Española de Atletismo para su concentraciones, con lo cual son de los mejores atletas en su categoría y en su prueba, y así se les considera de alto rendimiento; además todos se han clasificado para los campeonatos de España de sus respectivas categorías en este año. Todos se dedican a las pruebas de 100, 200 o 400 metros con lo cual la intervención podía ser igual debido al parecido de las pruebas, y además, con esto, se posibilita que no hubiese diferencias en el tratamiento.
2.3 Instrumentos de medida.
El instrumento de medida elegido para comprobar la disminución de ansiedad, es el SCAT (Sport Competition Anxiety Test) de Martens et al.(1990) en su adaptación española presentada en el VII Congreso Nacional de Psicología del Deporte por Jaenes, Caracuel y Pérez-Gil en 1999. Se ha elegido este test por ser propio de la psicología del deporte y de la ansiedad en la competición, además de ser un instrumento fiable y de los más utilizados para determinar el grado de ansiedad de los deportistas (Vealey, 1990; Jones, 1990).
Con el objetivo de medir la sugestionabilidad y ver el efecto del tratamiento en hipnosis con relación a esta se pasó el I.S. (Índice de Sugestionabilidad) de H.Gonzalez Ordi y J.J Miguel-Tobal (1999), que presenta una consistencia interna, el Coeficiente Alfa de Cronbach, para el total de la prueba de .79 (N=618 Ss).
También para ver que sugestiones específicas hacer, se les paso a los atletas un cuestionario creado para conocer en qué momento tenían más nervios, que pensamientos tenían en esos momentos, y que conductas realizaban cuando estaban nerviosos. Así teníamos referencias de la evaluación de las características de la ansiedad en todas sus dimensiones de cada uno de los atletas.
Además, para ver si el tratamiento en hipnosis implementado producía cambios en la percepción y sensación de confianza para realizar la competición, se les pasó un cuestionario antes y después de cada una de las dos intervenciones del tratamiento en hipnosis. El cuestionario es el siguiente:
Siento mi cuerpo relajado
Tengo pensamientos positivos
Me siento capaz de realizar la prueba bien
Creo que soy buen atleta
Siento que puedo hacer la prueba de manera excelente
Siento que podré llegar a la prueba en condiciones óptimas
2.4 Procedimiento
Se concertaron cuatro sesiones con el entrenador y los atletas, la primera sería informativa y para hacer las evaluaciones, en las dos sesiones siguientes, de una hora cada una, se haría la intervención y en la última se recogerían los resultados obtenidos.
Así en la primera sesión se les informó en que consistía la investigación, se les paso el SCAT (Sport Competition Anxiety Test), el I.S. (Índice de Sugestionabilidad creado por González Ordi y Miguel Tobal en 1999) y el cuestionario creado para conocer las características de la ansiedad de los deportistas en cuanto a las áreas fisiológicas, de pensamiento y motoras, para poder realizar las sugestiones más efectivas.
Así la segunda sesión se empieza la intervención consistente en una inducción de fijación ocular con relajación, la profundización de la montaña, y las sugestiones específicas de relajación y algunas de autoconfianza, y acaba con una clave posthipnótica. Además, antes y después de la intervención, se entrega el cuestionario anteriormente comentado para ver los cambios que ha habido gracias a la intervención.
Hacemos una transcripción del protocolo de la inducción utilizado en esta investigación:
FIJACION OCULAR COMO TECNICA DE RELAJACION de André M. Weitzenhoffer, 1957( citado en el texto de González Ordi (2010): Hipnosis Clínica: Fundamentos y Aplicaciones, apuntes del curso del Colegio Oficial de Psicólogos: El Empleo de la Hipnosis en el Tratamiento de la Ansiedad y el dolor crónico.
“Quiero que mire hacia arriba a un punto del techo y que fije en él la vista. Servirá cualquier punto. Puede imaginar uno al que le resulte cómodo mirar. No se preocupe si los ojos se desvían o parpadean. No tiene importancia. Si le ocurriera eso, vuelva los ojos hacia el punto y continúe mirándolo fijamente. No se ponga tenso/a. Relájese y preste atención a mi voz, solamente a lo que yo le vaya diciendo. Quiero que se relaje. Piense en relajarse y se relajará más y más. A medida que continúe mirando al punto y escuchando mi voz, su cuerpo se relajará. Sus pies se están relajando, sus piernas se están relajando, sus manos y sus brazos se están relajando, todo su cuerpo se está relajando. Verá que se siente amodorrado. Escuche sólo mi voz… le hace sentir cada vez más amodorrado y somnoliento. Usted siente una sensación de pesadez que invade todo su cuerpo. Su cuerpo se hace más pesado, muy p-e-s-a-d-o. Sus manos se sienten p-e-s-a-d-a-s. Sus brazos se sienten p-e-s-a-d-o-s. Sus manos y sus brazos están pesados. Sus pies se sienten p-e-s-a-d-o-s. Sus piernas se hacen p-e-s-a-d-a-s. Todo su cuerpo se está sintiendo cada vez más p-e-s-a-d-o, m-u-y p-e-s-a-d-o. Usted se encuentra a-m-o-d-o-r-r-a-d-o/a, s-o-m-n-o-l-i-e-n-t-o/a. Le invade una sensación agradable de calor y adormecimiento. Ya va a dormirse… profundamente… totalmente… Una agradable sensación de calor invade todo su cuerpo, como cuando duerme… Sus párpados pesan… cada vez están más p-e-s-a- d-o-s, tan pesados que usted siente como si se estuviera durmiendo. Piense en dormir y nada más que en dormir. Pronto va a dormirse… mi voz hace que se duerma… le hace desear dormirse… le hace querer dormir… Sus ojos están cansados… sus párpados se sienten pesados… se están cerrando. No puede mantener los ojos abiertos. Se cierran. Dentro de unos momentos no le será posible mantenerlos abiertos. Ahora tiene usted mucho s-u-e-ñ-o… Sus ojos están tan p-e-s-a-d-o-s que no puede mantenerlos abiertos. Se cierran, se cierran, más y más, más y más… [Si el terapeuta observara que el paciente no cierra los ojos, proceda a decirle en un tono firme de voz: «Muy bien, ahora cierre los ojos y escuche con toda atención lo que le vaya diciendo». Luego continúe:]… ahora sus ojos están cerrados y usted está durmiendo profundamente… ya están cerrados y usted entra en un sueño profundo… un sueño cada vez más y más p-r-o-f-u-n-d-o, un sueño más y más p-e-s-a-d-o… no escuchará nada más que el sonido de mi voz. No despertará hasta que yo se lo indique. Nada le molestará. Cada vez que en el futuro yo diga la palabra «sueño», usted pasará inmediatamente a un sueño profundo. Se dormirá profundamente… m-u-y p-r-o-f-u-n-d-a-m-e-n-t-e…
La intervención sigue con la profundización de la Técnica del Descenso por la Montaña de H. González Ordi, (2001) (citado en Hipnosis Clínica: Principios y Aplicaciones) .La técnica sigue el procedimiento de utilizar metáforas de profundización. Así mismo, incluye la administración de gran cantidad de detalles sensoriales que favorecen la implicación emocional del paciente.
«Ahora, imagínate que te encuentras en lo alto de una montaña en un día muy caluroso de primavera. Te encuentras en lo alto de la montaña y debajo de ti se extiende un valle muy verde y frondoso. Por el valle discurre un pequeño río de montaña de aguas muy claras y muy limpias. Alrededor tuyo puedes ver el bosque de montaña con los distintos tipos de árboles, arbustos, matorrales, flores, etc. Respiras profundamente y puedes sentir el aire puro y fresco de la montaña entrando en tus pulmones y haciendo que te relajes un poco más. Vamos a empezar a descender por la montaña en dirección al río. A medida que vaya contando de 1 a 20, iremos descendiendo progresivamente hacia el río y, a medida que descendamos por la montaña, tu te irás sintiendo más y más profundamente relajado… más y más profundamente dormido… más y más profundamente tranquilo. 1… empezamos a descender… 2… siente al caminar, la hierba fresca bajo tus pies… 3… 4… siente como según desciendes, la brisa fresca azota tu cara y hace que te sientas más y más relajado… más y más tranquilo… 5… a medida que caminas hacia abajo puedes oler los distintos aromas del campo… pinos… abetos… flores… 6… todo es multicolor… verdes de distintas tonalidades… amarillos… azules… marrones… 7… vamos descendiendo a tú ritmo… 8… a medida que descendemos, tu te vas relajando más y más profundamente… 9… puedes oír el canto de los pájaros del bosque… los distintos sonidos de la naturaleza… 10… ya estamos aproximadamente a mitad de camino… te encuentras diez veces más profundamente relajado y tranquilo que antes… 11… a medida que descendemos, profundizas en un estado de relajación aún más profundo si cabe… 12… 13… 14… 15… sientes en tu cara el calor del sol… un sol intenso y amarillo… 16… al mismo tiempo ya estamos mucho más cerca del río y empiezas a notar el frescor de sus aguas en el ambiente… 17… estás más profundamente relajado y tranquilo… 18… a medida que el río está más cerca tu te encuentras más profundamente relajado y tranquilo… 19… ya casi hemos llegado… notas el rumor del agua del río al correr entre las rocas… 20… hemos llegado a la ribera del río… puedes ver el río bajo tus pies… sus aguas claras, limpias y frescas… tan limpias que casi puedes ver el fondo del río. Escuchas ahora muy claramente el rumor de sus aguas al pasar entre las rocas… es un rumor rítmico… cadencioso… relajante… adormecedor. Estas veinte veces más profundamente relajado y tranquilo que antes. El descenso por la montaña te ha producido sed, mucha sed. Nota como tu boca está reseca, como te cuesta tragar saliva, como tu garganta está seca… (ver respuesta del paciente del tipo humedecimiento de sus labios, movimientos de deglución, etc)… es un día muy caluroso y tienes mucha sed. La única manera de aliviar esa intensa sed es beber un poco de agua del río. A medida que yo cuente de 1 a 3, extenderás tu mano hacía el río, cojeras un poco de agua, te la llevaras a la boca y beberás. Esto hará que te relajes aún más profundamente. 1… extiende tu mano y nota como al introducirla en el río, el agua fría hace que tus dedos se entumezcan… 2… coge el agua con la palma de tu mano y llévala a la boca… 3… bebe y siente como el agua fresca inunda tu boca, baja por tu garganta y va mitigando la sed hasta hacerla desaparecer… nota como al desaparecer la sed te sientes más relajado y tranquilo que antes… Ahora que la sed ha desaparecido, túmbate boca arriba en la hierba, cerca del río. Siente el frescor de la hierba verde bajo tu cuerpo. Mira hacia el cielo… un cielo de un azul intenso… tal vez como no lo hayas visto antes en tu vida… observa que hay algunas nubes de diversos tonos blancos y grisáceos… mira sus formas con atención… formas que excitan tu imaginación… formas que cambian con el viento… deja tu mente volar… siéntete a gusto… tranquilo y relajado… profundizando un poco más en el estado en el que te encuentras en estos momentos… dejándote llevar…».
Siguiendo las fases del proceso hipnótico, ahora se les dió a los sujetos las sugestiones específicas de autoconfianza :
“ Ahora que estás profundamente relajado, tranquilo, notas una sensación placentera, estás bien…notas como tu mente está tranquila, tú estás tranquilo…tranquilo y relajado…tu cuerpo también estás tranquilo…
Y ahora quiero que te venga a tu mente algún momento de tu vida
en el que sí que te has probado en una prueba
y saliste satisfecho…,
un momento en el que sentiste
que tú te aprobabas
y superabas esa competición,
y cuando lo tengas me dices “ya”.
Cuando terminaste la prueba
cuando saliste satisfecho de esa competición
quiero que seas consciente de qué te decías
Qué te dices cuando sales de esa prueba en la que tú te apruebas.
Cómo te ves
Cómo te ves desde fuera
Como se te ve cuando tú lo has superado…,
cuando tu estás satisfecho.
Quiero que te imagines… que sales se esa prueba
como ya te has imaginado…
con la sensación de confianza
que tú necesitas.
y como te ves a ti mismo…
una vez que has salido de esa prueba.
Así que estás en ese momento
en el que te sentías …
y te hablabas…
de una forma satisfactoria
confiando en cómo te van a salir las cosas
y sintiendo que pudiste…y pudiste.
A continuación se les dio una clave posthipnótica que se les sugirió de la siguiente manera:
“ A partir de ahora vas a poder producir esta sensación conseguida en esta sesión. Cada vez que pongas tu mano en la frente y cuentes hasta diez, volverás inmediatamente a este estado de tranquilidad, sincronía y confianza.”
Después de aplicar la clave posthipnótica se les sacó de hipnosis y se volvieron a inducir ellos mismos para ver si lo conseguían, y se les propuso que lo hiciesen durante una semana una vez al día durante cinco o diez minutos.
Después de que los atletas hubiesen practicado una semana a inducirse un estado de relajación y confianza, la tercera sesión incluyó una exposición imaginada, desde la semana antes de la prueba hasta que se realiza la competición, conjuntamente con sugestiones de confianza.
Los atletas se indujeron el estado tal y como lo habían practicado durante la semana y, gracias a la clave posthipnótica, los sujetos pudieron llegar a este estado ellos mismos y sin necesidad de hacer una inducción y una profundización. Después se realizaron la sugestiones específicas cuya transcripción es la siguiente:
“Ahora que te encuentras relajado…te concentras en mi voz… y te vas a ir a la semana antes de la competición, sabes que te queda una semana y sientes que todo va a funcionar…estás tranquilo, los pensamientos van en una sola dirección, sabes que lo vas a hacer bien.
Ya has vivido otras pruebas …no es la primera vez…
Y tu sabes como quieres salir …
de esa prueba…dentro de una semana
Hablándote de esa forma satisfactoria
Confiando en cómo te van a salir las cosas
Y sintiendo … que tu puedes ….y puedes
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella … y notas …que tu puedes
Y debajo de lo que haces…
está lo que es…
enfrentarte a algo que te parecía un gigante
y que a medida que tu te creces…te parece más pequeño
tan pequeño como tu quieras verle…
como tú necesites verle…
Ahora quiero que te vayas al día antes, mañana tienes la competición, y tú te encuentras tranquilo y relajado…sabes que el trabajo esté bien hecho, llevas el día con normalidad, crees en ti, crees en tus posibilidades…al llegar la noche, te das cuenta que tus pensamientos son positivos, te visualizas ganando…sabes que tienes muchas posibilidades, y te duermes tranquilamente, sabiendo que mañana cuando estés en la pista te sentirás seguro y dispuesto a dar lo mejor de ti mismo
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella…y notas …que tu puedes
Por la mañana te levantas, tienes esa sensación, son ganas de competir, de que llegue…estás muy tranquilo, tus pensamientos te dicen que vas a hacerlo bien, vas de camino a la competición…llegas a la pista…te cambias y pones los tacos…. sientes que estás relajado…concentrado…estás en la pista, estás observando el objetivo, concentrado, sientes que tu cuerpo esta ligero, como una pluma, y esta listo para empezar… ….
La fuerza y el tesón…que tienes contigo…
también están presentes en este momento..
mientras visualizas la pista
todo esta apunto para empezar
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella…y notas que tu puedes…
¡ Empieza la carrera!
Y notas que estás a punto
Y a medida que avanzas ..estas más a punto …a punto
Y notas que tu puedes … que puedes más …
Y ya sales de la prueba
y pudiste …y pudiste.
Y ahora abres los ojos …cuando tu quieras
con esa sensación … de que puedes
Ahora que tienes la capacidad para estar en este estado de confianza, vamos a simplificarlo, cerrando el puño de tu mano no dominante podrás volver a este estado directamente….siempre que quieras…”
Se les dice que una vez al día lo utilicen, que cierren el puño y se expongan a la situación, para practicarlo, hacer bien el condicionamiento y poder utilizarlo el día de la competición
La cuarta y última sesión se dedicó a recoger los datos de los test que había dado la intervención, a conocer el entrenamiento propio de cada atleta durante la semana, y a resolver dudas.
.
2.5 Resultados.
Acontinuación vamos a analizar los resultados obtenidos de nuestra muestra y así veremos si hemos logrado el objetivo de disminuir la ansiedad que nos propusimos.
Item 1
DESCRIPTIVES VARIABLES=C11pre C11post C21pre C21post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C11pre | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,894 |
C11post | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C21pre | 6 | 2 | 3 | 2,67 | ,516 |
C21post | 6 | 3 | 4 | 3,67 | ,516 |
N válido (según lista) | 6 |
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C11pre C11post C21pre C21post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
C11pre-c11post-c21pre-c21post
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C11pre | 1,17 |
C11post | 3,17 |
C21pre | 2,00 |
C21post | 3,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 15,923 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,001 |
a. Prueba de Friedman |
C11pre-c11post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C11pre C11post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C11pre | 1,00 |
C11post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C21pre-c21post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21pre C21post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21pre | 1,00 |
C21post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C11pre-c21post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21post C11pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21post | 2,00 |
C11pre | 1,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C21pre-c11post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21pre C11post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21pre | 1,17 |
C11post | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 2
DESCRIPTIVES VARIABLES=C12pre C12post C22pre C22post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos.
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C12pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C12post | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C22pre | 6 | 2 | 4 | 2,83 | ,753 |
C22post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C12pre-c12post-c22pre-c22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12pre C12post C22pre C22post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12pre | 1,25 |
C12post | 3,00 |
C22pre | 2,08 |
C22post | 3,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 14,755 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,002 |
a. Prueba de Friedman |
C12pre-c12post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12pre C12post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12pre | 1,00 |
C12post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C22pre –c22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C22pre C22post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C22pre | 1,08 |
C22post | 1,92 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C12pre-C22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C22post C12pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | ||
Rango promedio | ||
C22post | 2,00 | |
C12pre | 1,00 | |
Estadísticos de contrastea |
|
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C12post-C22pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12post C22pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12post | 1,75 |
C22pre | 1,25 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
Ïtem3
DESCRIPTIVES VARIABLES=C13pre C13post C23pre C23post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos |
|||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C13pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C13post | 6 | 2 | 3 | 2,83 | ,408 |
C23pre | 6 | 3 | 3 | 3,00 | ,000 |
C23post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C13pre-c13post-c23pre-c23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13pre C13post C23pre C23post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13pre | 1,25 |
C13post | 2,33 |
C23pre | 2,58 |
C23post | 3,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 15,188 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,002 |
a. Prueba de Friedman |
C13pre-C13post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13pre C13post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13pre | 1,17 |
C13post | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
C23pre-C23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C23pre C23post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C23pre | 1,08 |
C23post | 1,92 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C13pre-c23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C23post C13pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C23post | 2,00 |
C13pre | 1,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C13post-C23pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13post C23pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13post | 1,42 |
C23pre | 1,58 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 1,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,317 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 4
DESCRIPTIVES VARIABLES=C14pre C14post C24pre C24post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C14pre | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,632 |
C14post | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,632 |
C24pre | 6 | 2 | 3 | 2,67 | ,516 |
C24post | 6 | 3 | 3 | 3,00 | ,000 |
N válido (según lista) | 6 |
C14pre-C14post-C24pre-c24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14pre C14post C24pre C24post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14pre | 1,75 |
C14post | 1,75 |
C24pre | 3,00 |
C24post | 3,50 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 13,154 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,004 |
a. Prueba de Friedman |
C14pre-C14post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14pre C14post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14pre | 1,50 |
C14post | 1,50 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | . |
gl | 1 |
Sig. asintót. | . |
a. Prueba de Friedman |
C24pre-C24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C24pre C24post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C24pre | 1,33 |
C24post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C14pre-C24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C24post C14pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C24post | 1,92 |
C14pre | 1,08 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C14post-C24pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14post C24pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14post | 1,17 |
C24pre | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 5
DESCRIPTIVES VARIABLES=C15pre C15post C25pre C25post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C15pre | 6 | 1 | 2 | 1,67 | ,516 |
C15post | 6 | 1 | 2 | 1,83 | ,408 |
C25pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C25post | 6 | 2 | 3 | 2,50 | ,548 |
N válido (según lista) | 6 |
C15pre-c15post-c25pre-c25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15pre C15post C25pre C25post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15pre | 1,83 |
C15post | 2,08 |
C25pre | 2,75 |
C25post | 3,33 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 9,581 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,022 |
a. Prueba de Friedman |
C15pre-c15post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15pre C15post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15pre | 1,42 |
C15post | 1,58 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 1,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,317 |
a. Prueba de Friedman |
C25pre-C25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C25pre C25post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C25pre | 1,33 |
C25post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C15pre-C25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C25post C15pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C25post | 1,83 |
C15pre | 1,17 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
C15post-C25pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15post C25pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15post | 1,33 |
C25pre | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 6
DESCRIPTIVES VARIABLES=C16pre C16post C26pre C26post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C16pre | 6 | 2 | 3 | 2,50 | ,548 |
C16post | 6 | 2 | 3 | 2,83 | ,408 |
C26pre | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C26post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C16pre-c16post-c26 pre-c26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C16post C26pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,50 |
C16post | 1,92 |
C26pre | 2,83 |
C26post | 3,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 14,152 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,003 |
a. Prueba de Friedman |
C16pre-C16post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C16post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,33 |
C16post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C26pre-C26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C26pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C26pre | 1,25 |
C26post | 1,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
C16pre-C26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,00 |
C26post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C16post-c26pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16post C26pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16post | 1,25 |
C26pre | 1,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
2.6 Limitaciones del estudio
Las limitaciones con las que nos encontramos fueron varias; la primera dificultad ha sido el hecho de que la investigación ha consistido en una intervención psicológica y, otra limitación fue el tamaño de la muestra, seis atletas, una muestra pequeña y no representativa, ya que tuve una gran dificultad para encontrar deportistas de alto rendimiento que aceptaran colaborar en la investigación.
Por otra parte, el hecho de que, de esos seis atletas, algunos no tuviesen la ansiedad muy alta supuso, también, una limitación, ya que es difícil disminuir la ansiedad precompetitiva cuando partimos ya de niveles bajos de ansiedad.
Pero es probable que los atletas se llevasen consigo una herramienta muy útil y eso nos congratula.
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TESINA DE INVESTIGACION
Master en Psicología de la Actividad Física y del deporte (UAM-COE)
“LA HIPNOSIS CON SUGESTIONES DE CONFIANZA PARA LA DISMINUCIÓN DE LA ANSIEDAD EN EL DEPORTE”.
- LUIS ANTON CASAOS
Dirigida por:
- D. HECTOR GONZALEZ HORDI
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE MADRID
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ÍNDICE
1 PRIMERA PARTE: REVISIÓN TEORICA
- Introducción 9
- Las emociones en el deportista: el binomio confianza-ansiedad
1.2.1 Las emociones: qué son, qué función desempeñan 11
1.2.2 La ansiedad: sus manifestaciones y su influencia en la actuación deportiva 17
1.2.3 La autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento deportivo. 26
- Hipnosis
1.3.1 Historia de la hipnosis 37
1.3.2 Definición de Hipnosis 47
1.3.3 Partes del proceso hipnótico y variables influyentes 52
1.3.4 Hipnosis: estado alterado de consciencia contra sugestión 60
1.3.5 La sugestionabilidad en el ámbito de la Psicología Clínica Aplicada 63
1.4 La hipnosis en la disminución de la ansiedad
y el aumento de la confianza 64
1.5 Hipnosis y deporte 73
- SEGUNDA PARTE: ESTUDIO EMPIRICO
- Objetivos del estudio 92
- Participantes 93
- Instrumentos de medida 94
- Procedimientos 96
- Resultados 109
- Limitaciones del estudio 143
BIBLIOGRAFIA 145
“La emoción decide y la razón justifica”
Sigmund Freud
AGRADECIMIENTOS
JUSTIFICACIÓN PERSONAL
El objetivo de la psicología del deporte en el ámbito del rendimiento es trabajar, por un lado, aquellos aspectos que al deportista le puedan interferir en su práctica deportiva, y, por otro, aumentar sus potencialidades para conseguir un mejor rendimiento deportivo. Este campo de trabajo es tan extenso y con tantas variables que exige que el conocimiento de un psicólogo del deporte deba ser lo suficientemente amplio como para poder ayudar al deportista a obtener el objetivo de conseguir su mejor rendimiento.
Para acotar mi campo de investigación, una primera consideración, a la hora de plantearme este trabajo, fue preguntarme cuales son los problemas más comunes y, a la vez, de importancia decisiva que pueden afectar a un deportista y porqué suceden. Pues bien, después de revisar la bibliografía me di cuenta de que uno de los problemas más importantes para un deportista es la ansiedad; así que al recalar en la ansiedad estábamos entrando en el campo de las emociones, por lo que quise saber que significaba la emoción y, sobre todo, como nos influye o determina.
Consideré, por otro lado, cómo podía incidir lo más directa y eficazmente posible sobre las emociones y ayudar a un deportista a disminuir la ansiedad; y, aprovechando mi formación en hipnosis y vista la extensa evidencia científica que hay en el uso de esta técnica para el cambio de estados emocionales, consideré que la hipnosis podría ser el vehículo para acceder y trabajar con las emociones, con su evocación y control. Al sujeto en estado de hipnosis se le pueden inducir procesos emocionales muy específicos, lo que a través de otros métodos sería mucho más difícil (Juan Cristóbal Ruiz Díaz y Guy Santibáñez-Hidalgo, 2008).
También me planteé que si la ansiedad significa estar conectado a un estado emocional de inseguridad, se podría disminuir o eliminar la ansiedad por otro camino, es decir, no intentando disminuir la ansiedad trabajando directamente sobre ella, sino posibilitando que el deportista se conecte a una emoción distinta e incompatible, es decir, a una emoción de seguridad o de confianza para hacer frente a sus retos.
Así que, teniendo en cuenta los planteamientos anteriores, la propuesta que vamos a desarrollar en este trabajo es que podemos facilitar una regulación emocional adecuada ante la competición por medio de técnicas sugestivas orientadas a aumentar la auto-confianza al tiempo que conseguimos el control o reducción de la ansiedad y, de esta manera, facilitar la realización de una competición exitosa.
REVISION TEÓRICA
1.1. Introducción:
Diversos estudios han analizado la relación entre ansiedad, auto-confianza y rendimiento deportivo (Burton, 1988).
Podemos considerar que la ansiedad competitiva o en situaciones de prueba y la auto-confianza son los dos extremos de una variable psicológica que representa el esquema emocional básico con el que el deportista afronta la competición.
Trabajar para mejorar el esquema emocional del deportista conlleva una serie de acciones dirigidas a cambiar el significado de la situación estresante, controlar y neutralizar las emociones negativas como la ansiedad, y conseguir un afrontamiento desde la auto-confianza; y para realizar esta tarea existe numerosa evidencia de que la hipnosis es una tecnología de primera elección (Juan Cristóbal Ruiz Díaz y Guy Santibáñez-Hidalgo, 2008).
En este trabajo nos proponemos primeramente hablar de las emociones y del papel que tienen en el comportamiento humano en general y del deportista en particular, según algunas de las últimas investigaciones. Se intentará explicar, de manera sencilla y breve el concepto de hipnosis, su historia, sus distintas teorías, variables que influyen y elementos que la componen. También hablaremos de si la hipnosis es un estado alterado de conciencia en el que tiene lugar el estado de trance, y también de la sugestión como la parte fundamental que es en el proceso de hipnosis, y se explicará, basándonos en la evidencia científica, por qué funciona la hipnosis en la disminución de la ansiedad .
Así mismo, realizamos una revisión de la literatura sobre la hipnosis en el deporte, tanto respecto de su utilización, como de la evidencia sobre su eficacia en psicología del deporte en general y en el trabajo con las emociones del deportista en particular.
1.2. Las emociones en el deportista: el binomio confianza-ansiedad.
1.2.1 -Las emociones: qué son, que función desempeñan.
Según la Real Academia de la Lengua, la definición de emoción es la siguiente:
– (Del lat. emotĭo, -ōnis). Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.
Spinoza fue uno de los primeros pensadores en hablar de los instintos y motivaciones, y los llamó apetitos, y utilizó la palabra deseo para la situación en que los sujetos se hacen sabedores de los apetitos. También fue de los primeros en hablar de las emociones, decía que el cuerpo dependía de ellas y ellas del cuerpo; según Spinoza las emociones servían para la autopreservación, y propuso el término “conatus” para denominar el proceso por el que el sujeto se hacía consciente de las emociones, por medio del cuerpo.
Skinner (1977) dijo: “Mientras concibamos el problema de la emoción como un estado interno, no es probable que hagamos avanzar una tecnología práctica”.
Uno de los primeros científicos que se interesaron por el problema de definir que son las emociones fue James (1984, citado en Damasio, 2003), que propuso que la emoción era la percepción por parte del sujeto de su propia respuesta fisiológica a un determinado acontecimiento; definición, como vemos, muy parecida a la que propuso Spinoza.
Uno de los científicos que más ha estudiado las emociones es Antonio Damasio, quien ha ganado varios premios por sus descubrimientos y ha escrito varios libros hablando de ellas: “El error de Descarte (1994)”, “La Sensación de lo que ocurre (2000)” y “En busca de Spinoza: Neurobiología de la Emoción y los Sentimientos (2003)”. Damasio dice que tanto Spinoza como James tenían razón en muchas de sus intuiciones sobre las emociones, y realiza varios descubrimientos en el campo del estudio de la neurociencia de las emociones y los sentimientos.
Damasio clasifica las emociones en tres categorías, emociones de fondo, emociones primarias y emociones sociales. Las emociones de fondo, llamadas también “estados de ánimo”, son expresiones compuestas de las acciones reguladoras, en la medida que estas se desarrollan e intersectan momento a momento en la vida. En segundo lugar están las emociones primarias (o básicas), que son ira, miedo, asco, sorpresa, tristeza y alegría. Y el tercer tipo de emociones son las emociones sociales, también llamadas emociones secundarias, que incluyen la simpatía, vergüenza, culpabilidad, orgullo, celos, envidia, gratitud, admiración, indignación y desdén. Estas emociones sociales son la combinación de emociones primarias junto con reacciones reguladoras.
Antonio Damasio(2003) propone una definición de emoción con las siguientes características:
– Es un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón distintivo.
– Estas respuestas son producidas por el cerebro cuando éste detecta un estímulo emocionalmente competente, esto es, el objeto o acontecimiento cuya presencia, real o en rememoración mental, desencadena la emoción. Las respuestas son automáticas.
– El cerebro está preparado por la evolución para responder a estos estímulos con repertorios específicos de acción, pero la lista no se halla confinada a los repertorios preescritos de la evolución, sino que se aprenden por la experiencia.
– El resultado inmediato de las respuestas es un cambio temporal en el estado del cuerpo, y en el estado de las estructuras cerebrales que cartografían el cuerpo y sostienen el pensamiento.
– El resultado de estas respuestas es situar al organismo en circunstancias propicias para la supervivencia.
Otro de los descubrimientos de Damasio, a destacar, es que para que las emociones tengan lugar no hay necesidad de analizar conscientemente el objeto causativo, y mucho menos de evaluar la situación, incluso la reacción emocional tiene lugar sin conocimiento consciente del estímulo emocionalmente competente. Esto coincide con los estudios de Paul Whalen, expuestos en su libro “The Human Amygdala” (2009), en los que dice que la amígdala detecta estímulos emocionalmente competentes de manera inconsciente, y, también, con Jones y Mishkin (1972) que descubren que la amígdala da una valencia emotiva a los estímulos. Además, Damasio (1994 y 2003) dice que la emoción es el resultado de la evaluación de la situación u objeto, pero por parte del organismo.
Dos de los aspectos más estudiados de la neurofisiología de las emociones han sido la comprensión del significado emotivo de los acontecimientos y la organización de la respuesta emocional, ya sea a escala del comportamiento o del sistema nervioso autónomo; así Làdavas (1993) analiza los datos de sujetos expuestos a estímulos subliminales, emotígenos o neutros, que muestran respuestas diferentes, y esto, según Làdavas, parece indicar la existencia de dos módulos diferentes para reconocer el significado emocional de un suceso, una vía rápida, inconsciente, y una vía lenta, consciente, llamadas así por él. Este autor también habla de la amígdala, y expone que recibe proyecciones tanto por las áreas sensoriales primarias y secundarias (vía cortical), como por los núcleos talámicos (vía subcortical), y que, aunque esta segunda vía sea más pobre en cuanto a información, es mucho más rápida (Ládavas, 1993).
Damasio explica el término sentimiento como “la idea de que el cuerpo se encuentra de una determinada manera”; según él, los sentimientos traducen el estado de vida del cuerpo en el lenguaje de la mente, es decir, para Damasio (2003) los sentimientos son percepciones, que el cerebro los percibe en los “mapas cerebrales”, que refieren tanto estados del cuerpo como las partes de este. Así define el sentimiento como “la percepción de un determinado estado del cuerpo junto con la percepción de un determinado modo de pensar y de pensamientos con determinados temas”. Estas percepciones se encuentran en varios niveles del sistema nervioso central, que incluyen la corteza cingulada, dos de las cortezas somatosensoriales (ínsula y S2), el hipotálamo, y varios núcleos del segmento del tallo cerebral y del bulbo raquídeo. Damasio investiga, también, el orden en que se producen estos procesos, y explica que lo primero que se produce son las emociones, luego los sentimientos y, por último, los pensamientos. Esto mismo también está apoyado por Goleman (1997).
Además, en el libro “El error de Descartes” (1994), Damasio investiga ampliamente el poder de las emociones en el proceso de toma de decisiones, y en la elección de cualquier conducta, sea esta elección consciente o inconsciente, diciendo que las decisiones se toman en base a las emociones que tenemos al imaginarnos cada una de las posibilidades. En este punto podemos imaginar cómo sería la toma de decisiones de un deportista, más si cabe en muchos deportes en los que no hay mucho tiempo para pensar en tomar las decisiones, éstas estarían tomadas, según Damasio, empezando por las emociones; luego, cien milisegundos más tarde y una vez tomada la decisión, la mente racional intentará justificar la decisión para poder integrarla en su universo de adaptación. Así pues si el deportista está conectado con una emoción de seguridad o confianza tomará las decisiones en consonancia a esa seguridad o confianza que siente, independientemente de cualquier consideración racional.
Todo el trabajo de Damasio y de los demás autores, que aquí se han expuesto, coincide en parte con los presupuestos de Spinoza y William James, y todo está en consonancia con la frase que sirve de epílogo a este trabajo: “La emoción decide y la razón justifica”.
1.2.2 –La ansiedad: sus manifestaciones y su influencia en la actuación deportiva.
Una vez analizado qué son las emociones y en que procesos intervienen, procederemos a hablar de la ansiedad y comenzaremos por definir y acotar los términos de arousal, estrés, y ansiedad, ya que en algunos artículos se nombran indistintamente y su definición no queda, en ocasiones, suficientemente esclarecida.
El arousal, es el estado de activación psicofisiológica del organismo, que influye directamente en los procesos de atención y concentración, y puede variar desde los dos extremos de un continuum, desde el sueño profundo, hasta la excitación excesiva (Gould y Krane, 1992). Los niveles altos de arousal facilitan el rendimiento en tareas de esfuerzo elevado, que requieren expresiones de resistencia, fuerza, y velocidad elevadas (Caudill y Weinberg, 1983; Weinberg y Jackson, 1985); en cambio, tareas de coordinación fina o que exigen tareas de decisión complejas, se ejecutan mejor con niveles de arousal modestos.
El término estrés proviene de la física, la arquitectura y la ingeniería industrial y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto que puede deformarlo o romperlo y al resultado del desgaste que tienen las máquinas cuando están en funcionamiento. En Psicología hay autores que utilizan el término estrés como estímulo y otros como respuesta. Como estímulo es un término que se utiliza, generalmente, para referirse a los factores que provocan respuestas subjetivas de ansiedad, en referencia a ciertos acontecimientos en los cuáles nos encontramos con situaciones que implican demandas fuertes para el individuo, que pueden agotar sus recursos de afrontamiento (Tamorri, 1999). Como respuesta, se considera el estrés como una “respuesta del organismo ante un acontecimiento nuevo, intenso o duradero” y se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto. De todos modos, los elementos a considerar en la interacción potencialmente estresante son: las variables situacionales (por ejemplo, del ámbito deportivo), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación y consecuencias del estrés (SEAS. Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Los síntomas de estrés, se pueden dividir en varios ámbitos; en el fisiológico se manifiesta mediante incrementos en la frecuencia cardíaca, sudoración, ritmo respiratorio, presión sanguínea y en el flujo de adrenalina. El malestar psicofisiológico puede traducirse en dificultad o incapacidad para dormir, sueño irregular, fuertes cefaleas, pérdida de apetito, problemas digestivos y fatiga. A escala muscular, pueden aparecer tensiones, rigidez, calambres y dolores, que aumentan el riesgo de lesiones. En cuanto al comportamiento, se puede apreciar un deterioro en la actividad fina y disminución de la fluidez del movimiento. Y en el plano cognitivo, se manifiestan aprensiones y trastornos de la atención y la concentración, aumentan las posibilidades de distracción e incapacidad de mantener la concentración, invasión de pensamientos molestos, preocupación excesiva, miedo al fracaso, indecisión y bajo autocontrol. Además de estos efectos producidos por el estrés, también se puede producir un sistema de pensamiento disfuncional que provoca distorsiones interpretativas, infravaloración de eventos positivos, generalización de las experiencias negativas, conclusiones irreales y atribuciones internas de fracaso (Buceta, 1985, Tamorri: Neurociencia y Deporte, 1999).
El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio que la ansiedad; muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demandas de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente.
En este sentido el estrés bueno o normal se podría equiparar, en un principio, a la ansiedad normal en cuanto que representan un estado de activación psicofisiológico adaptativo ante ciertos estímulos, tanto internos como externos, para encarar un momento de preocupación, de exigencias ambientales o de peligro real. Este estado remite tan pronto como se ha superado el acontecimiento o situación activadora, volviendo el sujeto al estado de equilibrio o de homeostasis utópica. Esta ansiedad normal, dentro de unos límites, prepara al organismo y mejora la respuesta para solucionar de forma adaptativa los problemas con los que tiene que lidiar. Para poder tener creatividad, para poder estar motivados, para pensar, para relacionarnos, para rendir en las tareas cotidianas o para rendir en el deporte debemos tener ansiedad, este tipo normal o adaptativo de ansiedad.
La ansiedad patológica, en cambio, es una reacción o estado emocional de alerta ante una amenaza, que se manifiesta como inquietud, nerviosismo, temor o miedo, y que ocurre cuando su intensidad o su duración traspasan los límites de la adaptación psicosocial. La ansiedad patológica es más profunda, persistente y recurrente que la normal, produce un deterioro psicosocial y fisiológico, se presenta de modo más somatizado, reduce la capacidad de rendimiento del sujeto, aparece en el plano de los sentimientos vitales en forma de malestar y alerta vital y reduce la libertad personal. Se puede decir que, dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad patológica es la reacción emocional desadaptativa cuando el organismo está sobrepasado (SEAS.Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés).
Dentro de la ansiedad patológica distinguimos entre ansiedad endógena y ansiedad exógena. Para los propósitos de este trabajo nos interesa, sobre todo, la ansiedad exógena, que es el resultado de la interacción del individuo con las situaciones ambientales estresantes.
En un articulo en el año 1989 (“A neuroanatomical hypothesis for panic disorder” Am J Psychiatry 1989. 146, pp148-161) y posteriormente en el año 2000 Gorman y otros (“Revision de la hipótesis neuroanatómica del trastorno de angustia”. Am J. Psychiatry 157.4, April 2000; pp494-505) proponen un modelo teórico que explica el funcionamiento y las interconexiones entre las distintas estructuras neurológicas en los trastornos de ansiedad. Este modelo explica la diferencia clínica entre la ansiedad exógena y endógena al tener ambas distintas estructuras neurológicas y hacen una revisión de la hipótesis neuroanatómica del trastorno de angustia en la que llegan a algunas conclusiones que vamos a comentar:
1) Parece existir una “red cerebral del miedo” centrada en la amígdala con conexiones en el hipocampo y la corteza prefrontal medial que está a la base de los trastornos de angustia o ansiedad endógena y de las respuestas al miedo condicionado a un estímulo.
2) Que tanto factores hereditarios como acontecimientos estresantes de la vida, especialmente los acontecidos en la primera infancia, son los responsables de la aparición de esa red del miedo causante de los trastornos de angustia endógenos.
3) La ansiedad exógena o reactiva comprende la ansiedad anticipatoria desadaptativa, los miedos, las fobias específicas, la ansiedad generalizada, los trastornos de estrés agudo y los trastornos de estrés postraumático y tiene como estructuras neurológicas implicadas el sitema límbico y el neocortex. El aprendizaje y la relación que mantiene el sujeto con su entorno explican la adquisición de este tipo de ansiedad.
Así pues, tanto los estímulos, las situaciones, el afecto y seguridad dada por las figuras de referencia, sobre todo en las etapas tempranas, pueden influir en el comportamiento futuro del individuo en cualquiera de sus ámbitos, produciendo ansiedad, inseguridad y falta de confianza.
Otros autores como Vogt y Brodman en los años 90 y J.L. Gonzalez de Rivera (1982) en nuestros días vinculan la ansiedad con la activación crónica del sistema nervioso simpático y el estado de relajación con la activación del sistema parasimpático. Así explican que el sistema simpático se corresponde con la zona ergotrópica o dinamógena que comprende la parte posterior del hipocampo, núcleos de materia gris en el mesencéfalo y romboencefalo anterior y está relacionada con la excitación en general, y con aquellos mecanismos que acompañan fisiológicamente a la actividad motora del organismo y el trabajo físico.
Y el sistema nervioso parasimpático se corresponde con la zona trofotrófica o endofiláctica que comprende la porción rostral del hipotálamo, el área preóptica y supraóptica y parte del septum y esta relacionada con mecanismos protectores de recuperación y de restauración.
Estos dos sistemas, simpático y parasimpático son complementarios y tienen una relación inversa.
En resumen, el estrés, el estado de activación del organismo y la ansiedad, son desde hace mucho tiempo objeto de estudio de la psicología del deporte. El estrés es un proceso que se manifiesta cuando la persona percibe un desequilibrio entre las exigencias psicomotoras y las capacidades subjetivas de respuesta. Como resultado de este proceso, se manifiesta ansiedad, a nivel somático y cognitivo, con aumento del estado de activación del organismo, llamado arousal. El estrés se ve influido también por factores de personalidad, por ejemplo individuos con escasa autonconfianza tienden a sufrir mucho estrés (Tamorri, 1999).
Comprender las distintas manifestaciones de la ansiedad es importante para entender su influencia sobre la actuación en el deporte. Desde la perspectiva multidimensional de la ansiedad, se derivan dos componentes distintos en la respuesta a la ansiedad, uno cognitivo, relacionado con el miedo y las preocupaciones a las consecuencias del fracaso, que tiende a modificarse cuando el deportista percibe un cambio en las posibilidades de éxito, y otro somático, asociado a las respuestas fisiológicas del organismo, relacionada con estímulos ambientales y que tiende a desaparecer con el inicio del rendimiento (Tamorri, 1999). De aquí se derivan dos importantes predicciones:
- La ansiedad cognitiva permanece estable y elevada en todo el período que precede a una competición importante, mientras que la ansiedad somática sufre un incremento rápido en el momento que se llega al lugar de la competición.
- La ansiedad cognitiva constituye el mayor obstáculo para el rendimiento debido a que las probabilidades de éxito percibidas varían durante la competición, mientras que la ansiedad somática tiende a desaparecer con el desarrollo de la actuación (Parfitt, Jones y Hardy, 1990).
De aquí se puede deducir que la ansiedad somática ejercerá un mayor impacto negativo en eventos de corta duración, ya que en competiciones de larga duración el deportista tendrá tiempo suficiente para disipar las manifestaciones fisiológicas de tensión. Y para tareas complejas, la ansiedad somática tenderá a aumentar el nivel de arousal por encima de su estado óptimo, haciendo disminuir el rendimiento.
Para entender la influencia de la ansiedad en el rendimiento, es importante el trabajo de Burton (1988), que en relación al rendimiento, encontró una conexión rectilínea negativa de éste con la ansiedad temporal cognitiva, una evolución curvilínea (en campana) con la ansiedad somática, y un desarrollo positivo rectilíneo con la confianza en las capacidades personales, llamada también autoconfianza.
1.2.3 –La autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento deportivo.
Estudios como el de Burton (1988), que habla de la autoconfianza y su relación con la ansiedad y el rendimiento, son de los primeros que proclaman la necesidad de que el deportista tenga una confianza en sus capacidades. Según Burton, la percepción subjetiva del deportista en su capacidad hace que tanto la ansiedad cognitiva como somática sea baja, y su relación con el rendimiento sea alta. Rossi (1986) escribe el decálogo del “vencedor”, donde escribe que una de las características que debía tener un deportista para ser un “ganador” es la confianza en si mismo.
Vamos a analizar, pues, qué es la autoconfianza (self-confidence). Primero hablaremos de la concepción de autoconfianza en un sentido más general, basándonos en Tamorri (1999), que explica que este término fue introducido por los teóricos de la afectividad (Bowlby, 1982), dentro de un continuo de desarrollo que surge del concepto de “base segura”. Así, los individuos, gracias a una relación de afectividad válida con una figura de referencia importante en la infancia, podrán construir dentro de sí mismos una confianza de base. La percepción de una aceptación incondicional permitiría al niño tener una confianza de base para enfrentarse a la vida y a los demás.
En relación con estas experiencias, el individuo desarrollará internamente uno o más modelos operativos representativos de las características principales del mundo y de sí mismo, en cuanto agente en el mundo exterior, y, del mismo modo, construirá un modelo operativo de sí mismo ante el que los demás reaccionarán con formas de comportamiento previsibles.
En conclusión, de acuerdo con lo que dice Bowlby (1982), las modalidades de afectividad experimentadas en relación con la figura de referencia principal contribuyen a la construcción de imágenes específicas de sí mismo y de la realidad.
Para la psicología del Deporte la auto-confianza es la creencia que el atleta tiene de que va a conseguir ejecutar un determinado comportamiento, siguiendo la definición que proponen Weinberg & Gould (2003), que viene a ser, además, una definición equivalente a lo que es la autoeficacia para Bandura.
La autoeficacia, componente central de la teoría del aprendizaje social, se define como la evaluación del nivel alcanzado en un rendimiento y el reconocimiento del sentido de competencia personal (Bandura, 1977). Más tarde, Bandura perfecciona la definición diciendo que la autoeficacia es la confianza que un individuo tiene en sus capacidades personales de cara a una tarea específica que requiere la expresión de una habilidad (Bandura, 1986). Se entiende que es una expectativa de eficacia personal, es decir, la conciencia de ser capaz de realizar determinadas acciones necesarias para alcanzar un fin determinado, pero no constituye un rasgo de la personalidad, pudiendo variar en relación con la situación las exigencias y la experiencia.
La autoeficacia, y por ello, también, la autoconfianza, desempeña un papel importante en la regulación de los procesos cognitivos (Bandura, 1989), en el mantenimiento de la concentración incluso en condiciones de estrés y de miedo al fracaso (Bandura y Wood, 1989), influye también en la representación mental anticipatoria del acontecimiento deportivo (Tamorri, 1999), y correlaciona negativamente con la ansiedad (Vealey, 1986).
La autoeficacia influye en los comportamientos, pensamientos y emociones. La percepción de la autoeficacia se toma de cuatro fuentes principales: la realización de habilidades, las experiencias sustitutivas, la persuasión y el arousal emocional (Bandura, 1989; Feltz, 1992):
- La realización de habilidades: la información más importante relativa a las capacidades personales se basa en las experiencias pasadas y surge del éxito de una determinada tarea (también en Tamorri, 1999).
- Las experiencias sustitutivas: los logros de otros en una tarea pueden aumentar en el observador la confianza en poder llegar a realizarla (Gould y Weiss, 1981; McAuley, 1095; Lirgg y Feltz, 1991); esto es especialmente válido en principiantes que tienen pocas experiencias personales.
- La persuasión: la persuasión verbal, las incitaciones y los ánimos son útiles como estímulo inicial, pero las expectativas de eficacia son poco duraderas.
- El arousal emocional: el modo en que una persona valora e interpreta su estado psico-fisiológico de activación es determinante para saber cómo afrontará una situación. El nivel de arousal y las emociones asociadas constituyen otra fuente de información sobre la autoeficacia (también en Tamorri, 1999).
Estudios recientes (Vealey & Knight, 2.002; cit. por Weinberg & Gould, 2003) revelaron que igual que muchos otros constructos de personalidad, la auto-confianza podrá ser multidimensional, englobando varias dimensiones. Más en concreto, parecen existir diversos tipos de auto-confianza en el deporte, tales como: 1) confianza del atleta en su capacidad para ejecutar determinadas competencias físicas; 2) confianza del atleta en su capacidad para utilizar determinadas competencias psicológicas; 3) confianza del atleta en su capacidad para aplicar determinadas competencias analíticas; 4) confianza del atleta en su nivel de aptitud física y entrenamiento; y 5) confianza del atleta en su potencial de aprendizaje o capacidad para mejorar sus competencias.
Como refieren Cruz y Viana (1996), el rol y la importancia de la auto-confianza en el rendimiento de los atletas es frecuentemente citado por todos los que están conectados a la actividad y competición deportiva. De hecho, un buen nivel de confianza en sus capacidades y competencias parece ser una característica común a los atletas de éxito. Por otro lado, se admite que la falta de confianza del atleta en sí mismo o sus bajas expectativas para la obtención de determinada marca o resultado, perjudican y afectan negativamente su rendimiento.
En la concepción de Martens y sus colaboradores (1990), la auto-confianza en el deporte se ve como un “continuum” que varía entre la falta de confianza y la confianza excesiva. De acuerdo con el autor, el nivel óptimo de auto-confianza se sitúa entre estos dos extremos. Cuando el atleta experimenta niveles extremadamente bajos o extremadamente elevados de auto-confianza su rendimiento resulta perjudicado.
Vealey (1.986) propuso un modelo conceptual explicativo de la auto-confianza en el deporte y desarrolló encuestas destinadas a operativizar la auto-confianza del individuo en el contexto del deporte competitivo.
Según la definición de Vealey (1.986), la auto-confianza es la convicción o creencia que el atleta tiene sobre sus capacidades para tener un buen rendimiento en el deporte.
Sin embargo, existe una variable que esta definición no tiene en cuenta. Según Maehr y Nicholls (1980; cit por Cruz & Viana, 1996), los términos “ser bien sucedido” u “obtener buenos resultados” pueden tener significados diferentes para el mismo atleta en momentos diferentes de su carrera deportiva, o para diferentes atletas en la misma ocasión. Asimismo, la comprensión de los niveles de auto-confianza de un atleta pasa también por el conocimiento de las metas y objetivos que éste pretende alcanzar en la competición deportiva, es decir, de cuál es su orientación competitiva.
Se pueden destacar dos grandes categorías de orientación competitiva: a) objetivos centrados en la victoria y en el resultado; y b) objetivos orientados para la realización y el rendimiento deportivo. Aunque ambas categorías no sean exclusivas y formen parte de las metas de cada atleta, las sucesivas experiencias competitivas influencian la predominancia de una sobre la otra, orientando al individuo para la obtención de determinado resultado o para el perfeccionamiento de sus capacidades.
Según el modelo de Vealey (1986), la auto-confianza deportiva se conceptualiza en dos componentes: a) rasgo de auto-confianza (Trait Sport Confidence –TSC); y b) estado de auto-confianza (State Sport Confidence – SSC). La primera se refiere a la convicción o creencia que los individuos normalmente poseen acerca de sus capacidades para ser buenos en el deporte; mientras la segunda se refiere a la convicción o creencia que los individuos poseen, en un determinado momento, para hacerlo bien en el deporte. Tests preliminares al modelo demostraron que la TSC estaba positivamente relacionada con: a) la SSC pre-competitiva; b) la SSC post-competitiva; c) la autoestima; d) el éxito percibido; y e) las atribuciones internas para el desempeño y negativamente con la ansiedad competitiva (Vealey, 1986). Por lo tanto un aumento de la confianza en sus posibilidades por parte del deportista, es decir, un aumento en su auto-confianza produciría un descenso en la ansiedad.
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De acuerdo con este modelo, las diferencias individuales en lo que respecta a la auto-confianza y objetivos competitivos, predisponen a los atletas para responder a la situación de competición con determinados niveles de estados de auto-confianza, que a su vez influencian de forma decisiva los comportamientos y respuestas competitivas de los atletas. El proceso a través del cual el sujeto integrará sus experiencias competitivas, actualizará a su vez los rasgos de auto-confianza rasgo y de orientación competitiva (Cruz & Viana, 1996).
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Modelo conceptual de auto-confianza (adaptado de Vealey, 1986; cit. por Cruz & Viana, 1996, p.270).
Según Tamorri (1999): “la imagen del vencedor corresponde a la de un deportista en quien la preparación deportiva, el deseo de éxito y las cualidades individuales coexisten con un buen nivel de autoestima y una suficiente confianza en sí mismo y en sus capacidades”.
Estos conceptos están concebidos desde el punto de vista cognitivista, aquí los conceptos de autoestima y auto-confianza se integran y están comprendidos dentro del modelo teórico que describe la organización del conocimiento humano como articulada en dos niveles: el tácito (organizativo) y el explícito (estructural); (Guidano y Liotti, 1983; citado en Tamorri, 1999).
El conocimiento tácito (organizativo) se compone de reglas abstractas que atienden a modalidades de base tanto filogenéticas (propias de la especie) como ontogénicas (derivadas de los aprendizajes de los primeros años de vida).
Las reglas abstractas perceptivas son las que organizan la forma de percibir los fenómenos internos o externos, y, en cambio, las reglas abstractas emotivas constituyen el modo mediante el cual las sensaciones básicas se asocian a percepciones, imágenes y recuerdos hasta convertirse en esquemas emocionales, es decir, modalidades invariables de percibir una determinada emoción. Representa “cómo se siente el individuo”, y no se puede comunicar directamente, sino que debe ser estructurado atendiendo a las formas pertenecientes a lo que se denomina nivel explícito.
Durante las fases de desarrollo, el material contenido en el nivel tácito se organiza en el nivel estructural, que engloba también los nuevos datos derivados de la experiencia y comprende la representación de sí mismo y de la realidad.
La imagen de sí mismo se encuentra constituida por lo que se define como el sentido de la identidad personal y el sentido de autoestima:
La identidad personal se compone de un conjunto organizado de convicciones, recuerdos y emociones asociadas con el sentido de su pasado y su futuro.
La autoestima es un aspecto de la identidad personal y constituye el nivel de congruencia entre la forma en que se ve el individuo y el modo en que se percibe, se encuentra constituida por un espectro de emociones que se reconocen como propias.
El nivel organizativo y el estructural se encuentran en constante relación entre sí en un continuo proceso dinámico. Este sistema progresa mediante dos procesos que son interdependientes, es decir, el mantenimiento y el cambio (Guidano, 1992).
Los procesos de mantenimiento tienden a confirmar constantemente la imagen de sí mismo a la que se favorece y la correspondiente imagen del mundo. La tendencia a la confirmación es la actitud básica de cada individuo: uno está dispuesto a cambiar una actitud de confirmación después de que ésta haya fracasado en tantas ocasiones que ha dado lugar a discrepancias difícilmente superables. El cambio siempre nace de una discrepancia (Tamorri, 1999).
1.3. Hipnosis
1.3.1-Historia de la hipnosis.
En este apartado vamos a hacer referencia a aquellos autores que gracias a sus contribuciones han ayudado al desarrollo de la hipnosis tal como hoy la conocemos siguiendo a Pérez Hidalgo, I. (2005).
La hipnosis ha sido practicada muchos años atrás bajo numerosas denominaciones. Hoy se sabe que los oráculos griegos, los magos persas, los faquires hindúes, los yoquis de la india… utilizaban la hipnosis sin llegar a percatarse de ello.
El documento escrito más antiguo, del que se dispone, que nos narra cómo la hipnosis era utilizada en tiempos remotos es El Papiro de Harris. También llamado Papiro Mágico o Papiro de Ebers. Escrito en lengua egipcia hierática cerca de 3.000 años antes de Cristo y traducido por Chabas en 1860. Describe cómo los adivinos egipcios empleaban métodos hipnóticos muy parecidos a los practicados actualmente.
Dando un gran salto en el tiempo nos situamos en la primera mitad del siglo XVI, y entro otros, hay que mencionar a Paracelso(1.493-1541), médico y alquimista suizo, fue uno de los primeros que señalaron el efecto curativo de los cuerpos astrales y del imán. Las teorías de Paracelso tuvieron una influencia importante, y fueron compartidas, entre otros, por Van Helmont, J.B. (1.577-1644) médico que realizó la curación magnética de heridas.
Kircher, A. (1.601-1680), polígrafo alemán, sacerdote jesuita de Viena, compartió los puntos de vista de Paracelso. Fue el primero que estudió con un cierto rigor científico los fenómenos del hipnotismo. En concreto estudió el trance catalético en los animales.
A él se debe el famoso “Experimentum mirabile de imaginatione Gallinae” que consiste en colocar un pollo con las patas atadas ante una línea trazada en el suelo, al cabo de cierto tiempo el animal queda inmóvil aun cuando se le desate y se le excite.
Gassner. J. (1.727-1779), sacerdote católico, es considerado por algunos autores como el primer “médico hipnólogo”. Gassner creía que la mayoría de las enfermedades eran provocadas por los malos espíritus y que podían ser exorcizadas por la conjura y la plegaria.
Mesmer, F.A. (1.734-1815) Médico, nacido en Viena. Es el fundador de la doctrina del magnetismo animal, también conocida con el nombre de Mesmerismo.
Mesmer creía en la existencia de un fluido o una fuerza, relacionado con el magnetismo terrestre sin ser igual. Propuso la teoría de que el cuerpo humano funciona como un imán de dos polos, con un flujo magnético invisible que atravesaba todo el cuerpo y era expulsado por uno de sus polos.
Para Mesmer los estados hipnóticos serían consecuencia de la irradiación magnética del hipnotizador sobre el sujeto.
La teoría del magnetismo, tal como la presenta Mesmer, adquirió tal prestigio en Francia que el gobierno en 1.784 nombró dos comisiones de investigación formada por los más prestigiosos médicos de la época. Si bien admitieron los hechos, negaron la existencia del fluido magnético, sin preocuparse de investigar posteriormente las causas de las curaciones. No obstante, las teorías de Mesmer se han continuado por varios discípulos.
Puygsegur, CH. (1.751-1.825) Militar y físico francés. Entusiasta partidario de Mesmer, cuyas doctrinas no sólo propago sino que trató de ampliar convirtiendo su residencia particular en un verdadero hospital donde encontraban asilo todos los enfermos que se presentaban a someterse a sus original tratamiento: magnetizando un árbol de su jardín alrededor del cual se sentaban los enfermos que debían ser hipnotizados. Puysegur demostró que para hipnotizar no era necesario el uso de magnetizadores y bastaba con un gesto o una mirada. En 1.784 descubrió, accidentalmente, la fase del sonambulismo tranquilo.
Pepetin, J. (1.744-1.808) Médico francés. Adversario en principio al magnetismo. Se dedicó más tarde a su propaganda publicando varios libros. Descubrió el estado de la catalepsia hipnótica, al percatarse de la semejanza entre la catalepsia histérica y la provocada por medio del magnetismo.
Faria. A. (1.757-1.819) Sacerdote católico, nacido en Portugal, aunque su fama como magnetizador la consiguió trabajando en París. Fue le primero que se conoce que utilizase la palabra “duérmete” para inducir un trance hipnótico. Llegó a decir que las curas de las personas enfermas que él trató, así como otros magnetizadores, no se debían al magnetismo, sino a la expectación y cooperación del paciente.
Dupotet, J. Barón de (1.796-1.881) Publicista francés. Discípulo de Mesmer. Inició una serie de observaciones sobre hipnosis designado por la Academia de Medicina Francesa, para intentar que se interesasen por la hipnosis como una ciencia; así, realizó experimentos para demostrar la eficacia del magnetismo en el tratamiento de ciertas enfermedades. En 1.827 fundó la revista “Le propagateur du magnetisme animal”. Después de varias vicisitudes en 1.840 fue de nuevo desechado el hipnotismo por la ciencia.
Ellotson. J. (1.788-1.863) Médico ingles. Primer profesor de Medicina en el Hospital Universitario anexo a la Universidad de Londres; influido por Dupotet se convirtió en un ardiente defensor de la apenas conocida ciencia del mesmerismo. Sus colaboradores y él llevaron a cabo varias operaciones quirúrgicas sin anestesia, dándolas a conocer en una revista científica que publicaba; “Zoist”.
Esdaile, J. (1.808-1859) Cirujano escocés. Con destino en la India; llegó a conocer el mesmerismo gracias a su gran propagación a pesar de tachar de charlatanes a sus defensores y la oposición de la Iglesia a su práctica. Esdaile comunicó cientos de intervenciones quirúrgicas sin dolor, y sin anestesia, en Calculta, entre 1.840 y 1.850.
Braid, J. (1.795-1.860) Médico inglés. Usó el mesmerismo. Se dedicó especialmente al estudio de las enfermedades nerviosas en su relación con los fenómenos del magnetismo animal.
En 1.841 descubrió que la persistencia de la mirada hacia un objeto brillante, producía un sueño particular. Acuñó los términos de “hipnosis” e “hipnotismo” del griego Hipnos que significa sueño; pero las palabras hipnosis e hipnotismo habían ganado una gran aceptación general.
En 1842 la Asociación Médica Británica rechazó una demostración de hipnosis hecha por Braid. Al conjunto de sus prácticas se las llegó a denominar “braidismo”.
Braid descubrió que era posible inducir la hipnosis sin emplear una técnica formal para ello.
En la segunda mitad del siglo XIX cabe destacar dos visiones, totalmente contrapuestas del fenómeno hipnótico; cada una de ellas representada en dos escuelas: la Escuela de Nancy y la Escuela de la Salpêtrière.
Los más relevantes representantes de la Escuela Nancy son:
- Liebeault, A. A. (1.823-1924) Médico francés, es el fundador de esta escuela. Liebeault mantiene la tesis que el estado hipnótico se consigue por medio de la sugestión verbal; motivo por el cual es considerado como el verdadero precursor de la “terapéutica sugestiva”. A pesar de ser un médico rural con pocos medios económicos, intentó propagar y defender la hipnosis como una técnica terapéutica muy eficaz en el tratamiento de muchas enfermedades; y para evitar que se le tratase como un charlatán decía a sus paciente; “ si deseáis ser tratados por medio de drogas, tendréis que pagar mis honorarios, si en cambio me permitís que os trate con el hipnotismo, lo haré sin cargo alguno”.
- Bernheim, H. (1.837-1919) Neurólogo de gran reputaicón en Nancy. Escéptico por completo, en un principio, ante la hipnosis, empezó a interesarse al conocer los éxitos que Liebeault estaba consiguiendo en sus pacientes que eran tratados con el hipnotismo, hasta el punto que después se convirtió en un ardiente defensor de la hipnosis. Junto a Liebeault se dedicó al estudio del hipnotismo y de la sugestión. Introdujeron los conceptos de sugestión y de sugestionabilidad por lo que algunos autores les han puesto el “título” de “Padres del hipnotismo moderno”.
Con la publicación del libro “De la sugestión” (1.886) de Bernheim, la hipnosis emergió como ciencia. Mantenían la tesis de que la hipnosis es una función del comportamiento normal y se consigue por medio de unas sugestiones verbales.
Charcot, J.M. (1.825-1.813) Profesor en París y uno de los más ilustres neurólogos del siglo pasado, es el fundador de la Escuela de la Salpêtrière. Se interesó por la hipnosis y trabajó con ella fundamentalmente con pacientes histéricos.
Llegó a desechar finalmente la hipnosis ya que pensó que ésta resultaba peligrosa. Mantenía la tesis que la hipnosis es un síntoma enfermizo, una forma de la histeria y no una característica inducible en sujetos sanos. Empleaba procedimientos somáticos para la hipnosis, y le atribuye a modificaciones cerebrales de carácter patológico.
Charcot no llegó a comprender que es posible inducir cierto grado de sugestionabilidad en casi todas las personas.
Finalmente, la tesis sobre la hipnosis de la Escuela de Nancy triunfó sobre la tesis de la Escuela de Salpêtrière que no consiguió desacreditar su validez como una eficaz técnica terapéutica.
Tras la muerte de Charcot, la aparición del psicoanálisis y los fármacos anestésicos, la hipnosis pasó una época de crisis.
No obstante, algunos autores ponen en práctica a principios del siglo XX técnicas muy similares, aunque no se las denomine con el nombre de hipnosis. Así Johannes Henrich Schultz (1.884-1.970) desarrolló el “Entrenamiento autógeno”, llamándolo el mismo autohipnosis. Edmund Jacobson, en 1.938 desarrolla la relajación progresiva, y posteriormente Joseph Wolpe (1958) introdujo la “desensibilización sistemática”, donde expuso inicialmente que dicha técnica era más potente si se exponía la jerarquía estimular al sujeto en hipnosis. Así, desde comienzos de la terapia de conducta, la hipnosis ha sido utilizada como elemento integrante de los procedimientos cognitivo-conductuales (Wolpe y Lazarus,1966; citado en apuntes de González Ordi del curso Utilización de la Hipnosis en el Tratamiento de la Ansiedad y el Dolor, Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, 2010). Así mismo, Cautela en 1975 dice que el condicionamiento encubierto se beneficia de la hipnosis (González Ordi, 2010) y Albert Ellis (1993), creador de la Terapia Racional-Emotiva, insiste en que su terapia en condiciones hipnóticas es eficaz en pacientes resistentes al cambio cognitivo.
Tras la 2ª Guerra Mundial se renueva el interés por las técnicas hipnóticas fundándose diferentes sociedades científicas que estudian la hipnosis y apareciendo las primeras revistas que se ocupan de este tema.
Pero sin lugar a dudas será Milton H. Erickson quien va a suponer un revulsivo en la hipnosis contemporánea. La hipnosis contemporánea comienza con éste ilustre médico-psiquiatra, que con sus originales procedimientos inserta como nadie la hipnosis y toda su tecnología en la psicoterapia. Desarrolla la hipótesis naturalista, concibiendo el estado hipnótico como una conducta que se presenta en el sujeto de forma natural; implementa nuevas técnicas de inducción y profundización y orienta la terapia desde el enfoque de utilización de los recursos del paciente y la sugestión indirecta (Perez Hidalgo, I. 2005).
En 1958, la American Medical Association reconoce la hipnosis como una modalidad terapeútica válida, y en 1973, la American Psychological Associaton crea la División 30, dedicada a la Hipnosis Psicológica (González Ordi, 2010).
Hoy en día existen en todo el mundo muchas asociaciones científicas dedicadas al desarrollo y enseñanza de la hipnosis, además la hipnosis ha entrado a formar parte del cuerpo teórico académico de muchos profesionales como una materia de pleno derecho en el ámbito científico y está incorporada al quehacer diario de muchos profesionales de la psicología, la psicoterapia, la investigación, el deporte,etc.
1.3.2-Definición de hipnosis.
Etimológicamente, hipnosis” proviene del griego “hypnóo” – adormecer y el sufijo ~sis~- estado irregular o enfermedad (Iglesias Vivanco, 1996); es decir, la hipnosis sería un estado irregular de adormecimiento.
Es difícil encontrar en la literatura científica una definición operativa y suficientemente explicativa sobre la hipnosis que goce de un consenso generalizado. Hay tantas definiciones de hipnosis como autores la han estudiado, aquí se van a exponer algunas de las definiciones de hipnosis que parecen clarificadoras u operativas.
Berheim define la hipnosis como un estado mental particular que puede ser producido y que incrementa la sugestionabilidad, entendida como la tendencia para ser influido por una idea aceptada por el cerebro y para ser transformada en acción (García Cueto, 2.001).
La British Medical Association en 1958, define la hipnosis como un estado pasajero de la atención modificada en el sujeto, estado que puede serle inducido por otra persona y en el que diversos fenómenos pueden aparecer espontáneamente o en respuesta a estímulos, ya sean verbales o de otro tipo (García Cueto, 2.001).
En 1973, la American Psychological Association la define como:
“La hipnosis supone un proceso durante el cual al sujeto se le administra sugestiones que fomentan experiencias imaginativas. Durante la hipnosis el sujeto es dirigido con el fin de responder a las sugestiones que produzcan cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción, sensación, emoción, pensamiento o conducta”. (González Ordi, 2010).
La definición proporcionada en el Diccionario de Psicología (Arnold, Eysenck y Meili, 1979) por W.D. Furneaux dice:
“La hipnosis es un estado pasajero de atención alterada en el sujeto, que puede ser inducido por otra persona y en el que pueden aparecer una variedad de fenómenos espontáneamente o como reacción a estímulos verbales o de otro tipo. Estos fenómenos abarcan alteraciones de la consciencia y de la memoria, incremento de la susceptibilidad a la sugestión y la producción en el sujeto de respuestas e ideas insólitas en el estado de consciencia normal. Además, pueden producirse fenómenos como la anestesia, la parálisis y la rigidez muscular y alteraciones visomotoras” (Arnold, Eysenck y Meili, 1.979, vol. 2, pág. 116).
Una de las definiciones que sin aportar novedades es la que más consenso ha generado entre los investigadores es la de John F. Kihlstrom: “La hipnosis puede ser definida coma una forma de interacción social donde un sujeto responde a las sugestiones administradas por un hipnotizador que provocan cambios en la percepción, la memoria y la acción voluntaria” (Kihlstrom, 1.985, pág. 385, citado en González Ordi: Sugestionabilidad e Hipnosis: Aspectos cognitivo-subjetivos y psicofisiológicos).
I.E. Wickramasakera (1.988) propone una definición de hipnosis bastante completa que dice “la hipnosis es un modo de procesamiento de la información caracterizado por una reducción de la atención periférica, con suspensión voluntaria de la capacidad analítico-lógica, con alta o baja activación psico-fisiológica que conlleva cambios significativos en conducta, estado de ánimo, percepción y memoria”.
Zeig (1.998) define la hipnosis desde una perspectiva comunicacional y dice “desde un punto de vista estructural la hipnosis es simplemente un modo de empaquetar ideas”.
Barber (2.000) dice “la hipnosis es una condición o estado hipnótico que se caracteriza por el notable aumento de la receptividad a la sugestión, la capacidad de modificar la percepción y la memoria y el potencial para el control sistemático de una serie de funciones normalmente involuntarias”.
También podemos explicar qué es la hipnosis explicando qué no es la hipnosis (González Ordi, 1.999):
- La hipnosis NO es una forma de sueño que implica pérdida de la consciencia.
- El hipnotizador NO tiene un “poder especial “para inducir hipnosis.
- El individuo hipnotizado SI puede falsear el relato de una situación o acontecimiento.
- En hipnosis el sujeto NO realizará cualquier cosa que el hipnotizador le pida.
- La hipnosis NO supone la pérdida de control del comportamiento del sujeto.
- La hipnosis NO requiere una actitud pasiva.
- La hipnosis NO crea dependencia. Muchas personas piensan que dejarse hipnotizar por alguien equivale, más o menos, a pasar a depender “psíquicamente” de éste.
- La hipnosis NO es peligrosa.
1.3.3-Partes del proceso hipnótico y variables influyentes:
Spanos (1996) afirma que la situación de hipnosis incluye dos componentes:
- Las técnicas de inducción hipnótica y
- La administración de sugestiones especificas para obtener una respuesta subjetiva y/o motora determinada.
Así González Ordi (1999) dice que las fases de la hipnosis y su orden son: fase pre-inductiva, fase de administración de técnicas de inducción y técnicas de profundización o reforzamiento, administración de sugestiones específicas y sugestiones post-hipnóticas.
La fase pre-inductiva conlleva la preparación del contexto hipnótico, planteamiento del proceso a seguir y las metas u objetivos a alcanzar, aclarar miedos y concepciones erróneas, asegurar la concepción del paciente. Con ello se pretende tener la máxima cooperación del sujeto, creando las máximas expectativas positivas. En esta fase se evalúa también el grado de sugestionabilidad aplicando las técnicas evaluativas de la capacidad basal de sugestión del sujeto.
La fase de inducción hipnótica tiene los objetivos de modificar ciertas variables del sujeto con el fin de aumentar la receptividad a las sugestiones específicas.
Dentro de la inducción hipnótica, las variables que disponen los individuos para conseguir una inducción hipnótica favorable, es decir, para actuar como un buen sujeto hipnótico, son las variables del sujeto intervinientes en el proceso hipnótico, divididas en (1) variables del sujeto independientes del contexto hipnótico, (2) variables del sujeto dependientes del contexto hipnótico y (3) variables de procedimiento (González Ordi,1999).
(1) Dentro de las variables del sujeto independientes del contexto hipnótico, se encuentran las creencias actitudes y motivaciones hacia la hipnosis y unas habilidades cognitivas previas, que todos los sujetos tienen en una u otra medida y tienen relación con la hipnotizabilidad, o mayor o menor facilidad para ser hipnotizado, estas son (citado en González Ordi,1999):
- Capacidad de imaginación (Wilson y Barber ,1981 y 1983),
- Implicación imaginativa-emocional y la tendencia al fantaseo, (Barber, 1999; Hilgard, 1974 y 1979; Lynn, Neufeld, Green, Sandberg y Rhue, 1996; Lynn y Sivec, 1992; Rader, Kunzendorf y Carrabino, 1996; Sheehan, 1979).
- Absorción y focalización de la atención (Tellengen y Atkinson, 1974, pág. 274),
- La flexibilidad cognitiva (Berch y Kanter ,1984,y Taylor,1986)
- La capacidad de relajación.( Edmonston ,1981 y 1991).
(2)Dentro de las variables del sujeto dependientes del contexto hipnótico tenemos (González Ordi,1999):
- Rapport con el hipnotizador (Spanos, 1996, y González Ordi,1999)
- Expectativas de respuesta (Kirsch ,1985, 1990)
- El rol del sujeto hipnotizado. (Cae y Sarbin ,1991, y Sarbin y Coe 1972)
(3) En último lugar existen variables del procedimiento (González Ordi,1999), hasta los años 60 se le otorgó un papel preponderante a las técnicas de inducción hipnótica, como vía de acceso a un estado de “trance hipnótico”, más tarde la hipnosis se introdujo en los laboratorios y cambió la explicación de la inducción hipnótica hacia una aplicación de estrategias que ayudan a organizar, reorientar y reinterpretar la información que dispone el sujeto (aspectos cognitivo- subjetivos, psicofisiológicos y motores o conductuales) y consistentemente con los objetivos propuestos en las instrucciones.
Diamond (1977) apuntó que la inducción hipnótica tiene tres objetivos:
- Optimizar el aprendizaje de los sujetos.
- Generar un marco actitudinal favorable
- Maximizar el empleo de las habilidades cognitivas previas dirigidas a responder y experimentar los efectos de las sugestiones hipnóticas.
Es también sabido que cuanto mayormente se manifiesten las variables del sujeto revisadas hasta el momento más fácil es producir los cambios característicos del llamado comportamiento hipnótico, que son (citado en González Ordi, 1999):
1 – Actitud no crítica hacia el contenido de las sugestiones (Mallet, 1989).
2.- Alta motivación por alcanzar los objetivos propuestos por las sugestiones (Orne, 1970).
3.- Confirmación de las expectativas de respuesta o, en su defecto, simulación del comportamiento hipnótico, tal y como propone Wagstaff y Benson, (1987).
4.- Adecuación al rol de sujeto hipnotizado. (Sarbin y Coe,1972).
5.- Creencia y conformidad en la hipnosis. (Wagstaff, 1986 y 1991).
6.- Informes subjetivos de mayor viveza y realismo en la imaginación. (Barber,1999)
7.- Absorción y concentración en las sugestiones (Crawford, 1996).
8.- Atención selectiva: se focaliza la atención en los aspectos relevantes a las sugestiones y se desatiende a los aspectos irrelevantes (Crawford, 1996)
9.- Aumento de las sensaciones subjetivas de relajación (Edmonson, 1945)
10.- Alta variabilidad del nivel de activación psicofisiológica, dependiendo del contenido de las sugestiones administradas (relajantes versus activadoras).
11..-Interpretación de la experiencia hipnótica en función de las sugestiones administradas.
12.- Sesgos cognitivos de carácter interpretativo producidos por la forma de administración y el contenido de las sugestiones, que provocan:
- Sensación de involuntariedad. Interpretada por los autores psicodinámicos como una vuelta a formas de funcionamiento psicológico primario, por los neodisociativos como procesos de disociación y por los autores sociocognitivos como confirmación de las expectativas de respuesta de “perder el control bajo hipnosis”(Lynn, Rhue y Weekes,1989).
- Distorsión en la percepción externo, interno y propioceptiva en función del contenido de las sugestiones.
- Distorsión en la percepción espacio-tiempo. Es común encontrarse en los sujetos hipnotizados distorsiones en la localización espacial (“no sé dónde me encuentro”) y temporal (“ aunque usted me dice que hemos estado una hora a mi me han parecido 10 minutos”) que, principalmente, deben ser atribuibles a los procesos atencionales, ya que al desatender a aquellos estímulos no relevantes a las sugestiones, el sujeto experimenta una percepción sesgada de su localización espacial y temporal. Pero esto no es muy diferente a cualquier otra situación intensamente gratificante de la vida cotidiana.
Para hablar de las sugestiones hay que diferenciar las dos maneras de administrar las instrucciones en la fase de inducción hipnótica y el empleo de sugestiones específicas (Hammond,1.990, citado en González Ordi 1.999):
1 -Sugestiones directivas o contingentes: es la forma más tradicional y ampliamente utilizada; son directivas y suponen que la ocurrencia de un suceso (estímulo) X provocará la aparición, mediante contingencia, de un efecto (respuesta). Ejemplos: “Cuando yo cuente hasta X, usted sentirá Y”, “A medida que escucha mi voz, usted se va sintiendo más relajado”.
2.- Sugestiones indirectas o permisivas: favorece la posibilidad de que el paciente decida cuál va a ser el efecto de una determinada instrucción entre varias alternativas propuestas por el hipnotizador. Ejemplo: “Es posible que usted desee profundizar un poco más en hipnosis; si es así, de alguna manera, una parte de usted nos lo dirá a través de un movimiento repetitivo de su cuerpo”.
La última fase, la fase de la sugestión post-hipnótica es explicada por diversos autores (Barrios, 1973; Zimbardo, LaBerge y Butíer, 1993; citado en González Ordi 1999) como una forma de condicionamiento de orden superior que se produce en un sólo ensayo y que es elicitada verbalmente. Así, sobre respuestas que ya han sido previamente condicionadas durante la sesión de hipnosis, el terapeuta describe un nuevo condicionamiento basado en un estímulo inicialmente neutro (cerrar el puño, una imagen representativa para el paciente, un sonido, etc), que pasará a elicitar las respuestas condicionadas de control y reducción del nivel activación, u otras ya establecidas durante la hipnosis, ante el nuevo estímulo condicionado.
1.3.4-Hipnosis: estado alterado de consciencia contra sugestión.
La mayoría de los terapeutas que utilizan la hipnosis y los investigadores que estudian los procesos subyacentes a la misma se encuentran básicamente divididos entre los que piensan que la hipnosis implica una serie de procesos especiales y aquellos que opinan que no es necesario recurrir a constructos como el estado alterado de consciencia y similares para explicar la naturaleza de la hipnosis (Coe, 1.989, y Gonzalez Ordi 1.999).
La consideración de que si la hipnosis es o no un estado de conciencia es aún objeto de discusión. Los partidarios de que la hipnosis es un estado diferente al de sueño y al de vigilia plantean que se trata de una disociación del sistema cognitivo que lugar a un estado de conciencia o trance (Hilgard, 1.992).
Por el contrario, otros autores defienden que no se trata de un estado especial, sino que se trata de un resultado determinado por las variables de la situación hipnótica, y que prueba de ello es que no se han encontrado registros psicofisiológicos que sean exclusivos del estado de hipnosis, sino que se corresponden con registros de sueño y de vigilia. (Miguel – Tobal y Gonzalez Ordi, 1993; Sarbin y Slagle, 1979).
Actualmente y dentro de la investigación básica en hipnosis, pocos son los autores que mantienen a ultranza los conceptos de trance y profundidad hipnótica como constructos explicativos del comportamiento hipnótico y la existencia de un estado alterado hipnótico, cualitativa y cuantitativamente diferente a la vigilia ( Kirsch y Lynn, 1995), y esto es debido a que la investigación psicofisiológica y mediante autoinforme sobre criterios diferenciales de la hipnosis con respecto a la vigilia ha sido muy poco exitosa (Miguel-Tobal y González Ordi, 1993; González Ordi y Miguel-Tobal, 1998) En la investigación psicofisiológica se ha encontrado que: (1) no hay diferencias específicas entre los registros fisiológicos encontrados en situación hipnótica de relajación y los encontrados en otras técnicas de relajación; (2) no existe evidencia empírica suficiente de una posible relación entre las respuestas psicofisiológicas y los niveles de profundidad en hipnosis; (3) los cambios encontrados en los diversos indicadores psicofisiológicos en hipnosis, pueden atribuirse más al grado de hipnotizabilidad previa de los sujetos y al tipo de sugestiones administradas que a la existencia o no de un supuesto estado hipnótico, ya que dichos cambios se han producido igualmente en condiciones de no hipnosis.
Y desde la investigación mediante autoinforme, diversos estudios han puesto de manifiesto que la realización de comportamientos hipnóticos cada vez más complejos dependen muy poco del nivel de profundidad alcanzado; al contrario, ciertas variables como las expectativas, actitudes y motivaciones sobre el proceso, el nivel de sugestionabilidad previo, la capacidad de imaginación e implicación emocional, o la capacidad de focalización de la atención, son más determinantes en la consecución de comportamientos hipnóticos que la existencia o no de un supuesto trance hipnótico.
Podríamos decir que la transición entre un alto nivel de alerta hasta el sueño profundo se corresponde con una reducción de la frecuencia del ritmo cerebral y paralelamente con un incremento gradual de la amplitud de las ondas. Las fases de la hipnosis se intercalan en esta transición, por lo que no se muestra ningún fenómeno electroencefalográfico que sea único de la hipnosis y que no se pueda explicar por simples cambios del nivel de activación experimentado en las medidas de la actividad electroencefalográficas. (Buela-Casal y Carlos Sierra 2.001).
Así, hasta el momento no existe de ningún índice específico o inequívoco que permita dictaminar la presencia de un estado hipnótico.
1.3.5 La sugestionabilidad en el ámbito de la Psicología Clínica y Aplicada
Los conceptos de sugestión y sugestionabilidad se han utilizado en dos sentidos:
1.- Como variable de procedimiento. La sugestión sería el vehículo para producir cambios determinados en el paciente.
2.- Como variable del sujeto. En este caso hablaríamos de sugestionabilidad como forma de estimar el efecto que las sugestiones pueden tener (González Ordi, 2001).
Numerosos estudios han comprobado que los efectos de las sugestiones dependen en gran medida de la sugestionabilidad de los individuos. (Bowers, 1976; Hilgard, 1965). Es decir, los individuos más sugestionables resultan más favorecidos por el efecto de las sugestiones administradas.
En general los estudios de laboratorio sobre hipnosis reflejan que las diferencias encontradas en los diversos indicadores psico-fisiológicos por efecto de sugestiones hipnóticas específicas, pueden atribuirse más al tipo de instrucciones dadas al sujeto y al grado de sugestionabilidad hipnótica de éste que a la existencia o no de un supuesto estado hipnótico.
En el ámbito clínico se ha comprobado que los pacientes altamente hipnotizables obtienen mejores resultados por efecto de las sugestiones hipnóticas que los poco hipnotizables en diversos trastornos de ansiedad (Carwford y Barabasz, 1933; Spiegel y Spiegel, 1988).
Esta relación positiva entre hipnotizabilidad y ansiedad se ha encontrado también en población no clínica. Gonzalez Ordi (1994), administrando la escala de Sugestionabilidad de Barber y Calverley, 1963; Barber y Wilson, 1978) y el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad-ISRA (Miguel Tobal y Cano Vindel, 1994) a un grupo de estudiantes universitarios no diagnosticados de ansiedad clínica, encontró que aquellos individuos muy sugestionables se mostraban generalmente más ansiosos que aquellos que puntuaban bajo en sugestionabilidad.
Parece evidente, pues que la relación entre sugestiones y sugestionabilidad supone un binomio que puede hacer una aportación valiosa para el diseño de programas de intervención cognitivo-conductual en diversas áreas clínicas principalmente en dos sentidos: 1) Considerar el grado de sugestionabilidad como variable moduladora, entre otras de los efectos de diversas técnicas de terapia de conducta y, 2) el uso del grado o nivel de sugestionabilidad como criterio de elección de uno u otro tipo de estrategia de intervención (Gonzalez Ordi, 2001).
1.4. La hipnosis en la disminución de la ansiedad y el aumento de la auto-confianza.
Existen tres teorías que intentan explicar los efectos positivos de la hipnosis en la mejora del rendimiento deportivo (Stefano Tamorri: Neurocia y Deporte,1999):
1-La primera se basa en la propia naturaleza del cerebro, Pressman (1979) sugirió que la hipnosis era efectiva porque provocaba un cambio en el hemisferio no dominante, permitiendo una mayor vivacidad de las imágenes y la formación de imágenes y expectativas de logro positivas. Así la relación entre el cerebro no dominante y la hipnosis permite mayor efectividad del esfuerzo atlético.
2- La segunda teoría considera que los límites del rendimiento físico son debidos a las limitaciones impuestas por los mecanismos neuromusculares implicados en la respuesta de defensa propioceptiva al estiramiento excesivo de la fibra muscular. Entonces la hipnosis favorecería la disminución de la respuesta propioceptiva al estiramiento (Morgan y Brown, 1983).
3- La tercera teoría la propuso Nideffer(1976), debido a que en sus estudios, la hipnosis producía una reducción del número de estímulos atencionales, permitiéndose así una focalización hacia los estímulos relevantes, y además la hipnosis permitiría un cambio en el foco atencional externo a uno interno, y favorecería en el deportista un aumento en su foco atencional durante la competición facilitando una mayor concentración en la ejecución.
Dentro del estudio de la hipnosis para disminuir la ansiedad, la evidencia acerca del poder de la hipnosis para inducir los estados emocionales mediante sugestiones está ampliamente demostrada. Por ejemplo, en el estudio de la International Journal of Psychophysiology 41 (2001) págs. 143-153, se demuestra la posibilidad de inducir estados emocionales diferentes. Además, existe evidencia de una mayor implicación emocional (Hilgard, 1974 y 1979) y de un mayor realismo y viveza en la imaginación en estado hipnótico (Barber, 1999), así parece evidente que una exposición imaginada a la situación estresante en hipnosis sería de gran ayuda para disminuir la ansiedad como así demuestran numerosos estudios. Después de ver los supuestos de Damasio del principio de este trabajo parece más evidente que el trabajo directo en las emociones es un aspecto clave ya que son las primeras en elicitar el comportamiento, el pensamiento y el sentimiento.
Cuando la ansiedad es abordada con tecnología hipnótica tiene una mejor respuesta que si es tratada sin esa tecnología y la razón está en la propia etiología del cuadro (Aguado, 2005).
El proceso hipnótico produce los siguientes cambios:
- La hipnosis activa, dependiendo de las sugestiones, la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo produciendo un predominio vagotónico en todas las funciones corporales.
- La activación del sistema nervioso parasimpático es la forma más eficaz para inhibir el sistema nervioso simpático, y, por lo tanto la forma más eficaz de combatir la ansiedad patológica vinculada a la activación crónica del sistema simpático.
- La hipnosis, además, consigue una neutralización del razonamiento cognitivo y del juicio crítico al tomar el mando el hemisferio no dominante, con lo que las percepciones dejan de ser consideradas como peligrosas.
De esta forma hay una reducción generalizada de los impulsos corticales hacia el hipotálamo posterior, vía sistema límbico y, por lo tanto, una desactivación de la zona diencefálica ergotrófica..
Ambas acciones, la activación de la zona trofotrópica (sistema parasimpático) junto con la neutralización del juicio crítico, colocan al sujeto en un estado de reposo y tranquilidad en el que no se siente amenazado.
Desde el punto de vista del sujeto, una de las características más importantes que tenemos que tener en cuenta a la hora de abordar el tratamiento de la ansiedad es la pérdida de control de la situación por parte del paciente. Consecuentemente, y así lo demuestra la experiencia clínica, si abordamos directamente la cuestión del control sobre la situación podremos resolver uno de los factores importantes del mantenimiento del problema.
La hipnosis, por su rapidez y porque favorece las sensaciones subjetivas de relajación y autocontrol más que ninguna otra técnica, es la opción mejor para trabajar este aspecto (Gonzalez Ordi, 2001).
Así que, resumiendo, la hipnosis constituye una valiosa herramienta, diríamos que imprescindible, pero no la única, para le tratamiento de la ansiedad fundamentalmente por las siguientes razones (Aguado, 2005).
- Porque permite modificar el funcionamiento de las estructuras neuroanatómicas de la ansiedad.
- Porque permite un acceso mejor para trabajar el conflicto básico que generó la red neuronal.
- Porque favorece las sensaciones subjetivas de relajación y autocontrol y por ello una mejor resolución del problema concreto.
- Porque debido a lo anterior, incrementa las expectativas de éxitos .
- Por su rapidez, ya que tiene resultados intrasesión y no necesita entrenamiento previo por parte del paciente.
- Porque favorece la sensación de realismo de las situaciones sugeridas e imaginadas, lo cual conlleva que se puedan descondicionar más eficazmente.
- Porque favorece el poder reexperimentar la situación ansiógena de una forma segura y a la vez con la sensación de estar allí emocionalmente.
Hasta aquí hemos comentado porqué funciona la hipnosis en la disminución de la ansiedad. Ahora hablaremos de la hipnosis en el aumento de la auto-confianza.
Si bien la emoción es la que decide, en un primer momento, la razón debe ser capaz de modular la emoción. Estar bajo la dictadura de las emociones no es conveniente, sino más bien caótico y patológico. La salud mental supone poder conectarse con diferentes programas emocionales.
En la mayoría de las ocasiones, en aquellas mentes en las que el miedo o la ansiedad ante una situación sólo es una emoción más, la razón tiene capacidad para colocar en su sitio a la emoción, para recomponer y solventar cualquier situación que pueda ser interpretada como peligrosa, dando una respuesta coherente, de tal forma, que si es necesario huir, lo hace, y si no es para tanto puede introducir una información que le de otra perspectiva que consiga restablecer la sensación de seguridad.
Es decir, lo que hace la razón es reestructurar la visión o perspectiva respecto a la situación ansiógena, de forma que pueda conectar con otra emoción incompatible con el miedo.
Pero cuando la ansiedad o el miedo atenazan al sujeto y se quedan bloqueados en su mente como un programa emocional permanente se tendrá que emplear diferentes técnicas cognitivo conductuales como la relajación, la desensibilización, la reestructuración o las técnicas de autocontrol para que propicien la capacidad del sujeto para engatillar programas de seguridad o tranquilidad incompatibles con el miedo o la ansiedad; es decir, lo que hace la razón al reestructurar no es inhibir la emoción negativa de miedo o ansiedad sino activar otros programas emocionales incompatibles como la confianza o la seguridad (Aguado, 2009).
Con la hipnosis, podemos elicitar emociones de autoconfianza incompatibles con la ansiedad, de forma más directa y eficaz debido a la propia naturaleza de la hipnosis.
Con la hipnosis tenemos facilitado este trabajo por las razones expuestas al hablar del abordaje de la ansiedad y sobre todo por las siguientes:
- La hipnosis permite un mejor acceso a las emociones, en este caso a emociones de confianza o seguridad.
- Produce un mayor realismo de las situaciones exitosas imaginadas o sugeridas.
- Incrementa las expectativas de éxito o de ser capaz.
- En estado hipnótico se viven las cosas, no desde una posición de recuerdo, sino desde la memoria de “estar allí” en el momento en que esa memoria se asentó, es decir, en el momento en que se estaba grabando esa situación cuando la estaba viviendo, y ante la “memoria de estar allí” se pueden crear nuevos cánones y dejar grabadas nuevas memorias de confianza haciendo que el sujeto pueda realizar aquello que no pudo hacer, o permitiendo que el sujeto pueda dejar de hacer aquello que no quería hacer o colocándole en la situación con sus recursos actuales o con su preparación actual o, en todo caso pueda entender por qué no pudo hacerlo de otra manera y, por tanto, pueda realizarlo ahora, delante de nosotros con nuestro permiso y convicción y precisamente ante la memoria de estar allí.
1.5 Hipnosis y deporte.
En este apartado se intenta dar una visión de lo que ha supuesto la hipnosis en la psicología del deporte, así como cuales han sido sus aplicaciones en el deporte de alto rendimiento.
Existe una amplia literatura sobre casos para ilustrar las aplicaciones de la hipnosis en psicología del deporte, y sobre su utilización para resolver problemas asociados al rendimiento deportivo desde un enfoque psicoterapéutico, pero existe muy poca evidencia de investigación sistemática sobre la aplicación de los procedimientos hipnóticos en la actividad física y el deporte (Jara y Garcés, 1995).
Según Jara y Garcés (1995), la intervención psicológica en el deporte está representada por un conjunto de técnicas procedentes en su mayoría de la psicología clínica, que deben ser estudiadas y aplicadas bajo una concepción propia de la psicología del deporte, y las técnicas que manejan la sugestión no escapan a este criterio básico. Sin embargo la hipnosis en el ámbito del deporte es una de las técnicas que ha sido aplicada por clínicos más a menudo, y más desde enfoques paliativos para solucionar problemas, que desde el entrenamiento mental o psicológico que debería tener un deportista de alto rendimiento.
La hipnosis ha sido utilizada en el ámbito de la psicología del deporte, como una técnica para dilucidar los mecanismos subyacentes al rendimiento físico, a través de la manipulación de variables independientes, por ejemplo, estudios como los de Massey, Johnson y Kramer (1961) y Smith y Bozynowski (1965) han puesto a prueba el valor e impacto de las actitudes hacia el calentamiento, por medio de la analgesia hipnótica sugerida para separar el efecto puramente físico del calentamiento de su influencia psicológica.
La hipnosis también ha sido muy utilizada para conocer los verdaderos límites del rendimiento humano, en trabajos como los de Weitzenhoffer (1953), Gorton (1959), Johnson(1961), Barber (1966), Morgan (1972,1980), Morgan y Brown (1983) y Jacobs y Salzberg (1987), se encuentran resultados inconsistentes entre sí, sobre la capacidad del estado hipnótico para aumentar el rendimiento físico, debido en su mayor parte a problemas de tipo metodológico. Aún así, creo que hay que tener en cuenta el planteamiento de Johnson (1961), quién realiza una revisión de la eficacia de la hipnosis en el facilitamiento del rendimiento muscular, y cuyo resultado es que la eficacia tiene que ver con las diferencias individuales en distintas variables psicológicas y fisiológicas (entre ellas la sugestionabilidad), con el contexto en que es usada la hipnosis y con los efectos interactivos entre el individuo, la situación y el psicólogo.
Aunque no haya mucha evidencia empírica de los fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora, si que es verdad que muchos psicólogos deportivos de éxito, utilizan la hipnosis como herramienta de preferencia, aquí se resaltan varios fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora y psicológica, aprovechables para optimizar los procesos de intervención en el ámbito de la psicología del deporte. Estos fenómenos se dividen en fenómenos de utilidad deportivo motora y fenómenos de utilidad psicológica.
-Fenómenos de utilidad deportivo-motora:
1-Fenómenos asociados con alteraciones en los músculos voluntarios.
– Automatización de la relajación: según Amador Cernuda Lago (1999), las sugerencias de descanso y recuperación en estado hipnótico son más fáciles y con resultados más rápidos. De esta manera se puede ayudar a recuperar a un deportista en poco tiempo, con relajación efectiva y real, medible psicofisiológicamente, y no inespecífica como ocurre con las técnicas de relajación.
– Parálisis de grupos musculares: no es una pérdida motora, sino una suspensión temporal de la tonicidad. Útil para enseñar sistemas de control muscular a deportistas con fines técnicos.
– Catalepsia: es una tonicidad involuntaria de la musculatura, rigidez muscular y falta de flexibilidad. Permite corregir elementos técnicos, borrar malos aprendizajes y optimizar técnicas complejas, también permite simultáneamente realizar visualizaciones y técnicas de ensayo mental.
– Movimientos automáticos: son movimientos producidos en cualquier grupo muscular sin control consciente, adecuados para la recuperación cognitiva de información y de desbloqueo.
– Incremento del rendimiento muscular: en el artículo referido, se considera que la hipnosis es capaz de evitar la fatiga y la incomodidad y por consiguiente aumentar el rendimiento físico.
La evidencia encontrada procede de Rouch (1951), que observó el aumento en la fuerza de agarre y en la flexión del codo, así como la mayor resistencia en sujetos colgados de una barra. Ikai y Steinhaus (1961) compararon un grupo en hipnosis, otro control y otro con tratamiento farmacológico, se observó mejora en los grupos experimentales, siendo mejor el grupo con hipnosis. También Moll (1958) encontró resultados significativos en el aumento de la fuerza muscular en los sujetos con hipnosis. Orne (1970) comprobó que sujetos bajo hipnosis eran capaces de levantar más kilogramos que los no sometidos a hipnosis.
2-Fenómenos asociados con alteraciones en los músculos involuntarios, órganos y glándulas:
Muchas de las funciones corporales que escapan al control voluntario son reguladas por la mente inconsciente, a través del tálamo y del sistema nervioso autónomo (emociones, como ya hemos visto en el apartado dedicado a estas). La hipnosis hace que estos sistemas sean controlables.
– Corazón: La tasa cardiaca puede ser acelerada o retardada en estado hipnótico, ampliamente apoyada esta percepción por la experimentación, se conoce por estudios experimentales que hay una tasa cardiaca ideal para tiradores de diana, tenistas y otros deportistas, mediante la hipnosis se puede adiestrar al sujeto a ajustar su tasa cardiaca a la ideal al igual que se hace con biofeedback.
– Vasos sanguíneos: mediante sugestiones se puede aumentar la temperatura periférica del cuerpo; también la presión sanguínea puede ser influenciada con sugerencias de relajación y calma.
– Sistema respiratorio: Un sujeto en estado hipnótico y reposo puede incrementar su ventilación pulmonar hasta un 50%, con sugerencias de un trabajo pesado.
– Sistema alimentario: mediante hipnosis se puede incrementar o decrementar la actividad gástrica mediante sugerencias de disfrute o de disgusto, así como modificar la peristalsis para regular el funcionamiento de los intestinos.
– Secreciones: todo tipo de secreciones pueden ser incrementadas mediante hipnosis, muchos tipos de secreciones, como la salivación y la transpiración, están relacionados con la ansiedad y su regulación.
– Cambio anatómicos y bioquímicos: son numerosos los cambios que pueden ser producidos a través de la hipnosis, es muy útil la influencia sobre la menstruación que puede ser inducida o parada mediante sugerencias, además es un excelente coadyuvante en los problemas que genera la menstruación en sí o el síndrome premenstrual, como dolores o desconcentración.
- Fenómenos asociados con alteraciones en los órganos de los sentidos (Cernuda, 2009):
– Hiperestesia sensorial: es el aumento de la precisión y sensibilidad de información por los sentidos.
– Hipnoanalgesia: posibilidad de producir inhibición o ausencia de la sensibilidad al dolor. La hipnosis para el control del dolor es una de las áreas donde más evidencia experimental de éxito ha demostrado (M. Elena Mendoza y Antonio Capafons, 2009), de hecho; en la revisión de Montgomery et al.(2000) con estudios bien controlados, de acuerdo con los criterios de Chamless y Holland (1998), apoya la eficacia de la hipnosis en el manejo del dolor, con resultados que indicaron que las técnicas de analgesia hipnótica son superiores a la medicación, el placebo psicológico y otros tratamientos.
– Hipnoanestesia: posibilidad de producir ausencia de sensación mediante hipnosis, en este caso, no cura el dolor, sólo evita su sensación mediante hipnosis.
– Parestesia: distorsión de sensaciones localizadas, fáciles de elicitar en los sentidos de la visión, tacto y gusto. Muy útil para entrenar a nivel de visualizaciones y ensayo mental.
– Elicitación de alucinaciones positivas: sensación de una experiencia sin la existencia real del estímulo sensorial correspondiente.
– Elicitación de alucinaciones negativas: es la ausencia de sensación de una experiencia ante la presencia del estímulo sensorial correspondiente.
4 – Fenómenos psicológicos: En hipnosis hay múltiples efectos sobre la memoria, la consciencia del tiempo, etc.(Cernuda , 2009).
– Hipermnesia: recuperación de información o aumento de la capacidad mnésica más allá de las posibilidades ordinarias, Johnon (1961) revela un análisis exhaustivo bajo hipnosis de los motivos que hacían que un deportista no obtuviese el rendimiento óptimo en sus ejercicios, y reveló fallos en la coordinación y la posición.
– Reviviscencia y regresión en el tiempo: son posibilidades similares pero diferentes. En la reviviscencia el deportista vuelve a vivir un evento pasado en similares condiciones que las reales. En la regresión en el tiempo, el deportista desempeña un papel determinado sobre hechos pasados, pero con una trama establecida, todo tiene lugar en el marco general del presente.
Las utilidades de estos dos fenómenos es que facilitan revivir momentos deportivos pasados de éxito, con el objetivo de que estas emociones, correspondientes al pasado, sean trasladadas al presente o futuro, en el momento que se necesite. Esto tiene que ver mucho con la idea de Unesthal (1979, 1981, 1982 y 1991), de que existe un estado mental óptimo, un “peak performance”, y también con los trabajos de Mihaly Csikszentmihalyi (1996,1998a, 1998b 2002), que estudia estos estados experimentalmente, también en deportistas, y los llama estados de “flow” o “flujo”, de los que habla en su libros Fluir(1996), Aprender a fluir (1998), Experiencia óptima. Estudios psicológicos del flujo en la conciencia (1998) y Fluir en el deporte: Claves para experiencias y situaciones óptimas (2002). Curiosamente, en estos libros, define el estado de “flow” como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorta en una actividad, en el que el tiempo vuela, la concentración y la absorción es máxima, presenta una enorme satisfacción, y también hay una cierta amnesia posterior debido a los altos niveles de absorción y disociación, fenómenos muy parecidos a las características de la hipnosis; con lo cual la técnica de hipnosis se considera la ideal para acceder a ese estado psicológico óptimo de manera autorregulada, y así conseguir que las emociones sean las óptimas para la competición.
Otros estudios sobre este estado psicológico óptimo también enumeran sus características de forma parecida: como momentos mágicos, donde el rendimiento surge de forma espontánea y supera los niveles habituales, con sensaciones de inmersión total en ese momento, percepción subjetiva de equilibrio entre habilidades personales y el reto de la competición (Williams,1986; Kimiecik y Stein,1992).
Otros muchos autores han encontrado puntos comunes en las experiencia deportivas más óptimas (Brewer, Van Raalte, Linder y Van Raalte, 1991; Cohn, 1991; Garfield y Bennett, 1984; Jackson, 1992; Privette,1982,1983; Ravizza,1984 ); estos puntos comunes son sensaciones relacionadas con la atención completamente concentrada, relajamiento psicofisiológico, confianza en las capacidades personales, ausencia de miedo, inmersión total en la actividad, concentración en el presente, fuerte motivación, espontaneidad y automatismo ejecutivo, determinación, percepción de control sobre la situación, desorientación espaciotemporal, unicidad y contemporaneidad de la experiencia, sensaciones de alegría y carga física. Hall (1982) muestra como las potencialidades de ambos hemisferios cerebrales son utilizadas al máximo y de forma integrada, incluso en su funcionamiento asimétrico, en este estado. Además parece que se utiliza los potenciales del hemisferio derecho. Tamorri (1999) explica una de las diferenciaciones hemisféricas más útiles en el deporte, el hemisferio izquierdo serviría para reconocer y corregir el error, y el derecho para automatizarlo y realizarlo de manera espontánea. Unesthal (1986), propone que estas experiencias, unidas a situaciones pasadas, son más fáciles de evocar desde técnicas hipnóticas y post-hipnóticas, llegando hasta un momento en el que el deportista pueda llegar a ese estado él sólo mediante técnicas de autohipnosis.
En relación con este fenómeno imaginativo, la experimentación de la hipnosis en la psicología del deporte tiene evidencia de que la hipnosis es una técnica favorecedora de la habilidad para imaginar (Liggett, 2000; Jara Vera y Garcés, 1995; Sanders,1967; Howard y Reardon,1986).
– Progresión en el tiempo: fenómeno similar a la regresión en el tiempo, implica la desorientación del sujeto y una reorganización de su equilibrio perceptual. Es muy útil para poder llevar imaginariamente a los sujetos a un momento competitivo futuro con aparente realidad y con gran vivencia emocional, así como también fisiológica. Además es muy interesante para desarrollar trabajos estratégicos de familiarización, de motivación, de competición simulada, y para la comprensión de cómo reaccionara el deportista ante situaciones potenciales futuras que interesen.
– Distorsión del tiempo: La aplicación en deportes donde el tiempo de ejecución es importante, permite una complementación técnica del entrenamiento muy ventajosa.
– Disociación: Se refiere a la posibilidad de observarse a sí mismo realizando una acción con todas las sensaciones de realidad y gran vivencia emocional. Práctico para aplicar técnicas de autofeedback subjetivo, autoconsolidación de acciones, de corrección eficaz, que aceleran los procesos de aprendizaje o de entrenamiento en la práctica real.
– Aprosexia e hiperprosexsia. La aprosexia consiste en una inhabilidad para concentrarse en actividades específicas del medio, y la hiperprosexia es una concentración mórbida de atención en un área restringida. Facilitan fenómenos atencionales y de concentración.
– Actividades ideomotoras: capacidad inconsciente del sistema muscular de responder instantáneamente a estímulos, pensamientos, sentimientos e ideas. Los responsables de este tipo de respuestas son los mecanismos subcorticales, que están en la base de todo tipo de respuestas primarias, manifestadas como reflejos involuntarios, como son el parpadeo, la dilatación o contracción pupilar, los movimientos peristálticos, las respuestas endocrinas, la respiración, etc., aunque muchas son susceptibles de control voluntario, en general funcionan sujetas al control autónomo.
5- Fenómenos post-hipnóticos: son los comportamientos o respuestas que persisten una vez disipado el tratamiento en hipnosis. Normalmente son sugerencias específicas realizadas en estado hipnótico, con intención de que perduren una vez finalizado el tratamiento.
Es un fenómeno similar al reflejo condicionado, exceptuando que el condicionamiento post-hipnótico no es fijado por repetición, como promueve la teoría clásica del condicionamiento. El condicionamiento post-hipnótico no necesita repetición, tiene una actividad más prolongada a nivel de duración temporal y no se extingue tan rápidamente como un reflejo condicionado.
Las sugestiones post-hipnóticas son una herramienta clave para potenciar las capacidades y sobre todo para condicionar el estado emocional idóneo (estado psicológico óptimo). Este procedimiento ha sido muy utilizado por autores como Richard Bandler y John Grindler , sucesores de Milton Erickson, y lo llaman “anclaje” en su libro Trance-Fórmate (1993), sobre Programación Neuro-Lingüística.
Resulta muy útil las claves post-hipnóticas, que pueden convertirse en desencadenantes de estados de relajación, activación, mayor concentración, etc., actuando como estímulos condicionados, con un estado emocional óptimo, que elicitan la reacción automatizada ( Kirch, 1985 y 1991). Tanto es así que Unesthal(1982), del que ya se ha comentado antes sus aportaciones, usó las sugestiones post-hipnóticas para favorecer los estados de ánimo y emociones adecuadas en los deportistas, y los resultados demostraron que era posible cambiar así las creencias subjetivas en los deportistas relacionadas con algunos pensamientos irracionales.
– Fenómenos de utilidad psicológica:
Además de estos fenómenos hipnóticos de utilidad deportivo-motora, se ha utilizado la hipnosis desde un enfoque psicoterapéutico para numerosos problemas psicológicos que merman el rendimiento. Hay numerosos casos relatados donde el enfoque hipnodinámico lleva a la comprensión y elaboración de problemas o conflictos que el deportista fue incapaz de llevar a cabo a niveles no hipnóticos,; así, por ejemplo, Jonhson (1961) describe un caso sobre un jugador de béisbol; este mismo autor realiza una revisión de la utilización de la hipnosis en casos en los que fue determinante la regresión para acceder a eventos traumáticos, que solían ser lesiones deportivas y fracasos importantes, que daban lugar a ciertos estados de ansiedad o incluso fóbicos, en los que la auto-confianza del deportista estaba muy mermada; también Morgan (1993) relata dos casos, un jugador de béisbol y un corredor de larga distancia.
Otros autores de orientación clínica y cognitivo-conductual y especialistas en hipnosis, como son Kroger (1963) y Granone (1973) tratan a sus deportistas con excelentes resultado en problemas de confianza, concentración, tensión muscular y ansiedad competitiva.
La hipnosis también ha sido muy utilizada en la recuperación y rehabilitación de lesiones deportivas, ya que la eficacia de la hipnosis en el manejo del dolor esta ampliamente asumida. Así resulta interesante el tratamiento de 35 casos individuales de deportistas en los que la hipnosis resulto exitosa en problemas como inflamación crónica del tendón de Aquiles, contusiones de talón, esguinces, codo de tenista, etc., y también resultó efectivo a nivel de auto-instrucciones y de condicionamiento encubierto ( Palmi,1987; Weis y Troxell, 1986) para facilitar y ayudar a la restitución física y emocional del deportista en el proceso de rehabilitación. También Ryde (1964) utilizó el procedimiento hipnótico para el alivio del dolor de lesiones deportivas como “codo de tenista” o “tendón de sprinters”.
Sobre el tratamiento de la ansiedad precompetitiva y competitiva, una de las mejores investigaciones es la de Naruse (1965), que se refirió al manejo de la ansiedad antes y durante la competición con sugestiones hipnóticas, con resultados muy satisfactorios. Krenz, Gordin y Edwards (1986), aplicaron la hipnosis como forma de control ante situaciones que producían efectos ansiógenos en un grupo de atletas; los resultados demostraron que la hipnosis era útil para la disminución de ansiedad. También Garver (1977) y Vanek(1970), intentaron mejorar el rendimiento usando el control hipnótico de los niveles de arousal, promoviendo la individualización para encontrar y producir los niveles óptimos de activación en cada deportista, y aplicando sugestiones post-hipnóticas para aplicarlo en la competición. Posteriormente, Woscikiewick y Orlick (1987) estudiaron los efectos positivos de las sugestiones posthipnóticas para el control de la ansiedad y la consiguiente mejora del rendimiento durante competiciones de esgrima. Se ha encontrado la utilidad de la hipnosis en el aprendizaje de la activación y relajación, en toda la psicología aplicada, y también en la psicología del deporte (Unesthal, 1981), pues produce un aprendizaje mucho más rápido y se obtiene un dominio de la relajación tanto subjetiva como fisiológica.
Existen numerosos estudios de la eficacia de la hipnosis en la ansiedad, aunque la gran mayoría no son en el ámbito del deporte. Así en estudios como por ejemplo el de Schoenberger, Kirsch, Gearan, Montgomery y Parstynak (1997) compararon una intervención cognitivo conductual que incluía reestructuración cognitiva, exposición en vivo y relajación, con un tratamiento igual en el que se sustituía la relajación por hipnosis, demostrando que la eficacia de las técnicas cognitivo-conductuales junto con hipnosis es claramente superior a éstas por sí solas. También se ha conseguido mejores resultados a la hora de bajar la ansiedad con hipnosis a gente que puntuaba alto en ansiedad antes de los exámenes (Stanton, 1994), y mejoras del rendimiento académico gracias a la hipnosis en oposición a un tratamiento cognitivo-conductual solo (Crasilneck y Hall, 1985; Johnson, Johnson, Olson y Newman, 1981).
Debido a una de las características de la hipnosis, como es la concentración y la atención (Crawford, Brown y Moon, 1993), esta resulta de gran utilidad y la mejor vía para trabajar estas dos características; así la aplicación inespecífica de la hipnosis ya supone un entrenamiento inespecífico en sí mismo, independientemente de las estrategias que se empleen para desarrollar la concentración que cada deportista necesite, este hecho es uno de los de mayor consenso, ya que el incremento de la concentración y el carácter de la experiencia hipnótica como un estado de atención e inatención selectivas, orientadas intencionalmente, son hechos corroborados desde hace mucho tiempo por estudiosos de la hipnosis(Jara y Garcés,1995). Algunas de las posibilidades más específicas de la hipnosis en relación con el desarrollo de la atención y la concentración, se refieren al establecimientos de claves atencionales del contexto deportivo, actuando como códigos post-hipnóticos, y al manejo de voluntario de la distorsión temporal ( Jara y Garcés, 1995).
Para trabajar la motivación, debe existir un acuerdo en la planificación y metas a corto, medio y largo plazo, pero la segunda etapa en este trabajo en motivación es muy propicio para hacerlo con las técnicas sugestivas, ya que el que la hipnosis en sí tiene una capacidad para crear o clarificar motivaciones personales es un hecho largamente conocido; de hecho, la dimensión motivacional-afectiva del ser humano es, casi por definición, el campo privilegiado de la hipnosis. Los estudios de Jackson, Gass y Camp (1979) que evaluaron la influencia de las sugestiones motivacionales en hipnosis y no hipnosis, bajo situaciones de máximo rendimiento físico, muestran resultados significativos para el grupo en hipnosis. También Ito (1979) tuvo resultados parecidos, añadiendo además el grupo de tratamiento en hipnosis y alta sugestionabilidad, que fue el que mejor rendimiento tuvo.
En la auto-confianza, las intervenciones hipnóticas, han puesto siempre énfasis en las instrucciones para favorecer la autoestima, la auto-eficacia y la autoconfianza (Gibbons,1979). El aumento de la autoconfianza ha sido una de las aplicaciones clásicas y muy exitosas de la sugestión hipnótica, tanto en el deporte como en clínica. Además de la vía de la sugestión directa y metafórica para la construcción de la auto-confianza, es siempre importante el trabajo en reestructuración cognitiva, el análisis de actitudes erróneas y limitaciones auto-impuestas.
La solución de problemas ha sido uno de los campos en los que Unesthal(1991) ha trabajado más mediante hipnosis, considerándolo una parcela indispensable en muchos momentos puntuales de la práctica deportiva, y que ayuda al deportista a solucionar problemas concretos psicológicos por medio de recondicionamientos, desensibilización sistemática, parada de pensamiento, etc.; utilizados dentro de las técnicas de sugestión.
Aunque muchos de los trabajos y revisiones sobre la hipnosis en el deporte provienen de orientación clínica y paliativa, por ejemplo Morgan (1993), también existe quien aboga por integrar la hipnosis como parte importante del entrenamiento mental, así resulta muy interesante la propuesta de Unesthal(1979, 1981,1982, 1991), de quien ya se ha hablado antes, que propone su Programa de Entrenamiento Mental Interno, en el que la hipnosis sirve de base para la aplicación de distintas técnicas relacionadas con el control de activación, concentración, fijación de metas, reestructuración cognitiva y entrenamiento actitudinal, solución de problemas, preparación de la situación competitiva, rehabilitación de lesiones, etc. El sentido de utilizar la hipnosis en este caso, es el de acelerar y aumentar los efectos de las diferentes técnicas utilizadas.
- PARTE SEGUNDA: ESTUDIO EMPIRICO.
2.1 Objetivos del estudio.
El objetivo principal que intentamos realizar en este trabajo es el de disminuir la ansiedad, que es una emoción de inseguridad, por medio de sugestiones de confianza y seguridad en estado hipnótico, pues si aumentásemos la seguridad de los atletas en sí mismos la ansiedad disminuirá, ya que sus recursos serían percibidos y sentidos por ellos como adecuados y suficientes para hacer frente a las demandas de la competición.
Para realizar el trabajo utilizaremos la técnica de la hipnosis como vehículo para empaquetar las sugestiones debido a su rapidez y su probada eficacia a la hora de intervenir en las emociones y producir cambios psicológicos en los sujetos. Como dicen M. Elena Mendoza y Antonio Capafons, en su artículo “ Eficacia de la Hipnosis Clínica: Resumen de su Evidencia Empírica” publicado en “Papeles del Psicólogo” en el 2009, cuando se utiliza cualquier técnica cognitivo-conductual dentro de hipnosis, esta técnica presenta mayor rapidez de tratamiento y mayor eficacia que presentada sin hipnosis. También Lynn y Green (2000) y Schoenberg (2000) , en este mismo sentido, demuestran que la hipnosis aumenta la eficiencia de los procedimientos a los que se añade.
También se pretende ver el efecto del tratamiento en relación con la sugestionabilidad de los sujetos, de forma que podamos comparar el rango del efecto del tratamiento en función del grado de sugestionabilidad de los sujetos.
2.2 Participantes.
Los participantes son seis atletas(cinco hombres y una mujer), en un rango de edad de 15-22,con una media de edad de 17,16 (dt= ), todos han sido convocados alguna vez por la Real Federación Española de Atletismo para su concentraciones, con lo cual son de los mejores atletas en su categoría y en su prueba, y así se les considera de alto rendimiento; además todos se han clasificado para los campeonatos de España de sus respectivas categorías en este año. Todos se dedican a las pruebas de 100, 200 o 400 metros con lo cual la intervención podía ser igual debido al parecido de las pruebas, y además, con esto, se posibilita que no hubiese diferencias en el tratamiento.
2.3 Instrumentos de medida.
El instrumento de medida elegido para comprobar la disminución de ansiedad, es el SCAT (Sport Competition Anxiety Test) de Martens et al.(1990) en su adaptación española presentada en el VII Congreso Nacional de Psicología del Deporte por Jaenes, Caracuel y Pérez-Gil en 1999. Se ha elegido este test por ser propio de la psicología del deporte y de la ansiedad en la competición, además de ser un instrumento fiable y de los más utilizados para determinar el grado de ansiedad de los deportistas (Vealey, 1990; Jones, 1990).
Con el objetivo de medir la sugestionabilidad y ver el efecto del tratamiento en hipnosis con relación a esta se pasó el I.S. (Índice de Sugestionabilidad) de H.Gonzalez Ordi y J.J Miguel-Tobal (1999), que presenta una consistencia interna, el Coeficiente Alfa de Cronbach, para el total de la prueba de .79 (N=618 Ss).
También para ver que sugestiones específicas hacer, se les paso a los atletas un cuestionario creado para conocer en qué momento tenían más nervios, que pensamientos tenían en esos momentos, y que conductas realizaban cuando estaban nerviosos. Así teníamos referencias de la evaluación de las características de la ansiedad en todas sus dimensiones de cada uno de los atletas.
Además, para ver si el tratamiento en hipnosis implementado producía cambios en la percepción y sensación de confianza para realizar la competición, se les pasó un cuestionario antes y después de cada una de las dos intervenciones del tratamiento en hipnosis. El cuestionario es el siguiente:
Siento mi cuerpo relajado
Tengo pensamientos positivos
Me siento capaz de realizar la prueba bien
Creo que soy buen atleta
Siento que puedo hacer la prueba de manera excelente
Siento que podré llegar a la prueba en condiciones óptimas
2.4 Procedimiento
Se concertaron cuatro sesiones con el entrenador y los atletas, la primera sería informativa y para hacer las evaluaciones, en las dos sesiones siguientes, de una hora cada una, se haría la intervención y en la última se recogerían los resultados obtenidos.
Así en la primera sesión se les informó en que consistía la investigación, se les paso el SCAT (Sport Competition Anxiety Test), el I.S. (Índice de Sugestionabilidad creado por González Ordi y Miguel Tobal en 1999) y el cuestionario creado para conocer las características de la ansiedad de los deportistas en cuanto a las áreas fisiológicas, de pensamiento y motoras, para poder realizar las sugestiones más efectivas.
Así la segunda sesión se empieza la intervención consistente en una inducción de fijación ocular con relajación, la profundización de la montaña, y las sugestiones específicas de relajación y algunas de autoconfianza, y acaba con una clave posthipnótica. Además, antes y después de la intervención, se entrega el cuestionario anteriormente comentado para ver los cambios que ha habido gracias a la intervención.
Hacemos una transcripción del protocolo de la inducción utilizado en esta investigación:
FIJACION OCULAR COMO TECNICA DE RELAJACION de André M. Weitzenhoffer, 1957( citado en el texto de González Ordi (2010): Hipnosis Clínica: Fundamentos y Aplicaciones, apuntes del curso del Colegio Oficial de Psicólogos: El Empleo de la Hipnosis en el Tratamiento de la Ansiedad y el dolor crónico.
“Quiero que mire hacia arriba a un punto del techo y que fije en él la vista. Servirá cualquier punto. Puede imaginar uno al que le resulte cómodo mirar. No se preocupe si los ojos se desvían o parpadean. No tiene importancia. Si le ocurriera eso, vuelva los ojos hacia el punto y continúe mirándolo fijamente. No se ponga tenso/a. Relájese y preste atención a mi voz, solamente a lo que yo le vaya diciendo. Quiero que se relaje. Piense en relajarse y se relajará más y más. A medida que continúe mirando al punto y escuchando mi voz, su cuerpo se relajará. Sus pies se están relajando, sus piernas se están relajando, sus manos y sus brazos se están relajando, todo su cuerpo se está relajando. Verá que se siente amodorrado. Escuche sólo mi voz… le hace sentir cada vez más amodorrado y somnoliento. Usted siente una sensación de pesadez que invade todo su cuerpo. Su cuerpo se hace más pesado, muy p-e-s-a-d-o. Sus manos se sienten p-e-s-a-d-a-s. Sus brazos se sienten p-e-s-a-d-o-s. Sus manos y sus brazos están pesados. Sus pies se sienten p-e-s-a-d-o-s. Sus piernas se hacen p-e-s-a-d-a-s. Todo su cuerpo se está sintiendo cada vez más p-e-s-a-d-o, m-u-y p-e-s-a-d-o. Usted se encuentra a-m-o-d-o-r-r-a-d-o/a, s-o-m-n-o-l-i-e-n-t-o/a. Le invade una sensación agradable de calor y adormecimiento. Ya va a dormirse… profundamente… totalmente… Una agradable sensación de calor invade todo su cuerpo, como cuando duerme… Sus párpados pesan… cada vez están más p-e-s-a- d-o-s, tan pesados que usted siente como si se estuviera durmiendo. Piense en dormir y nada más que en dormir. Pronto va a dormirse… mi voz hace que se duerma… le hace desear dormirse… le hace querer dormir… Sus ojos están cansados… sus párpados se sienten pesados… se están cerrando. No puede mantener los ojos abiertos. Se cierran. Dentro de unos momentos no le será posible mantenerlos abiertos. Ahora tiene usted mucho s-u-e-ñ-o… Sus ojos están tan p-e-s-a-d-o-s que no puede mantenerlos abiertos. Se cierran, se cierran, más y más, más y más… [Si el terapeuta observara que el paciente no cierra los ojos, proceda a decirle en un tono firme de voz: «Muy bien, ahora cierre los ojos y escuche con toda atención lo que le vaya diciendo». Luego continúe:]… ahora sus ojos están cerrados y usted está durmiendo profundamente… ya están cerrados y usted entra en un sueño profundo… un sueño cada vez más y más p-r-o-f-u-n-d-o, un sueño más y más p-e-s-a-d-o… no escuchará nada más que el sonido de mi voz. No despertará hasta que yo se lo indique. Nada le molestará. Cada vez que en el futuro yo diga la palabra «sueño», usted pasará inmediatamente a un sueño profundo. Se dormirá profundamente… m-u-y p-r-o-f-u-n-d-a-m-e-n-t-e…
La intervención sigue con la profundización de la Técnica del Descenso por la Montaña de H. González Ordi, (2001) (citado en Hipnosis Clínica: Principios y Aplicaciones) .La técnica sigue el procedimiento de utilizar metáforas de profundización. Así mismo, incluye la administración de gran cantidad de detalles sensoriales que favorecen la implicación emocional del paciente.
«Ahora, imagínate que te encuentras en lo alto de una montaña en un día muy caluroso de primavera. Te encuentras en lo alto de la montaña y debajo de ti se extiende un valle muy verde y frondoso. Por el valle discurre un pequeño río de montaña de aguas muy claras y muy limpias. Alrededor tuyo puedes ver el bosque de montaña con los distintos tipos de árboles, arbustos, matorrales, flores, etc. Respiras profundamente y puedes sentir el aire puro y fresco de la montaña entrando en tus pulmones y haciendo que te relajes un poco más. Vamos a empezar a descender por la montaña en dirección al río. A medida que vaya contando de 1 a 20, iremos descendiendo progresivamente hacia el río y, a medida que descendamos por la montaña, tu te irás sintiendo más y más profundamente relajado… más y más profundamente dormido… más y más profundamente tranquilo. 1… empezamos a descender… 2… siente al caminar, la hierba fresca bajo tus pies… 3… 4… siente como según desciendes, la brisa fresca azota tu cara y hace que te sientas más y más relajado… más y más tranquilo… 5… a medida que caminas hacia abajo puedes oler los distintos aromas del campo… pinos… abetos… flores… 6… todo es multicolor… verdes de distintas tonalidades… amarillos… azules… marrones… 7… vamos descendiendo a tú ritmo… 8… a medida que descendemos, tu te vas relajando más y más profundamente… 9… puedes oír el canto de los pájaros del bosque… los distintos sonidos de la naturaleza… 10… ya estamos aproximadamente a mitad de camino… te encuentras diez veces más profundamente relajado y tranquilo que antes… 11… a medida que descendemos, profundizas en un estado de relajación aún más profundo si cabe… 12… 13… 14… 15… sientes en tu cara el calor del sol… un sol intenso y amarillo… 16… al mismo tiempo ya estamos mucho más cerca del río y empiezas a notar el frescor de sus aguas en el ambiente… 17… estás más profundamente relajado y tranquilo… 18… a medida que el río está más cerca tu te encuentras más profundamente relajado y tranquilo… 19… ya casi hemos llegado… notas el rumor del agua del río al correr entre las rocas… 20… hemos llegado a la ribera del río… puedes ver el río bajo tus pies… sus aguas claras, limpias y frescas… tan limpias que casi puedes ver el fondo del río. Escuchas ahora muy claramente el rumor de sus aguas al pasar entre las rocas… es un rumor rítmico… cadencioso… relajante… adormecedor. Estas veinte veces más profundamente relajado y tranquilo que antes. El descenso por la montaña te ha producido sed, mucha sed. Nota como tu boca está reseca, como te cuesta tragar saliva, como tu garganta está seca… (ver respuesta del paciente del tipo humedecimiento de sus labios, movimientos de deglución, etc)… es un día muy caluroso y tienes mucha sed. La única manera de aliviar esa intensa sed es beber un poco de agua del río. A medida que yo cuente de 1 a 3, extenderás tu mano hacía el río, cojeras un poco de agua, te la llevaras a la boca y beberás. Esto hará que te relajes aún más profundamente. 1… extiende tu mano y nota como al introducirla en el río, el agua fría hace que tus dedos se entumezcan… 2… coge el agua con la palma de tu mano y llévala a la boca… 3… bebe y siente como el agua fresca inunda tu boca, baja por tu garganta y va mitigando la sed hasta hacerla desaparecer… nota como al desaparecer la sed te sientes más relajado y tranquilo que antes… Ahora que la sed ha desaparecido, túmbate boca arriba en la hierba, cerca del río. Siente el frescor de la hierba verde bajo tu cuerpo. Mira hacia el cielo… un cielo de un azul intenso… tal vez como no lo hayas visto antes en tu vida… observa que hay algunas nubes de diversos tonos blancos y grisáceos… mira sus formas con atención… formas que excitan tu imaginación… formas que cambian con el viento… deja tu mente volar… siéntete a gusto… tranquilo y relajado… profundizando un poco más en el estado en el que te encuentras en estos momentos… dejándote llevar…».
Siguiendo las fases del proceso hipnótico, ahora se les dió a los sujetos las sugestiones específicas de autoconfianza :
“ Ahora que estás profundamente relajado, tranquilo, notas una sensación placentera, estás bien…notas como tu mente está tranquila, tú estás tranquilo…tranquilo y relajado…tu cuerpo también estás tranquilo…
Y ahora quiero que te venga a tu mente algún momento de tu vida
en el que sí que te has probado en una prueba
y saliste satisfecho…,
un momento en el que sentiste
que tú te aprobabas
y superabas esa competición,
y cuando lo tengas me dices “ya”.
Cuando terminaste la prueba
cuando saliste satisfecho de esa competición
quiero que seas consciente de qué te decías
Qué te dices cuando sales de esa prueba en la que tú te apruebas.
Cómo te ves
Cómo te ves desde fuera
Como se te ve cuando tú lo has superado…,
cuando tu estás satisfecho.
Quiero que te imagines… que sales se esa prueba
como ya te has imaginado…
con la sensación de confianza
que tú necesitas.
y como te ves a ti mismo…
una vez que has salido de esa prueba.
Así que estás en ese momento
en el que te sentías …
y te hablabas…
de una forma satisfactoria
confiando en cómo te van a salir las cosas
y sintiendo que pudiste…y pudiste.
A continuación se les dio una clave posthipnótica que se les sugirió de la siguiente manera:
“ A partir de ahora vas a poder producir esta sensación conseguida en esta sesión. Cada vez que pongas tu mano en la frente y cuentes hasta diez, volverás inmediatamente a este estado de tranquilidad, sincronía y confianza.”
Después de aplicar la clave posthipnótica se les sacó de hipnosis y se volvieron a inducir ellos mismos para ver si lo conseguían, y se les propuso que lo hiciesen durante una semana una vez al día durante cinco o diez minutos.
Después de que los atletas hubiesen practicado una semana a inducirse un estado de relajación y confianza, la tercera sesión incluyó una exposición imaginada, desde la semana antes de la prueba hasta que se realiza la competición, conjuntamente con sugestiones de confianza.
Los atletas se indujeron el estado tal y como lo habían practicado durante la semana y, gracias a la clave posthipnótica, los sujetos pudieron llegar a este estado ellos mismos y sin necesidad de hacer una inducción y una profundización. Después se realizaron la sugestiones específicas cuya transcripción es la siguiente:
“Ahora que te encuentras relajado…te concentras en mi voz… y te vas a ir a la semana antes de la competición, sabes que te queda una semana y sientes que todo va a funcionar…estás tranquilo, los pensamientos van en una sola dirección, sabes que lo vas a hacer bien.
Ya has vivido otras pruebas …no es la primera vez…
Y tu sabes como quieres salir …
de esa prueba…dentro de una semana
Hablándote de esa forma satisfactoria
Confiando en cómo te van a salir las cosas
Y sintiendo … que tu puedes ….y puedes
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella … y notas …que tu puedes
Y debajo de lo que haces…
está lo que es…
enfrentarte a algo que te parecía un gigante
y que a medida que tu te creces…te parece más pequeño
tan pequeño como tu quieras verle…
como tú necesites verle…
Ahora quiero que te vayas al día antes, mañana tienes la competición, y tú te encuentras tranquilo y relajado…sabes que el trabajo esté bien hecho, llevas el día con normalidad, crees en ti, crees en tus posibilidades…al llegar la noche, te das cuenta que tus pensamientos son positivos, te visualizas ganando…sabes que tienes muchas posibilidades, y te duermes tranquilamente, sabiendo que mañana cuando estés en la pista te sentirás seguro y dispuesto a dar lo mejor de ti mismo
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella…y notas …que tu puedes
Por la mañana te levantas, tienes esa sensación, son ganas de competir, de que llegue…estás muy tranquilo, tus pensamientos te dicen que vas a hacerlo bien, vas de camino a la competición…llegas a la pista…te cambias y pones los tacos…. sientes que estás relajado…concentrado…estás en la pista, estás observando el objetivo, concentrado, sientes que tu cuerpo esta ligero, como una pluma, y esta listo para empezar… ….
La fuerza y el tesón…que tienes contigo…
también están presentes en este momento..
mientras visualizas la pista
todo esta apunto para empezar
Tu eres el que pone el esfuerzo…
Tú eres quien lucha
Tú eres quien aprueba esa prueba.
Y tu puedes con ella…y notas que tu puedes…
¡ Empieza la carrera!
Y notas que estás a punto
Y a medida que avanzas ..estas más a punto …a punto
Y notas que tu puedes … que puedes más …
Y ya sales de la prueba
y pudiste …y pudiste.
Y ahora abres los ojos …cuando tu quieras
con esa sensación … de que puedes
Ahora que tienes la capacidad para estar en este estado de confianza, vamos a simplificarlo, cerrando el puño de tu mano no dominante podrás volver a este estado directamente….siempre que quieras…”
Se les dice que una vez al día lo utilicen, que cierren el puño y se expongan a la situación, para practicarlo, hacer bien el condicionamiento y poder utilizarlo el día de la competición
La cuarta y última sesión se dedicó a recoger los datos de los test que había dado la intervención, a conocer el entrenamiento propio de cada atleta durante la semana, y a resolver dudas.
.
2.5 Resultados.
Acontinuación vamos a analizar los resultados obtenidos de nuestra muestra y así veremos si hemos logrado el objetivo de disminuir la ansiedad que nos propusimos.
Item 1
DESCRIPTIVES VARIABLES=C11pre C11post C21pre C21post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C11pre | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,894 |
C11post | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C21pre | 6 | 2 | 3 | 2,67 | ,516 |
C21post | 6 | 3 | 4 | 3,67 | ,516 |
N válido (según lista) | 6 |
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C11pre C11post C21pre C21post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
C11pre-c11post-c21pre-c21post
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C11pre | 1,17 |
C11post | 3,17 |
C21pre | 2,00 |
C21post | 3,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 15,923 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,001 |
a. Prueba de Friedman |
C11pre-c11post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C11pre C11post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C11pre | 1,00 |
C11post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C21pre-c21post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21pre C21post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21pre | 1,00 |
C21post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C11pre-c21post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21post C11pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21post | 2,00 |
C11pre | 1,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C21pre-c11post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C21pre C11post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C21pre | 1,17 |
C11post | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 2
DESCRIPTIVES VARIABLES=C12pre C12post C22pre C22post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos.
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C12pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C12post | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C22pre | 6 | 2 | 4 | 2,83 | ,753 |
C22post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C12pre-c12post-c22pre-c22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12pre C12post C22pre C22post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12pre | 1,25 |
C12post | 3,00 |
C22pre | 2,08 |
C22post | 3,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 14,755 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,002 |
a. Prueba de Friedman |
C12pre-c12post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12pre C12post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12pre | 1,00 |
C12post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C22pre –c22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C22pre C22post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C22pre | 1,08 |
C22post | 1,92 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C12pre-C22post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C22post C12pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | ||
Rango promedio | ||
C22post | 2,00 | |
C12pre | 1,00 | |
Estadísticos de contrastea |
|
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C12post-C22pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C12post C22pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C12post | 1,75 |
C22pre | 1,25 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
Ïtem3
DESCRIPTIVES VARIABLES=C13pre C13post C23pre C23post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos |
|||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C13pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C13post | 6 | 2 | 3 | 2,83 | ,408 |
C23pre | 6 | 3 | 3 | 3,00 | ,000 |
C23post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C13pre-c13post-c23pre-c23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13pre C13post C23pre C23post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13pre | 1,25 |
C13post | 2,33 |
C23pre | 2,58 |
C23post | 3,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 15,188 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,002 |
a. Prueba de Friedman |
C13pre-C13post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13pre C13post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13pre | 1,17 |
C13post | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
C23pre-C23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C23pre C23post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C23pre | 1,08 |
C23post | 1,92 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C13pre-c23post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C23post C13pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C23post | 2,00 |
C13pre | 1,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C13post-C23pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C13post C23pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C13post | 1,42 |
C23pre | 1,58 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 1,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,317 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 4
DESCRIPTIVES VARIABLES=C14pre C14post C24pre C24post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0]
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C14pre | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,632 |
C14post | 6 | 1 | 3 | 2,00 | ,632 |
C24pre | 6 | 2 | 3 | 2,67 | ,516 |
C24post | 6 | 3 | 3 | 3,00 | ,000 |
N válido (según lista) | 6 |
C14pre-C14post-C24pre-c24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14pre C14post C24pre C24post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14pre | 1,75 |
C14post | 1,75 |
C24pre | 3,00 |
C24post | 3,50 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 13,154 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,004 |
a. Prueba de Friedman |
C14pre-C14post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14pre C14post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0]
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14pre | 1,50 |
C14post | 1,50 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | . |
gl | 1 |
Sig. asintót. | . |
a. Prueba de Friedman |
C24pre-C24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C24pre C24post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C24pre | 1,33 |
C24post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C14pre-C24post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C24post C14pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C24post | 1,92 |
C14pre | 1,08 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 5,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,025 |
a. Prueba de Friedman |
C14post-C24pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C14post C24pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C14post | 1,17 |
C24pre | 1,83 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 5
DESCRIPTIVES VARIABLES=C15pre C15post C25pre C25post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C15pre | 6 | 1 | 2 | 1,67 | ,516 |
C15post | 6 | 1 | 2 | 1,83 | ,408 |
C25pre | 6 | 2 | 3 | 2,17 | ,408 |
C25post | 6 | 2 | 3 | 2,50 | ,548 |
N válido (según lista) | 6 |
C15pre-c15post-c25pre-c25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15pre C15post C25pre C25post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15pre | 1,83 |
C15post | 2,08 |
C25pre | 2,75 |
C25post | 3,33 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 9,581 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,022 |
a. Prueba de Friedman |
C15pre-c15post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15pre C15post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15pre | 1,42 |
C15post | 1,58 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 1,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,317 |
a. Prueba de Friedman |
C25pre-C25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C25pre C25post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C25pre | 1,33 |
C25post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C15pre-C25post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C25post C15pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C25post | 1,83 |
C15pre | 1,17 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 4,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,046 |
a. Prueba de Friedman |
C15post-C25pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C15post C25pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C15post | 1,33 |
C25pre | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
Ítem 6
DESCRIPTIVES VARIABLES=C16pre C16post C26pre C26post /STATISTICS=MEAN STDDEV MIN MAX.
Descriptivos
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Estadísticos descriptivos | |||||
N | Mínimo | Máximo | Media | Desv. típ. | |
C16pre | 6 | 2 | 3 | 2,50 | ,548 |
C16post | 6 | 2 | 3 | 2,83 | ,408 |
C26pre | 6 | 3 | 4 | 3,33 | ,516 |
C26post | 6 | 3 | 4 | 3,83 | ,408 |
N válido (según lista) | 6 |
C16pre-c16post-c26 pre-c26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C16post C26pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,50 |
C16post | 1,92 |
C26pre | 2,83 |
C26post | 3,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 14,152 |
gl | 3 |
Sig. asintót. | ,003 |
a. Prueba de Friedman |
C16pre-C16post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C16post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,33 |
C16post | 1,67 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 2,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,157 |
a. Prueba de Friedman |
C26pre-C26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C26pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C26pre | 1,25 |
C26post | 1,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
C16pre-C26post
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16pre C26post /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16pre | 1,00 |
C26post | 2,00 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 6,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,014 |
a. Prueba de Friedman |
C16post-c26pre
NPAR TESTS /FRIEDMAN=C16post C26pre /MISSING LISTWISE.
Pruebas no paramétricas
[Conjunto_de_datos0] C:\Documents and Settings\e102934\Escritorio\spssitem1.sav
Prueba de Friedman
Rangos | |
Rango promedio | |
C16post | 1,25 |
C26pre | 1,75 |
Estadísticos de contrastea | |
N | 6 |
Chi-cuadrado | 3,000 |
gl | 1 |
Sig. asintót. | ,083 |
a. Prueba de Friedman |
2.6 Limitaciones del estudio
Las limitaciones con las que nos encontramos fueron varias; la primera dificultad ha sido el hecho de que la investigación ha consistido en una intervención psicológica y, otra limitación fue el tamaño de la muestra, seis atletas, una muestra pequeña y no representativa, ya que tuve una gran dificultad para encontrar deportistas de alto rendimiento que aceptaran colaborar en la investigación.
Por otra parte, el hecho de que, de esos seis atletas, algunos no tuviesen la ansiedad muy alta supuso, también, una limitación, ya que es difícil disminuir la ansiedad precompetitiva cuando partimos ya de niveles bajos de ansiedad.
Pero es probable que los atletas se llevasen consigo una herramienta muy útil y eso nos congratula.
BIBLIOGRAFÍA:
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Barber, T. X. y Wilson, S.C. (1978) “The Barber Suggestibility Scale and the Creative Imagination Scale”, American Journal of Clinical Hypnosis, 21.
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