El valor de ser sobre hacer: Mindfulness en terapias conductuales como un nuevo enfoque
Tradicionalmente los desequilibrios emocionales y mentales que generan trastornos psicológicos han sido tratados mediante el conductismo. Visto bajo un punto de vista clínico que convierte al paciente en una simple estadísticas. En ocasiones útil, pero en otras tantas, no. De esta forma muchos pacientes no alcanzan a superar su condición o al menos hacer sus vidas más llevaderas. La aplicación asistida de mindfulness en terapias conductuales ha demostrado ser una alternativa menos invasiva para lidiar con los trastornos. Además de significar un escape a la tensión que padecer alguna condición supone.
Muchos escépticos se resisten a la experimentación del mindfulness como alternativa al conductismo por considerarlas ritualistas o religiosas. No obstante, su efectividad ha sido garantizada por muchos terapeutas centrados en trastornos derivados de alteraciones mentales. Hoy día muchos especialistas han confiado en la implementación de terapias basadas en mindfulness; hasta el punto de ser denominadas dentro de la comunidad científica como “terapias de tercera generación”. Permitiendo dar un paso al frente en la evolución de los tratamientos cognitivo conductuales y desmontando paradigmas en torno a este campo.
La premisa de las terapias de atención plena y su aplicación como alternativa a las terapias conductuales se centran en la autocompasión. En la aceptación humilde y sin juicios de la situación que se atraviesa. No se trata simplemente de aceptar tus pensamientos. En su ejercicio, mindfulness logra establecer una estructura mucho más compleja y profunda. Logrando establecer todo un recorrido que no solo permea las emociones, los pensamientos y las experiencias. Sino qué consigue erigir y definir todo un espectro de nuevos valores y principios desde un planteamiento cognitivo.
¿Incorporar mindfulness en terapias conductuales es posible?
Más allá de significar un compilado de técnicas efectivas para experimentar conscientemente el momento presente; las prácticas de atención plena suponen hacerse con una actitud más sincera y libre para enfrentar la vida. Hoy podemos asegurar que en cuanto a alteraciones psicológicas, la terapia conductual con mindfulness es una gran opción. Promoviendo la adquisición de hábitos saludables en pro de afrontar aprensivamente el problema. Esto tras fortalecer las capacidades con las que contamos para adaptarnos al cambio y a las situaciones inesperadas. Reconociendo la importancia del individuo en un entorno social que fácilmente nos empuja hacía la distracción y la desconexión personal.
Adquirir una conciencia plena basada en las terapias de mindfulness se traduce en fijar un estado de autorregulación de la atención constante. Basado en esto, la voluntad es indispensable para establecer un protocolo terapéutico bien enfocado. Abriendo los brazos a la curiosidad y la aceptación como principales aliados en el ejercicios de la exploración interior.
Comprendiendo las posibilidades de desarrollo experimentadas mediante la implementación de mindfulness en terapias conductuales bien enfocadas. Y ofreciendo una alternativa a las terapias tradicionales basadas en el diálogo socrático y el uso de psicofármacos. Estamos frente a un fenómeno que promete para muchos una vida más digna, acorde con sus valores y armónica.
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