Neurofeedback
El Neurofeedback es una herramienta, no farmacológica, de modificación funcional de nuestro sistema nervioso.
Es un proceso que nos da acceso al dominio eléctrico del funcionamiento del cerebro mediante el entrenamiento de las ondas cerebrales, para que trabajen en frecuencias más estables y silenciosas.
Mediante un dispositivo y software nos permite ser conscientes, en tiempo real, de nuestra actividad eléctrica cerebral, la cual está relacionada con nuestros pensamientos, atención, emociones y estado de conciencia.
Nuestro cerebro, gracias al mecanismo neurobiológico de la plasticidad neuronal, contiene la capacidad de adaptarse, modularse y aprender.
A pesar de que el conocimiento de la relación entre el cerebro y la actividad mental tiene fecha del siglo XIX, es en 1929, cuando un psiquiatra alemán, Hans Berger, deduce que las ondas cerebrales pueden medirse mediante electrodos. A partir de entonces se considera a Berger como el padre de la electroencefalografía (EEG).
Diferentes investigadores comienzan a correlacionar estados de conciencia (vigilia, sueño, somnolencia, relajación, meditación), con determinadas ondas y localizaciones cerebrales.
En los años 60, Joe Kamiya, profesor de la Universidad de Chicago, implicó un voluntario que debe emitirse ondas alfa (8-13 Hz) y confirmó así la capacidad de controlar sus propias ondas cerebrales. Años más tarde, Barry Sterman, en estudios con gatos y el fenómeno de la epilepsia, descubre el ritmo sensoriomotor, relacionado con el córtex somatosensorial. Sterman destaca también por estudiar los ritmos cerebrales de los pilotos del B-2, descubriendo diversos ciclos cerebrales de gran interés.
A lo largo de las décadas la investigación científica del cerebro ha ido evolucionando y el entrenamiento cerebral, a través del recondicionamiento de las ondas cerebrales permite que el cerebro aprenda y se entrene.
Aprender implica establecer conexiones entre un estímulo y su respuesta, y a medida que la repetición del estímulo se practica, mayor es la relación y unión entre estímulo y respuesta.
A través del refuerzo en el entrenamiento de neurofeedback, desarrollamos una conciencia que permite observarnos y de ahí regular o cambiar nuestros estados mentales.
La evidencia científica de esta técnica ha ido creciendo a lo largo de los años. Sterman aplicó el neurofeedback para el tratamiento de la epilepsia, Joel Lubar en el año 1984 para el TDAH, Kamiya y Budzynski, en el 78, para la ansiedad. Jay Gunkleman, a través del mapeo cerebral, comenzó a utilizar bases de datos poblacionales comparados con los de grupos con patologías para buscar patrones específicos de activación en sujetos sanos y enfermos. Elmer Green en 1977, investigó las ondas theta y su relación con el yoga y la meditación.
En esta vía destacan los trabajos de Maxwell Cade, quien creó dispositivos concretos de neurofeedback para la relajación o introspección profunda. Gene Peniston, investiga el tratamiento de neurofeedback para el alcoholismo, Nancy White para el trauma y otros como Othmer, Femi y Cranes son escritores de renombre que dedicando su vida a la investigación, han permitido el avance del neurofeedback.
Al mismo tiempo, el desarrollo de software de usuarios avanzados y disponibles para el público en general han provocado un auge de esta terapia de vanguardia.
La International Society for Neurofeedback Research (ISNR) y la Biofeedback Certification International Alliance (BCIA), son las asociaciones que velan por los estándares internacionales del Neurofeedback, en donde investigadores, profesionales, clínicos y educadores se citan anualmente para compartir descubrimientos y avances.
Sebern F. Fisher
Psicóloga y directora clínica del programa de tratamiento residencial, ha integrado el Neurofeedback a los pacientes con traumas del desarrollo, de una manera fundamentalmente nueva. La mayor parte de ellos sufren, repercusiones múltiples permanentes del trauma del desarrollo. Se les ha ofrecido, tanto a adolescentes como a adultos, una amplia gama de diagnósticos: trastorno por estrés postraumático (TEPT), trastorno de apego, trastorno de identidad disociativo (TID), trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), trastorno de la conducta, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno límite de la personalidad (TLP), trastorno narcisista de la personalidad, síndrome de Asperger, trastorno de la conducta alimentaria, trastorno bipolar y abuso de sustancias.
Aunque vinieron a recibir terapia con distintos diagnósticos y se consideraba que casi todos sufrían comorbilidades, tenían historias similares, entre las que se incluían el fracaso del apego, el abuso sexual, la negligencia, físico o emocional, etc. Todos ellos compartían el problema principal de la desregulación afectiva.
Como el entrenamiento en neurofeedback alivia y calma el miedo, los síntomas de estos trastornos se reducen de modo significativo en la mayor parte de los casos.
Base del Neurofeedback
- El neurofeedback cambia el centro de nuestra atención de la mente al cerebro.
- El cerebro se organiza a sí mismo de manera rítmica en el dominio de la frecuencia, y es ahí donde reside la plasticidad del cerebro.
- Accedemos a estos ritmos a través de una clase de biofeedback, informatizado del cerebro denominado neurofeedback.
- El miedo es la emoción central y la principal disritmia en el trauma del desarrollo. Si no se aborda el circuito del miedo del cerebro directamente, el trauma del desarrollo ofrece una gran resistencia al tratamiento.
Debemos entender las complejidades de los problemas del apego y del trauma del desarrollo, y sobre la función que el neurofeedback puede desempeñar en su mejoría.
Casi siempre pensamos en el cerebro en términos de sus otros dominios químicos y físicos fundamentales. Pero su capacidad para cambiar y aprender, parecen residir en sus propiedades eléctricas y oscilatorias.
El Director del Instituto Nacional de Salud Mental, Thomas Insel, advierte que las últimas investigaciones muestran que el mal funcionamiento de circuitos enteros puede ser la base de muchos trastornos mentales.
La técnica del Neurofeedback sugiere que la plasticidad cerebral reside en las oscilaciones eléctricas del cerebro, a las que tenemos acceso a través del entrenamiento de las ondas cerebrales.
El Neurofeedback promueve un cambio positivo, sobre todo de su capacidad para calmar la excitación repetitiva del circuito del miedo. Cuando se alivia el miedo, los pacientes pueden comenzar a vivir su propia vida. Sienten un aumento de la ecuanimidad y de la empatía.
El cerebro bien regulado da lugar a un “yo” sin miedo a amar. Es una tecnología y una intervención relacional.