Niños con TDAH: trastorno por deficiencia de atención e hiperactividad
Los niños con TDAH (trastorno por deficiencia de atención e hiperactividad) sufren una anormalidad en su sistema nervioso central que les provoca complicaciones para mantener la concentración en actividades que están desarrollando, además de comportamientos hiperactivos y/o sobre exaltados.
Estas condiciones, a su vez, pueden originar problemas en el desarrollo posterior, como desadaptación social, irregularidades anímicas y reducción del interés académico.
El tratamiento para estos trastornos abarca varias disciplinas con bases farmacológicas, incluyendo diferentes tipos de terapias. Sin embargo, Ipsia Psicología recomienda que los métodos de trabajo con el paciente contengan la menor carga de fármacos posible.
Es por esto que la alternativa de tratar al niño con la exclusión de algunas sustancias al tiempo que se agregan ciertos alimentos a su dieta parece una de las técnicas más favorables para ayudar a reducir sus síntomas de su alteración de forma natural.
Niños con TDAH: Ben Feingold y los aditivos
No se trata de un secreto milagroso para curar de forma permanente el TDAH, sino de unos lineamientos alimenticios que ayudarán al niño a tener una conducta más serena y a nutrirse mejor.
Ben Feingold, pediatra y alergólogo norteamericano, ideó una dieta hace más de 30 años con la intención de prevenir algunas alergias en los infantes.
Este régimen consistía en la erradicación de todos los aditivos (conservantes, potenciadores de sabor, colorantes artificiales, …) y los salicilatos (familia del ácido acetilsalicílico que se presenta en algunas frutas y verduras) de las comidas diarias de los niños.
Las pruebas arrojadas en un grupo de estudio demostraron que además de mejorar las alergias en los niños, estos también apreciaron variaciones positivas en sus conductas. Síntomas naturales del TDAH, como turbación, falta de concentración e hiperactividad, mejoraron mucho en niños cuyas dietas fueron ajustadas según Feingold.
En experimentos posteriores se comprobó cómo con ciertas sustancias aumentaban el nerviosismo y la fragilidad conductual de niños que no sufrían del trastorno, a pesar que los resultados no eran iguales en todos los casos.
A modo de conclusión se estableció que mezclar ciertos colorantes artificiales con otras sustancias influye directamente y de forma negativa en la conducta y el desenvolvimiento cotidiano de los niños. Esto ha sido ampliamente estudiado, desde entonces, por nutricionistas que pretenden explicar por qué y cómo afectan los alimentos en el desarrollo infantil.
La dieta de la serenidad para niños con TDAH
La base de este régimen se haya en la condición de suprimir todo alimento que contenga en su composición química salicilicatos, colorantes, aditivos sintéticos y aquellas sustancias que usualmente se añaden a los comestibles procesados.
De cualquier forma, lo más recomendable es que haya un profesional al tanto de supervisar estas jornadas, sobretodo tratándose de niños.
Evitar: manzanas, tomates, almendras, trigo, cítricos, maíz, soja, lácteos, huevos o frutas del bosque. Estos alimentos son ricos en salicilatos. Tampoco colorantes, aspartamo, potenciadores, conservantes sintéticos (BHA, BHT, THQ).
Potenciar: pescado, aceite de oliva, omega 3 y omega 6; vitaminas A, C y E, minerales como calcio, hierro, magnesio y zinc; aminoácidos en huevos, leche y cereales integrales; té verde, solo para niños mayores.