Psicología de las emociones: El asco

El asco

El asco

El asco es una emoción básica que hemos sentido todos a lo largo de nuestra vida, la generamos cuando algo no nos gusta. Se trata de una emoción negativa.

A pesar de que es algo que todos sentimos con bastante frecuencia, mucha gente no sabe exactamente qué es o las consecuencias que tiene.

¿A qué llamamos asco?

El asco es una impresión desagradable que es originada por algo que nos repugna, que nos asquea. Algunos de los sinónimos más usados son: repulsión, repugnancia, desagrado, aversión, grima, animadversión o aborrecimiento.

Es importante establecer qué hace que algo nos resulte asqueroso o repulsivo. Las cosas más comunes que suelen producir esta emoción son: alimentos podridos, alimentos que no nos gustan, falta de higiene, olores fuertes, fluidos corporales de otras personas o animales, algunos animales como las ratas, etc.

Aparte de esto, cuando algo nos causa esta sensación entran en juego dos leyes:

-Ley de similitud. Todas las cosas que son parecidas a lo que nos da asco o las que comparten características con lo que nos da asco, también se convierten en cosas repulsivas. Por ejemplo, cuando le tenemos asco a las ratas probablemente también se lo tendremos a los ratones, por su similitud.

-Ley de contagio. Cuando algo nos produce asco procuramos que ninguna cosa que nos guste esté en contacto con lo que nos da asco. Si alguien les tiene asco a las naranjas procurará que nada de lo que coma haya estado en contacto con las naranjas con la finalidad de que los otros alimentos que sí le gustan no se contagien o contaminen.

Por consiguiente, los estímulos que para nosotros son aversivos son los desencadenantes del asco. Esta aversión en la mayoría de las ocasiones es creada por un condicionamiento.

El asco está directamente relacionado con el miedo porque inmediatamente después de sentir asco, sentimos miedo y el miedo es el que hace que nos distanciemos de la cosa que nos da asco.

¿Para qué sirve el asco?

El asco como otras emociones, como el miedo o la ansiedad, tiene una función de supervivencia, o sea, sentimos asco ante estímulos que pueden ser peligrosos para nosotros y que pueden comprometer nuestra salud, como una comida en mal estado, etc.

Por lo que se podría decir que es una emoción que está orientada a la supervivencia, una emoción básica y a la vez es universal, ya que es una emoción que experimentan todas las especies en mayor o menor medida.

En el ser humano se da una peculiaridad respecto al asco y es que también es modulada culturalmente, por lo que, determinados alimentos en una cultura determinada están ampliamente aceptados y no provocan asco mientras que en otras culturas producen asco y repugnancia.

Consecuencias del asco en nosotros

El asco produce una serie de cambios tanto físicos como psicológicos:

-Físicos. Malestar gastrointestinal en forma de vómitos o arcadas, se nos activa el sistema nervioso parasimpático, se produce tensión muscular, aumento de la respiración, etc.

-Psicológico. Sentimos ansiedad, necesidad de escapar o de huir, repugnancia, etc.

También se producen una serie de cambios en el rostro. A nivel de expresiones faciales, cuando sentimos asco solemos fruncir la nariz y el ceño, elevar la barbilla y las mejillas. Todos estos cambios faciales están encaminados a comunicar e informar a los que nos rodean de que hay algo, ya sea comida, olores, animales etc., que pueden ser peligrosos. 

Asco contra la fobia

En numerosas ocasiones, el asco puede derivar en fobia. Pero los síntomas de la fobia suelen ser mucho más graves y suelen interferir en la vida diaria de las personas.

Los síntomas característicos de la fobia son: miedo o malestar cuando se está en presencia de una cosa o una situación concreta, el miedo o la ansiedad es mucho mayor al esperado para esa situación, este miedo es y todo esto causa malestar clínicamente significativo.

Se podría decir que, en el asco, el miedo no interfiere en la vida diaria y en la fobia sí. Esta sería la principal diferencia entre ambas.

El asco en la psicopatología

El asco y la fobia están relacionadas. Una persona que tiene asco no tiene por qué tener una fobia, pero una persona con fobia probablemente tendrá asco. Una persona que tiene fobia a las arañas posiblemente sea porque les tiene asco y miedo. Y, una persona con fobia a la sangre, les tendrá asco y miedo a las secreciones de color rojo.

El asco también puede estar presente en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), en este las personas tienen asco a la contaminación, a la suciedad, a la enfermedad, etc. Sin embargo, como en el caso de la fobia, este asco interfiere significativamente en la vida diaria de las personas y va más allá.

¿Cómo hacer frente al asco?

Cuando algo nos da asco lo que solemos hacer es evitarlo.

El organismo, como medio de protección, genera una reacción de asco cada vez que ve algo que no le gusta.

El asco en un primer momento es adaptativo, pero con el paso del tiempo se puede convertir en un problema.

Algunas de las cosas que podrías hacer para hacerle frente al asco son:

-Entiende lo que es el asco. Antes de nada, sería importante entender lo que es el asco, cuáles son sus mecanismos de funcionamiento y qué consecuencias tiene para el organismo.

-Acepta que lo que evitas es importante para ti. Es importante que entiendas por qué tienes que hacerle frente al estímulo aversivo.

-Relajación. Si el estímulo aversivo te genera ansiedad es probable que las técnicas de relajación, te ayuden a relajarte.

-Respiración. Antes de enfrentarte a lo que te da asco puedes realizar alguna técnica de respiración con el objetivo de relajarte.

-Exponte gradualmente. La manera de hacerle frente al asco es exponerse gradualmente a lo que nos da asco. Para ello, lo recomendable sería que primero te aproximaras a cosas parecidas y después realizaras la exposición final.

Exposición final. Del mismo modo que en el caso anterior, la persona tendrá que ir incluyendo el estímulo aversivo en su vida.

Conclusiones

Resumiendo, el asco es una emoción negativa que se produce cuando existe un estímulo que es repulsivo. Además, está directamente relacionado con el miedo. Aun así, en muchas ocasiones tiene una función, ya que, como la ansiedad, puede ayudarnos a sobrevivir.

Cuando se produce la emoción de asco se generan en nosotros una serie de modificaciones físicas y psicológicas. Es importante diferenciar el asco de la fobia, la principal diferencia es que la segunda interferirá significativamente en la vida de las personas y el primero no tanto.

En Ipsia Psicología, contamos con psicólogos expertos en este tema, que te ayudarán en lo que necesites.