Biografía de Beck
Aaron Temkin Beck, nacido en Providence, Rhode Island, el 18 de julio de 1921, es un psiquiatra y profesor estadounidense. Presidente del Beck Institute for Cognitive Therapy and Research y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pensilvania. Se graduó en la Universidad de Brown en 1942 y en la Escuela de Medicina de Yale en 1946. En los años 1960 desarrolló el sistema de psicoterapia llamada Terapia Cognitiva, conocida también como Terapia Cognitivo Conductual o «TCC«.
Se le considera el padre tanto de la terapia cognitiva como de la terapia cognitivo-conductual. Sus pioneras técnicas se usan ampliamente en el tratamiento de la depresión clínica y diversos trastornos de ansiedad. Asimismo, también desarrolló medidas de autoinforme de depresión y ansiedad, en particular Beck Depression Inventory (BDI), que se convirtió en uno de los instrumentos más usados para medir la gravedad de la depresión.
En 1994, él y su hija, la psicóloga Judith S. Beck, fundaron el Beck Institute for Cognitive Behavior Therapy, una organización sin ánimo de lucro, que brinda tratamiento, capacitación e investigación de la TCC. Beck, en la actualidad, es presidente emérito de la organización. Beck se destaca por su investigación en psicoterapia, psicopatología, suicidio y psicometría. Ha publicado más de 600 artículos en revistas profesionales y es autor o co-autor de 25 libros.
Fue nombrado como uno de los «estadounidenses en la historia que dieron forma al rostro de la psiquiatría estadounidense», y uno de los «cinco psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos» por The American Psychologist en julio de 1989. Su trabajo en la Universidad de Pensilvania inspiró a Martin Seligman a pulir sus propias técnicas cognitivas y a trabajar sobre la indefensión aprendida.
Niñez
Aaron Beck fue el más pequeño de sus tres hermanos. Los padres de Beck eran inmigrantes judíos. El nacimiento de Beck se vio precedido del fallecimiento de su hermana, debido a una epidemia de gripe, situación que sumió a la madre de Beck en una grave depresión. Durante su infancia, Beck sufre una enfermedad grave causada por una infección en un brazo roto. Sin embargo, aprendió como afrontar cognitivamente sus miedos y problemas, siendo lo que inspiró en años posteriores su teoría y sus terapias.
Formación
Estudió en la Universidad de Brown, graduándose en 1942. Aquí fue elegido miembro de la Sociedad Phi Beta Kappa, fue editor asociado del diario Brown Daily Herald, y recibió el Francis Wayland Scholarship, el Premio de Excelencia en Oratoria de William Gaston y el Premio de Ensayo de Philo Sherman Bennett.
A principios de los años 1960 cuando era psiquiatra en la Universidad de Pensilvania, desarrolló la Terapia Cognitiva. Debido a su instinto científico e investigador, puso a prueba algunas hipótesis acerca de las ideas psicoanalíticas implicadas en la depresión, diseñando y llevando a cabo diferentes experimentos. A pesar de que esperaba validar gran parte de los preceptos fundamentales de los psicoanálisis, se sorprendió al encontrar justo lo contrario.
Beck ingreso en la Escuela de Medicina de Yale y se graduó en 1946.
Estos estudios le llevaron a comenzar a buscar otras formas de conceptualizar la depresión. Trabajando con pacientes depresivos, se dio cuenta de que se caracterizaban por experimentar pensamientos negativos que invadían sus mentes de una forma espontánea. Denominó a estas cogniciones pensamientos negativos, y descubrió que por su contenido se podían clasificar en tres categorías: aquellas que hacían referencia a sí mismos, las que hacían referencia al mundo y finalmente las referidas al futuro.
Ayudó a sus pacientes a evaluar e identificar estos pensamientos y encontró que haciendo esto, eran capaces de evaluarlos de forma más realista, lo que conducía a que se sintieran mejor y se comportaran de un modo mucho más práctico.
A partir de entonces, el Dr. Beck y su equipo, han investigado la eficiencia de esta forma de la terapia cognitiva para tratar un amplio abanico de trastornos, como la depresión, ansiedad y trastornos de personalidad. Actualmente se sigue investigando con una gran cantidad de trastornos, como la esquizofrenia o el dolor crónico desde una perspectiva cognitiva.
A través de un cuidadoso estudio e innovadores métodos terapéuticos, fue pionero en una terapia que ha sido extensamente probada en más de 400 ensayos clínicos y ha demostrado ser eficiente para una amplia variedad de trastornos como la depresión, ansiedad, pánico, abuso de sustancias y trastornos de la personalidad.
Una serie de investigaciones se están realizando a día de hoy para calibrar su eficiencia como tratamiento primario o coadyuvante para la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión de hospitalización, el dolor crónico, estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo y problemas de relación, entre otros.
La Terapia Cognitiva, llamada también «TC», así como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), se han adaptado para varias poblaciones de niños en edad preescolar hasta de personas mayores, usándose en individuos, parejas, familia, y formatos de grupo.
Según la Asociación Americana de Psicología, Beck es uno de los cinco psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos. Es el único psiquiatra que ha publicado artículos tanto en el journal de la Asociación Americana de Psiquiatría como en el de la Asociación Americana de Psicología. Ha recibido premios y honores de asociaciones médicas, psiquiátricas y psicológicas.
En el 2006 recibió el Premio de Investigación Clínica de Lasker.
La Terapia Cognitiva de Aaron Beck
Beck es mundialmente conocido por haber desarrollado la Terapia Cognitiva, inicialmente para la Depresión y aplicada a otros muchos problemas psicológicos, demostrando una gran eficiencia terapéutica.
Según esta teoría, existe una clara relación entre los pensamientos de la persona (lo que se dice a sí misma sobre las situaciones que vive, sobre los demás, sobre la vida, sobre sí misma y sobre los problemas que presenta), y las emociones y los sentimientos que experimenta. Asimismo, esta reacción emocional influirá en la reacción comportamental de la persona ante esa situación, ante la conducta de otro, o ante los síntomas que experimenta, dependiendo del caso.
Cuando las emociones son muy negativas e intensas, nuestro comportamiento se ve entorpecido o se vuelve desadaptativo, de modo que los problemas se mantienen o empeoran.
Esto implica que, muchas veces, al no poder ser objetivos en una situación, podemos distorsionar la información de la que disponemos en un determinado momento, o sacar conclusiones negativas sin información suficiente o incluso ignorando otra información disponible más realista y constructiva. Cuando esto ocurre, cometemos errores en la interpretación o errores de razonamiento.
Hay personas que tienen más tendencia a cometer estos errores, influidos también por algunas creencias de base, generalmente aprendidas a través de la educación y de las experiencias previas. También se dan más errores de interpretación cuando se desarrollan los distintos trastornos psicológicos.
Esta explicación es importante de cara al tratamiento, que nosotros aplicamos de modo integrado con otras técnicas. Lo básico en esta terapia sería enseñar a la persona la relación situación-pensamientos automáticos ante la situación-sentimientos/emociones-comportamiento resultante. La persona practica la identificación de tales pensamientos, aprende a ver sus posibles errores de interpretación y, siempre con la guía de un psicólogo, aprenderá a cuestionarse sus pensamientos, para que llegue a ver las cosas de otra forma, más realista y más constructiva.
La finalidad es enseñar a la persona a pensar de otra forma ante los problemas y síntomas que sufre, lo que ayudará a reducir las emociones negativas y a reaccionar ante los problemas de una manera que le lleve a su solución, no al abatimiento.
Todo esto se integra dentro de un programa de tratamiento más amplio, con técnicas conductuales y módulos, mejora de la autoestima, entrenamiento en asertividad y habilidades sociales, técnicas de control de ansiedad, técnicas de resolución de problemas, entre otros. Este tipo de terapia se llama, en su conjunto, Terapia Cognitivo-Conductual.
La psicología cognitiva es una rama de la psicología que se ocupa de los procesos a través de los cuales el paciente obtiene conocimiento del mundo y toma conciencia de su entorno, así como de sus resultados.
Los modelos cognitivos ponen especial atención a las cogniciones, entendiendo por éstas en un sentido amplio a las ideas, los constructos personales, las creencias, las imágenes, las atribuciones de sentido o significado, las expectativas… y por eso estudia los procesos básicos tales como la memoria, la atención, la formación de conceptos, el procesamiento de la información, el arreglo de conflictos, etc.
Es importante diferenciar entre psicología cognitiva y psicoterapia cognitiva, porque a pesar de que están relacionadas, los autores más destacados de la psicología cognitiva hicieron sus principales desarrollos lejos de los centros psicoterapéuticos.
Pero la psicoterapia cognitiva diseñó métodos específicos a partir de algunos desarrollos de la psicología cognitiva, pues los investigadores clínicos pronto vieron el uso de estos principios al ser aplicados a diferentes personas con distintas problemáticas para mejorar su calidad de vida, solucionar problemas humanos y tratar trastornos mentales.
Los pioneros en la terapia cognitiva fueron Aaron Beck y Albert Ellis.
Ellis llamó a su modelo de aplicación terapéutica “Terapia Racional Emotiva Conductual” (TREC), y Beck llamó a su método de terapia “Terapia Cognitiva”.
El modelo de Aaron Beck se centra, principalmente, en pensamientos automáticos y en las distorsiones cognitivas, y la Terapia Racional Emotiva Conductual de Albert Ellis, está centrada en las creencias irracionales. Hay similitudes, pero también diferencias, por ejemplo: la Terapia Cognitiva de Beck se basa en el empirismo colaborativo; en cambio, Ellis utiliza como principal herramienta terapéutica el diálogo o debate socrático.
Los esquemas cognitivos
En la teoría de Beck, los procesos cognitivos son los mecanismos de codificación, almacenamiento y recuperación de la información existentes en las estructuras cognitivas. Por lo que se incluyen entre los procesos cognitivos: la percepción, la atención, la memoria y la interpretación. En el procesamiento de la información pueden producirse errores en cualquiera de sus fases que tienen como consecuencia una alteración o distorsión en la valoración e interpretación de los hechos, lo que el autor llama “distorsiones cognitivas”.
Para Beck, los esquemas son construcciones mentales subjetivas, más o menos estables, que actúan como filtros a la hora de percibir el mundo por parte del individuo.
Los esquemas provienen en gran medida de experiencias previas de aprendizaje y pueden permanecer latentes hasta ser activadas por un evento significativo que interactúa con ellos.
Este es una de las ideas más importantes que ha aportado la psicología cognitiva, y aunque que fue introducido originalmente por Frederick Bartlett para referirse a procesos relacionados con la memoria en el contexto social, y también fue utilizado, entre otros, por Jean Piaget en el ámbito educativo, Beck (junto con Ellis), lo introdujo en el ámbito psicoterapéutico.
Las creencias
Las creencias son los contenidos de los esquemas y el resultado directo de la relación entre la realidad y éstos. Son todo aquello en lo que uno cree, como mapas internos que nos permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la experiencia.
Beck diferencia dos tipos de creencias:
Creencias centrales o nucleares: Se presentan como proposiciones absolutas, duraderas y globales sobre uno mismo, los demás o el mundo. Representan el nivel cognitivo más profundo, difíciles de cambiar, dan el sentido de identidad y son idiosincrásicas.
Creencias periféricas: Consisten en actitudes, reglas y presunciones (o supuestos). Por lo tanto, influyen en la forma de ver la situación, y esa visión influye en cómo se siente, actúa o piensa una persona.
Los productos cognitivos
Hacen referencia a los pensamientos e imágenes que resultan de la interacción de la información proporcionada por situación, los esquemas y creencias y de los procesos cognitivos. Los contenidos de los productos cognitivos son más fácilmente accesibles a la conciencia que los esquemas y los procesos cognitivos.
El modelo explicativo de la depresión de Beck
Para el psicólogo Beck, los trastornos psicológicos derivan de distorsiones cognitivas, que son formas equivocadas de pensar que aparecen en forma de pensamientos automáticos, ante determinadas situaciones, y que producen estados emocionales negativos y conductas inadecuadas. Por lo que, estas distorsiones cognitivas son producidas por creencias irracionales o supuestos personales aprendidos en el pasado, que condicionan inconscientemente la percepción e interpretación del pasado, presente y futuro.
Las personas que sufren depresión se vuelven vulnerables ante determinadas situaciones, y es importante entender que en esta teoría no se plantea que las cogniciones sean la causa de la depresión o de otro trastorno emocional, lo que realmente se postula es la primacía de los síntomas: la activación de esquemas negativos y las distorsiones cognitivas consiguientes, serían el primer eslabón de la cadena de síntomas depresivos.
La tríada cognitiva en las personas con depresión
Cuando una persona se enfrenta a una determinada situación, el esquema es la base para modificar los datos en cogniciones. Puesto que los esquemas que se activan en una determinada situación van a derivar el cómo responde esa persona, en las personas que padecen un trastorno depresivo se activarán esquemas inadecuados.
Por consiguiente, el primer síntoma depresivo es la activación de esquemas cognitivos relacionados con la visión de uno mismo, el mundo y el futuro. Las personas con esquemas negativos o tendencia a cometer errores de procesamiento serán más proclives a padecer trastornos depresivos.
El esquema característico que sufren las personas deprimidas, y que Beck denomina la triada depresiva, consiste en una visión negativa de:
Sí mismo: las personas que padecen depresión suelen considerarse deficientes e inútiles.
Del mundo: Se sienten como derrotados socialmente y no están a la altura de las exigencias, ni tienen la capacidad de superar los obstáculos.
Del futuro: La persona que padece depresión piensa que esta situación no se puede modificar, por lo que seguirá así siempre.
Distorsiones cognitivas
Los esquemas negativos activados en las personas depresivas les llevan a cometer una serie de errores en el procesamiento de la información que facilitan los sesgos y permiten al depresivo mantener la validez de sus creencias. Beck enumeró una serie de distorsiones cognitivas:
Abstracción selectiva: se trata de prestar atención a un solo aspecto o detalle de la situación. Los aspectos positivos se suelen ignorar, dando más importancia a los aspectos negativos.
Pensamiento dicotómico: los acontecimientos se valoran de forma extrema: bueno/malo, blanco/negro, todo/nada, etc.
Inferencia arbitraria: consiste en sacar conclusiones de una situación que no están apoyadas por los hechos, incluso cuando la evidencia es contraria a la conclusión.
Sobregeneralización: es extraer sin base suficiente una conclusión general de un hecho particular.
Magnificación y Minimización: tendencia exagerar lo negativos de una situación, un suceso o una cualidad propia y a minimizar lo positivo.
Personalización: hace referencia a la costumbre de relacionar los hechos del entorno con uno mismo, mostrándose susceptible.
Visión catastrófica: adelantar acontecimientos y, de entre las distintas opciones, pensar que siempre va a ocurrir lo peor.
Deberías: consiste en mantener reglas rígidas y exigentes sobre cómo deben suceder las cosas.
Etiquetas globales: consiste en poner etiquetas globales a nosotros mismos o a los demás sin tener en cuenta otros matices.
Culpabilidad: consiste en atribuirse a uno mismo o a los demás toda responsabilidad de los acontecimientos, ignorando otros factores que contribuyen a los mismos.
Pensamientos automáticos
Al activarse estos esquemas característicos de las personas depresivas, los productos cognitivos serán desadaptativos y negativos.
Los pensamientos automáticos son los diálogos internos, pensamientos o imágenes que aparecen ante una situación determinada, y los pacientes suelen considerarlos afirmaciones verdaderas no distorsionadas. Éstos muestran una serie de características y son las siguientes:
Son mensajes o proposiciones específicas referidas a una situación concreta
Siempre serán creído, independientemente de que sean irracionales o no
Son aprendidos
Entran de forma espontánea en la conciencia, dramatizando y exagerando lo negativo de la situación
No son fáciles de detectar ni controlar, pues aparecen en el flujo del diálogo interno.
Conclusiones
La idea básica de la Terapia Cognitiva es quelas personas sufren por la interpretación que realizan de los sucesos y no por éstos en sí mismos. Por tanto, Beck, interesado por el tratamiento de la depresión, desarrolló un modelo para el tratamiento de esta patología que posteriormente extendió a otros trastornos.
El modelo de Beck, y asimismo el de Ellis, son una parte importante de las estrategias que se emplean dentro de la terapia cognitivo-conductual ya que, a través de la reestructuración cognitiva, una persona es capaz de cambiar la forma de interpretación y valoración subjetiva de los hechos y de las situaciones que vive, y de esta manera se estimula a éste para que modifique los esquemas de pensamiento desordenados y se vea a sí mismo y al mundo de forma más realista y adaptativa.
Son terapias de entrenamiento de habilidades para afrontar y manejar situaciones o las terapias de resolución de problemas.