¿Qué es el Síndrome de alcoholismo fetal?
El SAF lo delimitamos como un defecto congénito permanente causado por el consumo de alcohol durante la gestación.
Desde no hace mucho tiempo se comenta en la opinión pública el nivel de alcohol permitido de forma legal, e incluso ha sido motivo de cambios en nuestra ley de tránsito, y es que, desgraciadamente, el alcohol se ha convertido en la droga más utilizada en el mundo, generando complicaciones psicológicas, sociales y de salud pública.
El etanol lo encontramos en primera línea en la lista del abuso de drogas y nuestro país no es la excepción, ya que es la droga de la que más se abusa en nuestra sociedad.
El mecanismo por el cual se producen sus efectos intraútero es heterogéneo, produciendo muerte celular, alteraciones del crecimiento celular, funciones que constituyen características básicas del crecimiento de las células y el desarrollo de los organismos, pudiendo afectar la forma (malformaciones congénitas), función (crecimiento, aprendizaje y alteraciones de conducta), como también muerte embrionaria y/o fetal.
Exposición prenatal
La exposición prenatal al alcohol es el motivo del síndrome de alcoholismo fetal.
El alcohol es una de las sustancias más comunes que afectan al desarrollo del cerebro, y su consumo durante el embarazo puede producir múltiples anomalías cognitivas, físicas y de conducta, siendo una de las principales causas de defectos congénitos y de diferentes grados de discapacidad mental.
En estudios sobre imperfecciones de nacimiento, se identificó una regla concreta de malformaciones, retraso del desarrollo y disfunciones del Sistema Nervioso Central (SNC) que se observaban en algunos hijos de madres alcohólicas, denominándose ”síndrome Alcohólico Fetal”.
SAF fue considerada como una de las tres causas principales de retraso mental, comparable al Síndrome de Down o la espina bífida. De las tres, SAF es la única conocida evitable.
Fisiopatología
El alcohol atraviesa la placenta y llega al feto. Varios estudios demostraron un movimiento libre bidireccional de alcohol entre la sección materno y la fetal. El etanol y su metabolito acetaldehído alteran el desarrollo del feto mediante la interrupción de la diferenciación celular y el crecimiento, alteración del ADN y la síntesis de proteínas y la inhibición de la migración celular.
Aparte de esto, disminuyen la transferencia de aminoácidos, zinc, glucosa, ácido fólico y otros nutrientes a través del vallado de la placenta, afectando de forma indirecta el crecimiento del feto.
Es complicado entender los mecanismos teratogénicos del alcohol, ya que no es muy probable que solo uno de ellos sea el encargado de los variados efectos en el desarrollo del embrión y del feto , como consecuencia de la ingesta de este tóxico.
A iguales cantidades de alcohol consumidas por una mujer embarazada, algunas células fetales mueren, otras en cambio disminuyen su desarrollo y otras parecen no dañarse.
La ingestión de alcohol materna produce radicales libres con el resultado de un mayor daño celular, déficit de zinc, estimulación del metabolismo de la enzima y estrechamiento de arterias umbilicales en cada episodio de absorción alcohólica.
¿Cómo prevenir?
Lo perfecto sería no consumir alcohol durante el período de gestación. La Academia Americana de Pediatría recomienda abstenerse del consumo de alcohol en mujeres embarazadas o que estén planificando un embarazo.
Esta recomendación tendría que incluir a todas las mujeres con posibilidad de quedarse embarazadas. Es importante motivar a las gestantes a abstenerse de ingestas mínimas, ya que estos niños serán más vulnerables ante un ambiente que puede ser pobre y afectarlos más que a otros.
Pautas de un niño expuesto a alcohol
Hay diferentes pautas de diagnóstico desarrolladas para el niño expuesto a alcohol in útero:
-Retraso de crecimiento
-Dismorfia facial
-Alteraciones sistema nervioso central
-Alteraciones neurológicas y funcionales
Si se evidencia alteración en las 3 áreas se puede diagnosticar Síndrome Alcohol Fetal.
La mayoría de estos niños no presentan todas las características necesarias para un diagnóstico de SAF, por lo que se recomienda evaluar en forma periódica cuando diferentes condiciones:
-Cardíacas
-Esqueléticas
-Renales
-Oculares
-Auditivas
Lo especificado del efecto terato-génico del alcohol en la mayoría de estas irregularidades permanece incierta.
Aplicación
En la situación de estos niños durante el embarazo, las intervenciones posibles no han sido todavía establecidas. El diagnóstico permite mermar el agobio de los padres ante alteraciones y los ayuda a acomodar, conjuntamente a los profesores, las exigencias, para evitar las desilusiones.
Debemos evitar el desarrollo de conductas de riesgo social, por lo que es vital que incluyamos:
-Sospecha.
-Evaluación multidisciplinaria.
-Apoyo nutricional.
-Intervención neurológica y psicológica.
-Servicio Social.
-Programas de intervención escolar individual para aprovechar al máximo el potencial
-Educación a la madre para futuros embarazos
-Diagnóstico precoz
-Educación especial individualizada.
-Terapia especializada.
-Entrenamiento a padres en manejo conductual y de situaciones especiales.
-Ambiente protector, amoroso y estable. Necesidades básicas cubiertas.
-Ausencia de violencia.
Conclusiones sobre el Síndrome de alcoholismo fetal
En nuestra sociedad actual, numerosas mujeres embarazadas consumen una importante cantidad de alcohol. Deben saber del riesgo de su ingesta y la importancia de hacer abstinencia total de alcohol.
Es fundamental tener un amplio conocimiento de los principales signos y síntomas presentes en los niños expuestos a la ingesta materna de alcohol.
El sistema nervioso central podría verse dañado con cualquier forma de consumo materno, aunque se deteriora más con el consumo de grandes cantidades ocasionales.
La edad, raza, ocupación laboral y clase social influyen en el hábito de beber de las mujeres. Es más que probable que las bebedoras también hagan uso del consumo del tabaco y las drogas durante su embarazo.
Tenemos que saber que las mujeres que beben en forma excesiva o son alcohólicas, tienen menor capacidad de proporcionar un ambiente óptimo a su hijo.
En definitiva, consumir alcohol durante el embarazo puede causar deficiencias importantes en distintos órganos y sistemas del organismo, aunque no está demostrado que beber pocas cantidades sea inofensivo.
El abuso de la toma de alcohol sigue siendo muy alto, al igual que la cantidad de niños que nacen con síndrome alcohólico fetal diariamente.
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