Tanorexia, obsesión por el bronceado

Tanorexia, obsesión por el bronceado

Para la tanorexia, la terapia cognitiva conductual sirve de gran ayuda, definiendo a la tanorexia como una adicción obsesiva por el bronceado, hasta el punto de que nunca se llega a obtener el tono de moreno ideal, sometiéndose a sesiones intensas y prologadas de bronceado, sea al sol o utilizando cabinas UVA.

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Durante los últimos años se ha notado un incremento en la preocupación sobre el tono de piel, sobre todo en la población femenina: el bronceado parece otorgar buena salud y estado físico, aparte de juventud, belleza e incluso una buena situación económica.

Cada vez son más las personas que optan por las cámaras de bronceado en interiores para ponerse morenas, aunque muchas otras siguen prefiriendo la exposición intencionada a la luz del sol, con el propósito de oscurecer la piel.

La exposición a los rayos ultravioleta (UV-A y UV-B), en un principio, no tiene por qué causar problemas graves, sobre todo si se hace de forma protegida y moderada. Pero esta práctica suele hacerse de forma constante y repetida en el tiempo, produciéndose una gran asociación entre la exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) y el riesgo de desarrollar patologías graves.

Este deseo obsesivo al bronceado constante de la piel se le denomina tanorexia o adicción al bronceado,y se estima que la incidencia del problema afecta al 1% de la población en todo el mundo.

Nuestro artículo “Tanorexia: obsesión con la palidez”,  puede ayudarte.

Causas

Las causas son multifactoriales y variables según la persona. Pero debemos destacar el factor social: los cánones de belleza, la presión social y la cultura de la delgadez. Dentro del ideal de belleza, el tono de piel moreno se prefiere ante cualquier otro, y por lo tanto ofrece una mayor aceptación social.

Además, el bronceado otorga relajación y mejora del ánimo. Esto ocurre mediante un mecanismo de liberación de opioides endógenos y endorfinas, generando una sensación de bienestar y euforia parecida a cuando se realiza algún deporte.

La tanorexia puede ocurrir como consecuencia con otros desajustes o trastornos psicológicos, sobre todo aquellos donde la inseguridad y la baja autoestima predominan: trastornos de la conducta alimentaria,  obsesivo-compulsivos, depresivos, de ansiedad, etc.

Síntomas

Vamos a citar diversas características típicas de las personas con tanorexia con el fin de identificar la adicción y poder tratarla:

-Bronceado intenso y prolongado en el tiempo de la piel.

-Quemaduras en la piel que, en ocasiones, se intentan ocultar mediante el uso del maquillaje.

-Envejecimiento prematuro de la piel.

-Sensación de ansiedad y estrés.

-Visitas constantes a centros de bronceados.

-Inseguridad, angustia, ansiedad y mal humor cuando la persona no puede broncearse (lo que se conoce como ‘síndrome de abstinencia’).

-Obsesión hacia el bronceado y necesidad de mantenerlo en el tiempo, siendo una de las prioridades de la vida de la persona.

-Distorsión de la realidad sobre el color de la propia piel: La persona piensa que tiene un color de piel más pálido o claro de lo que en realidad es. Esto puede ir acompañado de dismorfia corporal, trastorno caracterizado por la percepción distorsionada que una persona tiene sobre su imagen física.

Consecuencias

Las personas creen que acudir al solárium puede prevenir el envejecimiento de la piel, mientras que la evidencia científica afirma lo contrario: la exposición prolongada a los rayos UV acelera el envejecimiento de la piel.

Cuando nos exponemos a los rayos UV sin protección, pueden aparecer quemaduras, alteraciones inmunológicas, alteraciones en el ADN y daños en su reparación (mutaciones, formación de dímeros…), formación de radicales libres que degradan las membranas celulares, envejecimiento prematuro de la piel (xerosis cutánea, queratosis actínicas, lentigo actínico, telangiectasias y pérdida de elasticidad), inflamación, oncogénesis, alteraciones enzimáticas, fotodermatosis (desde dermatitis solar aguda hasta patologías crónicas como la queratosis actínica) y neoplasias como melanomas malignos.

La tanorexia puede conducir al desarrollo de otros desajustes psíquicos, empeorando y potenciando el trastorno. La literatura científica ha afirmado que la tanorexia comparte características tanto biológicas como psicológicas con otros trastornos adictivos y obsesivo-compulsivos: tolerancia, pérdida de control, abstinencia, obsesión por el aspecto físico, conductas autolesivas, problemas de control de impulsos, dismorfia corporal, ansiedad y episodios depresivos, etc.

Algunos estudios han asociado la adicción al bronceado con el consumo de sustancias como la marihuana y el alcohol, así como de la realización excesiva de actividad física.

A pesar de conocer las graves consecuencias e incluso haber recibido diagnósticos de neoplasias cutáneas u otras patologías, una gran parte de las personas afectadas deciden continuar con la exposición nociva a los rayos. Afirman que los beneficios son mayores a las consecuencias negativas, además de aliviarles la ansiedad y hacerles sentir mejor, por la liberación de opioides endógenos y endorfinas.

¿Qué beneficios hay?

Una exposición moderada y protegida a la luz UV, sobre todo solar, tiene numerosos beneficios para la salud. Es esencial para la absorción y síntesis de la vitamina D, mejora los estados depresivos y ofrece efectos favorables para la piel: efectos antisépticos para la mejora del acné, la psoriasis y demás afecciones cutáneas. Pero los beneficios desaparecen cuando la exposición se vuelve continuada, excesiva y con escasa protección.

Tratamiento

Para realizar un buen tratamiento, es necesario conocer las comorbilidades previas o compartidas con la tanorexia, ya que suele aparecer como consecuencia o junto con otras patologías psíquicas o adicciones.

Se realiza una terapia cognitivo-conductual cuya finalidad es conseguir un cambio específico en el comportamiento de la persona respecto al abuso del bronceado, potenciando los hábitos de vida saludables. Las técnicas de relajación también pueden ser muy eficaces como complemento al tratamiento psicológico (Mindfulness).

Por regla general, las intervenciones terapéuticas se basan en teorías socioculturales de la imagen corporal, llevando a cabo técnicas para que la persona logre esa sensación de bienestar de manera más saludable mediante una alimentación consciente, musicoterapia, actividad física, y potenciar las relaciones interpersonales sanas. Todas estas herramientas trabajadas en terapia ayudarán en la mejora de la autoestima y la salud emocional de la persona.

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