La aplicación de mindfulness en obsesiones puede marcar un antes y un después
Frecuentemente nos topamos con pensamientos, emociones y sensaciones no gratas que preferimos negar. Nuestras vidas idealizan los buenos momentos y desarrollan una dependencia insana por el efecto que estos tienen en nuestro ánimo. Esta dependencia puede ser nociva, llegando a obsesionarnos por completo y distrayéndonos del momento presente. Conscientes de ello, muchas personas han recurrido a las prácticas meditativas en búsqueda de un nuevo enfoque. La práctica disciplinada de mindfulness en obsesiones ha resultado enormemente terapéutica. Promoviendo la observación consciente del aquí y el ahora libre de juicios. De esta forma la comprensión de los pensamientos y emociones se hace más noble; entendiendo que son ideas solamente, sin condicionarnos o definirnos.
El deseo constante por aislar las ideas, sensaciones o imágenes desagradables que se pasean por nuestra mente es intenso. En casos complejos, como es el del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) ese nivel de tensión aumenta. Precisamente es el principal síntoma del trastorno. Una lucha interna en la que los pacientes intentan frustrar incipientemente el flujo de sus pensamientos. Este fenómeno recibe el nombre de Síndrome de Evitación Experiencial y es responsable de que el trastorno se perpetúe. Generando fatiga y un sufrimiento permanente, considerado superior a cualquier otro trastorno de ansiedad.
La insistencia constante por darle una importancia innecesaria a nuestras ideas resulta ensordecedora. Llevándonos a un terreno en el que olvidamos experimentar de forma despierta el momento presente. En algunos casos, hay individuos que buscan la neutralización de las ideas que resultan perjudiciales sin éxito. Sin embargo hoy en día existen métodos como las prácticas basadas en mindfulness con fines terapéuticos demostrando ser sumamente efectivas.
¿Qué puedo obtener tras la práctica de Mindfulness en obsesiones persistentes?
El reconocimiento primigenio y superficial de nuestra experiencia poco tiene que ver con el instante real en el que nos encontramos. Vivir de acuerdo al momento presente requiere la aceptación total de este sin esforzarnos por controlarlo. El fin no es reemplazar los pensamientos que consideramos negativos por pensamientos positivos. La intención de aplicar mindfulness contra la obsesión por el control se fundamenta en cambiar nuestra relación con esos pensamientos. Debemos entender entonces que nuestros pensamientos en realidad no tienen que ver con la realidad.
Es preciso abrir los brazos a la experiencia sin fijar expectativas ni prejuicios. En muchas ocasiones confundimos nuestro enfoque, alterando nuestra percepción y manipulando la realidad. La aceptación plena del momento presente bajo una perspectiva puede suponer un antes y un después. Aceptando nuestras reacciones con serenidad y autocompasivamente. Sin buscar escabullirnos del malestar, las vivencias desagradables, la frustración o el enfado. Es importante mantenernos conscientes del error que implica aferrarnos a lo que consideramos placentero.
Ante una nueva perspectiva las posibilidades se multiplican, permitiéndonos reaccionar conscientemente a las trivialidades del día a día. De forma que elegir se vuelva más sencillo, acorde a nuestros principios y valores.
Además del beneficio derivado de la aplicación de mindfulness en obsesiones de forma puntual, estos se extienden de forma viral. Facultándonos con herramientas para experimentar el malestar o el miedo como algo pasajero, sin que nos controle. De tal forma que evitar la tensión emocional sea posible en la búsqueda del bienestar y la tranquilidad.