Trastorno obsesivo compulsivo, (TOC), en adolescentes

Trastorno obsesivo compulsivo, (TOC), en adolescentes

El trastorno obsesivo compulsivo, (TOC), es un síndrome clínico muy complejo que suele causar en el adolescente una angustia y malestar considerables. Este trastorno se caracteriza por ideas obsesivas acompañadas normalmente por comportamientos en forma de ritual.

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Este tratamiento psicológico también lo tienes disponible de manera online.

Nuestro artículo “Diferencia entre Trastorno Obsesivo Compulsivo (Toc) y una personalidad obsesiva”, puede ayudarte.

¿Qué son las obsesiones?

Son pensamientos, imágenes, ideas e impulsos que invaden de forma intrusiva y persistente la mente del adolescente interfiriendo en sus actividades diarias. Una vez que se presentan, son difíciles de controlar y de eliminar por éste. Cuando se dan estos fenómenos cognitivos, el adolescente es incapaz de explicarse por qué los tiene. A menudo los ve muy amenazadores y sin sentido, pues no reflejan sus verdaderos sentimientos.

Por ejemplo, en tema sexual, sus experiencias reflejan su atracción por el sexo opuesto, pero el hecho de tener un pensamiento o imagen intrusivo de este tipo, les hace cuestionarse si puede ser verdad, viviendo entonces en una duda constante. El problema que ocurre, lo que genera malestar, no es ser homosexual, si no la duda de serlo o no, y la angustia de la sensación de que el pensamiento aparece “sin sentido”. El alcance de este miedo se reconoce como irracional por parte del adolescente.

¿Cuáles son los rituales y obsesiones más comunes en los adolescentes?

Las obsesiones más frecuentes en la infancia y adolescencia son las relacionadas con el miedo a contaminarse. También son frecuentes las preocupaciones acerca de la seguridad de los padres o de ellos mismos, por lo que pueden pasarse tiempo comprobando, por ejemplo, si las puertas están cerradas, o si los miembros de la familia están seguros. Es posible que se presenten distintas temáticas obsesivas en una misma persona o que vayan cambiando a lo largo del curso del trastorno.

También pueden tomar forma de imágenes intrusivas que aparecen en la mente del adolescente sin que éste lo desee, como viéndose a sí mismo haciendo algo malo.

Esta sensación de pérdida de control sobre la propia conducta es notada de una forma muy intensa, aunque esto no quiere decir que finalmente realice la conducta. En edades tempranas es frecuente que los niños no sepan reconocer o explicar en qué consisten sus obsesiones e incluso, a veces las pueden describir como voces dentro de su cabeza.

Lo más fácilmente perceptible son las compulsiones. Las compulsiones se definen como comportamientos (comprobar, lavar, ordenar, etc.) o actos mentales (contar, repetir palabras, etc.) de carácter repetitivo que la persona se ve obligada a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas estrictas.

De esta manera, la obsesión del miedo a contaminarse podría estar ligada con las compulsiones de lavado de manos y evitación de cosas consideradas como contaminadas. Estas conductas y actos mentales tienen por finalidad prevenir situaciones negativas y reducir el malestar.

Las compulsiones son actos que pueden hacerse en público o en secreto. Se realizan normalmente en forma de ritual o conducta estereotipada. La resistencia activa por parte del adolescente ante estas compulsiones es fundamental para el pronóstico favorable del trastorno.

Las compulsiones más frecuentes, además de los lavados, son contar o tocar de forma repetida, releer o reescribir las tareas escolares, realizar oraciones silenciosas, caminar dando santos, de una forma concreta, etc. Estas compulsiones las pueden realizar los menores o pueden obligar a realizarlas a personas de su entorno.

¿Cómo actuar?

La detección e intervención temprana es fundamental para que no se agrave. Hemos de tener en cuenta que en los niños y adolescentes es frecuente la presencia de pensamientos y comportamientos aparentemente similares a los síntomas obsesivos y compulsivos, pero que no son ni un indicador de riesgo ni una manifestación precoz del TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo), sino que se trata de elementos comunes evolutivos.

Cuando las ideas o imágenes obsesivas originan un elevado malestar en el adolescente, y los rituales o compulsiones ocupan más tiempo del deseado por el menor, interfiriendo en su día a día es necesario realizar un proceso terapéutico.

Debemos resaltar que se trata de un trastorno muy incapacitante para el adolescente, que le produce un elevado malestar, y que una vez instaurado, no conseguirá salir sólo del mismo. La terapia es necesaria y, cuanto antes se empiece, mejor pronóstico podremos esperar.

Tratamiento

La finalidad del tratamiento es que el adolescente aprenda a neutralizar las obsesiones enfrentándose a ellas desde otro lugar. Exponerse a sus propios pensamientos obsesivos con el fin de desensibilizarlos y de perderles miedo. Al tratarse de un trastorno de ansiedad es importante aplicar técnicas de reducción de ansiedad tanto a nivel físico como cognitivo.

La terapia cognitiva conductual sirve de gran ayuda en estos casos.

Debemos trabajar en la resistencia para rebajar las compulsiones y crear nuevos hábitos que vayan en contra de una asociación directa pensamiento obsesivo -compulsión.

También tener en cuenta las relaciones familiares para indagar el origen de los miedos transformados en obsesiones. La familia juega un papel muy importante, vital, pues es el sostén emocional del hijo por lo que pueden ayudarle a sentirse más tranquilo y seguro.

Conclusiones

Los Trastornos Obsesivos Compulsivos pueden ser pensamientos de miedo sobre cosas malas que podrían ocurrir, o ideas sobre cómo deben estar las cosas. Se puede tratar de dudas persistentes y agobiantes sobre si las cosas están o no están bien. O imágenes o ideas sobre cosas que dan miedo, que son negativas o que están mal.

Los tratamientos más exitosos para los niños y adolescentes con TOC son la terapia conductual y la medicación. La terapia conductual, también denominada «psicoterapia cognitivo-conductual», ayuda a aprender a cambiar los pensamientos y sentimientos cambiando primero su comportamiento.

Acude siempre a tu psicólogo de confianza para tratar el TOC.