Trauma emocional: definición y abordaje
Nosotros, los seres humanos, somos seres sensibles y emocionales; afirmar sensibilidad y emotividad no equivale a decirnos débiles, sino que somos susceptibles a experimentar reacciones emocionales a los eventos que ocurren a nuestro alrededor o dentro de nosotros mismos. Al fin y al cabo, no estamos hechos de piedra.
Las emociones nos hacen más humanos al aproximarnos de un modo particular a los fenómenos que ocurren y afectan el mundo de nuestros seres queridos, nuestro propio mundo, y aquel que nos reúne a todos bajo signos y significados comunes.
Negar nuestras emociones es nocivo para nuestra salud y proceso de aprendizaje natural, por lo que se recomienda aceptar dichas emociones y todos sus efectos.
La asimilación de dichas emociones o de sus causas no se realiza del mejor modo de vez en cuando, haciéndonos muy susceptibles a experimentar consecuencias muy negativas en nuestro mundo psíquico y mental que nos pueden desequilibrar si no se abordan del modo correcto.
Estamos hablando de traumas emocionales, que muy probablemente deban ser atendidos y revisados por un psicólogo.
¿Qué es un trauma emocional?
Una situación es traumática en un ámbito emocional cuando su ocurrencia nos genera una gran carga de dolor emocional. Dicho dolor se produce porque no contamos con las herramientas ni recursos emocionales para lidiar con él, abrumándonos. Un trauma emocional surge porque no sabemos cómo adaptarnos a él de modo satisfactorio.
El trauma emocional es “dormido” por el cuerpo humano para seguir cumpliendo sus funciones, pero queda irresuelto, no es afrontado, dejando graves consecuencias psicológicas en quien lo vive. Tres consecuencias del trauma emocional son los siguientes:
- Ansiedad y/o ataques de pánico
- Trastorno de estrés post-traumático
- Depresión
En todos estos casos es necesaria la intervención de un psicólogo que provea una terapia psicológica adecuada a cada caso.
¿Cómo abordar un trauma emocional?
El trauma emocional se relaciona con eventos ocurridos en tiempo pasado; a medida que estos eventos no sean revisados, analizados, ni reflexionados, el trauma emocional seguirá ocurriendo y se seguirá expandiendo en la vida del individuo.
Recordemos que el trauma es un procesamiento defectuoso de fenómenos externos en nuestro organismo.
Todo se resume en corregir este procesamiento de información para que el trauma se disipe o, al menos, no sea tan doloroso y no cobre un papel fundamental en la cotidianidad.
La terapia psicológica centrada en emociones siempre será una opción que considerar; la terapia tiene que estar enfocada en sanar las heridas del pasado, abordar los males que hayan suscitado el trauma en primer lugar para sí poder resolverlo.
A modo de cierre
Un trauma emocional no abordado del modo correcto puede suscitar problemas o trastornos mentales; las evidencias de un trauma emocional se vuelven claras en el comportamiento diario que una persona tenga y su modo de ver el mundo.
El trauma emocional es una situación que todos pueden padecer y que todos experimentarán de distinta manera, por lo que la ayuda psicológica no tiene por qué ser motivo de inferioridad o de discriminación.